Ecuador

 

Más cerca de Brasilia que de Washington

Entrevista con el presidente electo de Ecuador

 

 

Para el presidente electo de Ecuador, Rafael Correa, las prioridades del gobierno que asume el 15 de enero de 2007 son fortalecer el papel del Estado en la actividad económica, renegociar los contratos petroleros entre Ecuador y las trasnacionales para mejorar la participación del país en esos convenios, trabajar por la integración sudamericana e instalar la Asamblea Nacional Constituyente que siente las bases para una nueva estructura política, económica y jurídica. En entrevista con BRECHA, Correa analizó esos y otros temas.

 

A menos de un mes de que asuma la presidencia, la derecha comienza a formar un frente que piensa “dar guerra” al nuevo gobierno y no permitir la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente. El presidente electo fue claro al asegurar que ese objetivo es “inclaudicable”, se mostró dispuesto a conversar con los diferentes sectores, pero aseguró que las mafias políticas quieren impedir la constituyente que “debe sentar las bases de la nueva estructura política, jurídica y económica de Ecuador”. Descartó clausurar el Congreso Legislativo, algo que algunos diputados que serán opositores a su gobierno aseguraron que haría. “Mientras actúe la asamblea, seguirá actuando el congreso, y sólo después de que la asamblea dicte nuevas reglas electorales se podrá elegir un parlamento con reglas democráticas”.

Sobre el conflicto colombiano aseguró que su gobierno “no se involucrará en el Plan Colombia y no calificará a las guerrilleras farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) de terroristas a menos que lo haga la onu”. Y añadió: “Incluso en ese caso reflexionaremos”. Dijo que tampoco permitirá “que se derrame sangre ecuatoriana en un conflicto” ajeno. Para despejar dudas sobre un asunto que es debate permanente en Ecuador, apuntó: “De igual manera, jamás permitiremos que pongan un pie en nuestro territorio ni las farc, ni los paramilitares, ni el ejército colombiano. (...) Somos un país soberano, somos inmensamente solidarios con nuestros hermanos colombianos en la tragedia que viven, pero Ecuador no se involucrará en el Plan Colombia”. Aseguró además que no renovará el convenio que cedió la base de Manta a las fuerzas armadas estadounidenses cuando éste venza, en diciembre de 2009. “Para nosotros, soberanía es no tener soldados extranjeros en nuestro suelo patrio.”

 

INTEGRACIÓN REGIONAL Y TLC

Correa es consciente de que existe la posibilidad de que el parlamento se pueda “transformar en un foco de desestabilización”, aunque también dice que “80 por ciento de las cosas que hay que hacer para cambiar el país en el corto plazo no necesitan aprobación legislativa”.

La prioridad exterior es profundizar la integración con el resto de América del Sur y ya descartó firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos. Se siente identificado con los gobiernos de izquierda o de centroizquierda de la región, como el de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Néstor Kirchner en Argentina, Tabaré Vázquez en Uruguay, Michelle Bachelet en Chile, Evo Morales en Bolivia y, por supuesto, con su amigo Hugo Chávez en Venezuela.

Señaló a BRECHA que no cree, como dicen algunos analistas, que Chile sea una economía de libre mercado: “A Chile jamás se le ha ocurrido privatizar Codelco, la empresa nacional de cobre, mientras que nuestros neoliberaloides quieren privatizar Petroecuador, la empresa petrolera estatal ecuatoriana”.

Aseguró que se siente identificado con Bachelet, “no sólo porque ella es socialista, sino por el ejemplo de vida y por ser la primera mujer en ser elegida presidenta democráticamente en América del Sur”.

“Aislados, nuestros países serán aniquilados por la globalización inhumana y cruel del siglo xxi”, argumentó y agregó que esa globalización “no busca ciudadanos sino consumidores, de ahí que la integración se arme sobre la lógica no de la competencia sino de la coordinación, de la cooperación, de la complementariedad”. Afirmó además que América Latina podría autofinanciarse si dejara de someterse a las fórmulas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

También se refirió a la estrategia para reestructurar la deuda externa en tres planos, el comercial, el multilateral (con organismos internacionales) y la bilateral con algunos países. Renegociar la deuda pública para que su peso no sea tan fuerte sobre el presupuesto nacional es otro de los puntos centrales de la agenda del futuro gobierno.

 

DOLARIZACIÓN Y PETRÓLEO

El economista Correa manifestó que mantendrá el sistema de dolarización, vigente en este país desde el 13 de setiembre de 2000 cuando el sucre dejó de circular, pese a que fue un acérrimo crítico de su implementación. “Un país que quiera mantener un sistema de dolarización tiene que producir dólares”, y hoy Ecuador “sólo lo puede hacer con el petróleo, un producto no renovable y no sujeto a competitividad, y con las remesas que envían los emigrantes a sus familias en el país, que tampoco están sujetas a competitividad. Eso sostiene la dolarización, aunque no evita los problemas que ésta produce, como el desempleo, pero Ecuador tiene tiempo para buscar una alternativa a largo plazo, que puede ser una moneda regional sudamericana”.

Resaltó también su intención de que “con dolarización o sin ella, América Latina y particularmente América del Sur deben ir a un bloque geopolítico, comercial e incluso monetario, estilo la Unión Europea, para poder prevalecer en el mundo globalizado del siglo xxi”.

El futuro presidente se mostró partidario de “revisar los contratos petroleros con las firmas trasnacionales, para que este recurso dé más dividendos, que se puedan invertir en salud, educación y desarrollo social”. En ese sentido el país cuenta con algunas ventajas: “A diferencia de Bolivia, que había desnacionalizado el petróleo, en Ecuador siempre ha sido propiedad del Estado, pero las mafias de siempre se las han arreglado para privatizar su comercialización. Por eso hoy de cada cinco barriles que se extraen, las petroleras privadas se nos llevan cuatro y nos dejan uno”, afirmó. Puso como ejemplo que en los años setenta el Estado se quedaba con nueve barriles por cada diez que se extraían del subsuelo del país.

Su gobierno está dispuesto a duplicar el bono solidario que el Estado entrega a los sectores que se encuentran por debajo de la línea de pobreza, fortaleciendo la inversión social en los sectores de salud y educación, y fomentando la producción con la entrega de microcréditos a los pequeños y medianos productores rurales y urbanos.

Por otra parte, anunció que buscará el ingreso del país al Mercosur, reiterando que la Comunidad Andina de Naciones (Can) está herida de muerte por los acuerdos de libre comercio que Colombia y Perú firmaron con Estados Unidos.

Sobre sus relaciones con Brasil, país que ha venido jugando un papel creciente en los últimos años en Ecuador, adelantó la propuesta de construir un eje multimodal que uniría el Pacífico con el Atlántico. Sería un proyecto ventajoso para vincular el puerto ecuatoriano de Manta, en el Pacífico, con la ciudad brasileña de Manaos, sobre el río Amazonas, que desemboca en el Atlántico.

El plan ecuatoriano incluye también la utilización del aeropuerto de la base militar de Manta, cedida a Estados Unidos hasta 2009. Una propuesta similar había acordado el gobierno de Lula con el ex presidente Lucio Gutiérrez antes de que fuese destituido en abril de 2005.

Desde Quito, Kintto Lucas

Tomado de Brecha

3 de enero de 2007

Foto 1: jornada.unam.mx

Foto 2: eltiempo.com.ve

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