Nicaragua ha sido la anfitriona
del XIV Encuentro de las Redes
Nacionales de Comercialización
Comunitaria de Centroamérica1,
bajo el lema “Centroamérica unida y
solidaria construyendo mercados
alternativos”
Los participantes del Encuentro,
provenientes de todos los países
centroamericanos, invitaron a los
medios de comunicación nacionales e
internacionales a una conferencia de
prensa para dar a conocer los
avances en el tema de
comercialización alternativa “frente
a la grave situación en que viven
nuestros países centroamericanos,
producto de la implantación del
modelo neoliberal que nos han
impuesto en detrimento de nuestras
economías”.
Estas Redes están reunidas en la
instancia regional Centroamérica
Unida y Solidaria (CAUSA) y son
integrantes de la Red
Latinoamericana de Comercialización
Comunitaria (RELACC).
En su plantamiento, las Redes
dejaron sentadas sus posiciones en
cumplimiento de su misión para
defender los derechos económicos y
sociales de los pueblos
centroamericanos.
“Las políticas de liberalización
comercial ante grandes potencias
industrializadas que los gobiernos
de Centroamérica han venido
implementando, han demostrado no ser
la solución a los problemas de
pobreza, exclusión social y
migración de nuestras poblaciones.
Antes bien, el modelo implementado
ha concentrado la riqueza en manos
de las corporaciones transnacionales
y el gran capital regional, en
detrimento de las pequeñas
economías.
Es urgente que los pueblos y los
gobiernos de Centroamérica busquemos
soluciones a los grandes males de la
pobreza y exclusión social en la
región”.
Uno de los principales problemas que
se detallan en el documento es la
inicua distribución de la riqueza, y
por eso las Redes proponen a las
instituciones centroamericanas
“buscar juntos las medidas
pertinentes para iniciar un proceso
de legislación e implementación de
una economía solidaria que
dignifique a los ciudadanos y
ciudadanas de esta región.
Entendemos por economía solidaria el
sistema económico social que
desarrolla las potencialidades
productivas y de mercado en la
región, bajo principios de respeto a
los derechos económicos y sociales
de los pueblos y prácticas de
defensa de nuestros recursos
naturales y vivencia de la justicia.
Proponemos un sistema económico y
social que proteja el patrimonio
cultural y económico de los pueblos,
como es la agricultura, la
agroindustria, la pesca y la
ganadería. La economía solidaria se
apega a la responsabilidad de los
Estados de proteger por igual todos
sus ciudadanos y ciudadanas,
brindando igualdad de oportunidades
para el desarrollo integral.
Nuestros objetivos deben ser la
autodeterminación política y
económica, la igualdad de
oportunidades para todas las
poblaciones y asegurar la soberanía
nacional”.
Uno de los aspectos más relevantes
es lo de la integración
centroamericana, no solamente como
articulación corporativa de los
capitales de grandes empresas, sino
desde los pueblos, permitiendo de
esa manera la relación social y
comercial de los pequeños y medianos
productores de la región, a través
de una integración de cadenas
productivas en manos de cooperativas
y empresas sociales y respetando los
derechos humanos, laborales y
económicos de la población
empobrecida.
Rubén Tapia,
de la RELACC, expresó su firme
convicción de que es posible
construir una economía diferente y
un comercio incluyente, en los
cuales se logre la participación
directa de hombres y mujeres.
“Desde el Sur del continente, y
ahora desde Centroamérica, hemos ido
construyendo canales alternativos y
nos da mucha ilusión, mucha
esperanza, ver cómo los pequeños
productores y productoras se atreven
ahora a meterse en el mercado con
calidad, con volumen. Estamos
demostrando que sí es posible y
tenemos los mercaditos comunitarios,
los mercaditos móviles, la propuesta
de mercados a domicilio, las
exportaciones en el mercado
internacional. Las Redes a nivel
continental aglutinan ya a más de 3
mil organizaciones, y a nivel
mundial son ya más de 180 las
organizaciones de comercio justo y
solidario”.
