La
abrumadora victoria del Sí en la
consulta popular para convocar a una
Asamblea Constituyente en Ecuador,
fortaleció el gobierno de Rafael Correa
y casi selló la desaparición de los
partidos de derecha tradicional.
Si bien el resultado oficial será conocido recién mañana,
miércoles 18, con el 98 por ciento de
las urnas escrutadas el Sí
obtiene 82 por ciento de la votación, el
No 12,18 por ciento, el voto nulo
5,05 y el voto en blanco 0,77. Las
elecciones para los 130 ciudadanos y
ciudadanas que integrarán la Asamblea
se realizarán en octubre de este año, y
diez días después quedará instalado el
organismo constituyente.
Según el estatuto aprobado, una vez instalada la
Constituyente tendrá una duración de 180
días, salvo que ella misma establezca
una prórroga que no podrá exceder de 60
días contados a partir del vencimiento
de plazo inicial. La Asamblea
Constituyente está dotada de plenos
poderes para transformar el marco
institucional del Estado y para elaborar
una nueva Constitución. El texto de la
nueva Constitución elaborada por la
Asamblea debe ser aprobado en posterior
referéndum. Sin embargo, la Asamblea
tiene poderes para disolver el Congreso
si así lo cree conveniente, y aprobar
leyes durante el mismo período en el que
dicta la Constitución.
El presidente Rafael Correa se mostró triunfante, pero
aseguró que todavía “faltan muchas
batallas”, ya que es fundamental “tener
mayoría” en la Asamblea. Agregó que
buscaría a los “mejores hombres y
mujeres de la Patria” para que
representen su proyecto de cambio.
"Buscaremos la unidad en las
candidaturas a asambleístas para formar
una fuerza patriótica y progresista para
dominar la nueva Asamblea", afirmó
Correa. Este domingo “se ha dado la
victoria más amplia que el país
recuerda”, comentó el mandatario, y
acotó que la Asamblea tiene poder para
reformar los poderes Legislativo,
Judicial y Ejecutivo. Reiteró que
incluso podría determinar que él se
“vaya para su casa”.
Correa
señaló que su objetivo es que la
Asamblea pueda “desarticular entramados
mafiosos que impiden el desarrollo del
país. No quiero que haya vencedores ni
vencidos, todos somos vencedores,
aquellos que promovieron el No,
no propusieron nada, sólo sembrar dudas
y temores; ya basta de esas prácticas”
expresó, señalando que desde ahora en
adelante el gobierno “responderá” cada
ataque de la oposición “con más
democracia”.
Un
gran motivador
El mandatario aseguró que buscará convertirse en un
“motivador” para el pueblo ecuatoriano.
“Pasaré los cuatro años en una campaña
contra la inmoralidad, la corrupción, el
derrotismo, contra la miseria”, agregó.
"La victoria del Sí por el
futuro, por la patria ha sido
aplastante, aunque no es el triunfo de
un gobierno y peor aún de un hombre",
explicó el presidente ecuatoriano, quien
se ha adherido al socialismo del siglo
XXI enunciado por el presidente de
Venezuela, Hugo Chávez.
Sin embargo, al ser acusado por los sectores opositores de
derecha de ser un mero discípulo del
mandatario venezolano, Correa lo
negó y argumentó que el proceso de
renovación en Ecuador es “un
cambio a la ecuatoriana”, teniendo por
base la idiosincrasia de su país.
Aseguró que su gobierno no sigue los
pasos ni de Hugo Chávez ni de
George W. Bush. “Jamás permitiremos
la imposición de un modelo extranjero”,
aseguró. "El país ha enterrado al
pasado", dijo, por eso "no habrá
diálogo” con el ex presidente Lucio
Gutiérrez “porque no reúne ninguna
de las condiciones señaladas como
necesarias: ser patriota, de manos
limpias y mente lúcida".
“El miedo quedó atrás. Las tácticas de los mismos de siempre
de sembrar el terror y crear
incertidumbre han fracasado. El pueblo
ya no se deja engañar”, arguyó.
“Vemos con júbilo la Asamblea que permitirá una democracia
verdaderamente representativa y más
participativa, despolitizará las
instituciones y organismos de control,
reordenará territorialmente el país y
superará el nefasto modelo neoliberal",
aseguró.
