El jueves 30 de
septiembre en la noche, alrededor de las 21 horas, lograron rescatar al
presidente Rafael Correa del Hospital de la Policía tras una violenta
incursión de ribetes cinematográficos, con balacera entre la Policía y
el Ejército. Según las cifras más recientes, quedó un saldo de cinco
muertos y 274 heridos.
Posteriormente, el Presidente fue llevado al
Palacio Carondelet (Casa de Gobierno) donde prometió que no habrá “ni
olvido, ni perdón”.
Los acontecimientos de estos días no fueron
consecuencia de un mero reclamo salarial. Es cada vez más evidente que
había un plan articulado para dar un golpe de Estado aprovechando una
situación de crisis.
Lo que
se vivió:
Ocupación simultánea de los dos aeropuertos más
importantes del país.
Establecimiento de un clima de terror con robos y
asalto en las principales ciudades.
Aún hay sectores de derecha y extrema derecha en el país que
buscan resolver los problemas internos y acceder al poder a
través de un golpe de Estado |
El Presidente de la República fue atacado con
gases lacrimógenos y luego el Hospital de la Policía fue rodeado por los
policías sublevados, manteniendo al Presidente como “secuestrado”.
El rescate del Presidente se produjo bajo una
violenta balacera, que resultó en cinco personas muertas y 274 heridas.
Hubo enfrentamientos en varias partes del país
entre partidarios y opositores a Rafael Correa, estableciendo un
ambiente de violencia y de polarización, sin disposición para el respeto
o el diálogo.
La rápida reacción sobre todo del pueblo
ecuatoriano y de los organismos serios del país, así como la masiva
solidaridad de los gobiernos en el exterior frustraron por ahora el
intento de golpe.
¿Qué
lecciones deja todo esto a los
ciudadanos que apoyamos este cambio?
1. Un régimen excesivamente presidencialista
tiene un alto riesgo cuando existe sólo una cabeza visible, pues la
oposición así como sectores radicales -acertadamente- piensa: “muerta la
cabeza” el cuerpo cae solo. Correa no ha logrado (no ha dejado)
crecer otros liderazgos visibles, que soporten este gran peso de la
revolución ciudadana.
2. El apoyo de las bases, no puede ser
descuidado, por más que existan la UNASUR y el respaldo masivo
internacional. Si no se cuenta con una base ciudadana organizada, en el
momento de lucha el riesgo es enorme. Los ataques continuos por parte
del presidente Correa a determinados sectores como el indígena
sin duda afectaron el respaldo popular.
El movimiento sindical nuevamente se encontró dividido y
descontextualizado, a excepción de algunas organizaciones
como la FENACLE |
3. Es cierto que de parte de gobierno debe haber
más apertura y disposición para el diálogo en el futuro. Actitudes de
enfrentamiento con las reivindicaciones populares, o entonces utilizar
en demasía el recurso del veto presidencial como herramienta de cambio
genera una situación peligrosa.
4. Pensar menos ingenuamente, porque los poderes
contrarios al gobierno (tanto de izquierda como de derecha), seguirán
alimentando el odio en su contra. La oposición es necesaria en cualquier
democracia, pero ella solamente es constructiva dentro de los límites de
la democracia.
Aún hay sectores de derecha y extrema derecha que
buscan resolver los problemas internos en el país y acceder al poder a
través de un golpe de Estado. Estos sectores deben ser continuamente
monitoreados.
No es un hecho “desarticulado” de una estrategia
golpista mayor que policías hagan protestas con las armas en la mano,
dejando a la población a la merced de los grupos marginales que
sembraron el terror y el miedo en la población, de manera que todos lo
establecimientos de servicio del país tuvieran que ser cerrados, sobre
todo la banca, que cerró todos los bancos lo cual incrementó aun más la
incertidumbre.
5. El movimiento sindical nuevamente se encontró
dividido y descontextualizado, a excepción de algunas organizaciones
como la FENACLE, que salieron a las calles de Guayaquil a apoyar
al gobierno y sobre todo a la democracia.
Algunas centrales sindicales y trabajadores -como
los petroleros- salieron a quemar llantas apoyando el levantamiento de
la Policía.
Sin duda esto tendrá secuelas. ¿Cuáles serán? Por
ahora es bastante impredecible y habrá que esperar el desenlace, pero,
eso sí, continúen con su apoyo solidario porque de una cosa estamos
seguros la mayoría de ciudadanos: estos cambios son necesarios para
nuestro país.
Un abrazo de un ciudadano ecuatoriano más.
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