La unidad y el esfuerzo de los
pequeños puede generar un modelo
alternativo de economía que les
permita salir adelante. Esta es la
apuesta de estas organizaciones,
como expresa Trinidad Sánchez,
de la Red COMAL de Honduras.
“Ya no es posible que nuestras
economías se sustenten a través de
las remesas familiares que
vienen del exterior, ni que estén
fundamentadas sólo en el sector de
servicios y en la banca. Exigimos a
los gobiernos de Centroamérica que
generen políticas orientadas a
potenciar la producción agrícola y
la agroindustria. Hablar del
comercio comunitario es hablar de un
comercio diferente, donde hay una
relación directa entre productor y
consumidor. Tenemos experiencias
empresariales de nuevo tipo, que
privilegian al ser humano como
centro del proposito de cada uno de
nuestros pueblos. No privilegiamos
al capital, sino al ser humano.
Hablamos de cuidar al medio
ambiente, llevar productos buenos al
consumidor final y generar una
relación justa entre productores y
consumidores.
En Honduras hemos desarrollado una
escuela de Economía Comunitaria que
está al servicio de todas la Redes
nacionales. Tenemos un sistema de
cadena productiva desde la semilla y
el grano hasta el producto
terminado, y estas experiencias se
están desarrollando en todos los
otros países”.
Desde Nicaragua ha surgido la idea
de una ley que aborde estos temas.
Damaris Aguilar, de la Red
Nicaraguense de Comercio Comunitario
(RENICC), ilustró a la prensa la
iniciativa que van a impulsar en los
diferentes Parlamentos
centroamericanos.
“Vamos a exigir a los gobiernos de
Centroamérica políticas que
beneficien a los pequeños
productores, que son los que
producen el 20 por ciento de la
riqueza de nuestros países y que
generan las tasas más altas de
empleo en la región.
Por eso aquí en Nicaragua vamos a
presentar un proyecto de ley sobre
Economía Solidaria y Comercio
Comunitario que beneficie a las
grande mayorías. Lo mismo se va a
hacer en los otros países de la
región.
Cuando hablamos de Economía
Solidaria y Comercio Comunitario
hablamos de un modelo cuya
centralidad no es el capital del
trabajo, sino hombres y mujeres
capaces de saber transformar la
realidad existente. Hay que
facilitar las herramientas para que
ellos puedan desarrollarse, y es por
eso que en este proyecto de ley,
vamos a proponer y exigir que haya
transferencias para poder
transformar la producción campesina
con transferencias tecnológicas,
para dar valor agregado a su
producción”.
También la Coordinadora Civil
(CCER) de Nicaragua expresó su apoyo
a esta iniciativa.
Georgina Muñoz,
enlace de la CCER, declaró a la
prensa que “se sigue dirigiendo
recursos al gran capital y a la gran
inversión, mientras que la economía
de nuestra población está totalmente
en el caos. Las respuestas sobre
inversión social, como son
educación, salud, producción y
comercialización, son nulas.
¿Cómo vamos a lograr las Metas de
Desarrollo del Milenio para el 2015,
si no invertimos en el desarrollo de
capacidades de nuestro pueblo?
Tampoco estamos de acuerdo con los
TLC, como por ejemplo el CAFTA,
porque se destina el capital a la
gran inversión y no a la empresa
familiar.
Ahora se está hablando del acuerdo
comercial entre Centroamérica y la
Unión Europea. Es un tratado que se
está negociando y que tiene que ver
con tres elementos fundamentales:
diálogo político, cooperación y
libre comercio, la zona de libre
comercio. Nuestra preocupación es si
realmente va a haber diálogo
político y si va a haber inversión
en la cooperación para desarrollar
capacidades y poder mejorar esa gran
asimetría entre las diferentes
economías”.
En Managua,
Giorgio Trucchi
© Rel-UITA
6 de
diciembre
de 2006
|
|
|
|