Correa
señaló que su objetivo es que la
Asamblea pueda “desarticular
entramados mafiosos que impiden el
desarrollo del país”. |
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El mandatario señaló también que se mantendrá la dolarización
como esquema monetario en el país,
rechazando así los temores generados por
la oposición, en el sentido de que el
gobierno “pretendía imponer una moneda
local”. Sin embargo, dejó claro que la
Asamblea tiene poderes para crear una
moneda nacional para ser utilizada como
fracción de dólar.
Basta a
los organismos multilaterales
Junto al júbilo por el triunfo del Sí, Correa
anunció que el pasado jueves 12
Ecuador canceló los últimos 9
millones de dólares que le debía al
Fondo Monetario Internacional (FMI)
cancelando así la deuda con ese
organismo multilateral. “No queremos
saber más de esa burocracia
internacional”, sentenció Correa.
La cancelación de la deuda total con el FMI sigue los pasos
de lo hecho por Brasil,
Argentina, Uruguay y, éste
próximo sábado 21, también por
Venezuela. Correa, un
economista de izquierda de 44 años,
aseguró con respecto al Banco Mundial
que la política de su gobierno es “Ir
disminuyendo el nivel de endeudamiento
para no depender de esa institución, que
creemos también ha sido nefasta para el
país”.
Detalló que el régimen está investigando la suspensión de un
crédito de 100 millones de dólares que
el Ecuador tenía aprobado con el
Banco Mundial y que se detuvo
cuando Correa fue ministro de
Economía del gobierno de Alfredo
Palacio en 2005. Correa
sostuvo que si el Banco Mundial
no da explicaciones satisfactorias, su
gobierno expulsará al representante de
ese organismo en el país porque no va a
aceptar chantajes.
El vicepresidente Lenin Moreno aseguró que la
propuesta que le permitió al gobierno
llegar al poder está dando frutos. Para
el historiador Juan Paz y Miño,
una de las razones por las cuales los
ecuatorianos votaron masivamente Sí,
es que en los últimos 25 años se instaló
en Ecuador un modelo económico
excluyente. Paz y Miño, quien ha
hecho investigaciones sobre las 19
constituciones que ha tenido Ecuador,
aseguró que la segunda razón es que
instituciones como el Congreso Nacional
y el Poder Judicial han sido
cuestionadas y deslegitimadas en muchas
de sus actividades. La última razón es
que durante los pasados 25 años
“formalmente, electoralmente, el sistema
ha funcionado muy en dependencia de la
clase política que excluyó a la
población y que no creó una democracia
social”.
“La población quiere cambios, y la coyuntura ha provocado que
la sociedad se pronuncie por un cambio”,
aseguró el historiador. También dijo que
la población busca un cambio que no le
pertenece al gobierno sino a todos los
sectores que han venido promoviendo una
Asamblea Constituyente, incluso desde
antes de que fuera electo Rafael
Correa. “El conflicto es con el
sistema, porque el Ecuador ha
pedido un nuevo modelo del país”,
aseguró.
Para Paz y Miño, hay un fortalecimiento del gobierno,
pero sobre todo de una visión de cambio
y una derrota de los partidos
tradicionales que parecen ir hacia la
disolución. Sin embargo, explicó que
esto sólo puede ocurrir si esos sectores
son realmente derrotados en la elección
para asambleístas. “Estamos en la puerta
del segundo proceso para que sean
definitivamente derrotados”, argumentó.
Por su parte, el analista político y catedrático Alejandro
Moreano, de la Universidad Andina
Simón Bolívar, explicó que el resultado
de la elección para asambleístas
dependerá mucho de la unidad de los
sectores de izquierda y los movimientos
sociales. Explicó que si esos sectores
no van unidos, podría darse un
reposicionamiento de la derecha en torno
a la Constituyente.
La mayoría de los partidos de derecha, como el Partido Social
Cristiano y el Partido Sociedad
Patriótica, señaló su apoyo al Sí
en la consulta de este domingo y que
irán a la Constituyente para disputar la
hegemonía de la Asamblea al gobierno.
La Unión Demócrata Cristiana, del ex presidente Oswaldo
Hurtado, y el Partido Renovador
Institucional Acción Nacional, de
Alvaro Noboa, que apoyaron el No,
también señalaron que buscarán tener una
buena representación en la Asamblea. La
mayoría de la gente voto por el Sí
para que la Constituyente sea una
herramienta de cambio. En los próximos
meses, hasta las elecciones para
asambleístas, se profundizará el debate
político sobre el modelo de país que se
quiere plasmar en la nueva Constitución.
En Quito,
Kintto Lucas
©Rel-UITA
17 de abril de 2007
Gráfica:
Rel-UITA