Durante
el Mundial de Fútbol de Alemania, que
comienza el viernes 9 y se extenderá
durante un mes, tendrán lugar diferentes
campañas de denuncia social. Una de
ellas intentará impedir la trata de
mujeres, otra estará centrada en la
prostitución infantil, una tercera sobre
la explotación laboral de los niños,
otra hará eje en la expansión del sida
en el Tercer Mundo...
Alemania recibirá cientos de miles de turistas en espacio de
treinta días. La Federación
Internacional de Fútbol (FIFA) estima
que más de tres millones de
espectadores, en su gran mayoría
hombres, asistirán a los 64 partidos
previstos en el campeonato. Para
“atender” la avalancha masculina, ya se
montó en Berlín un megaprostíbulo de
3.000 metros cuadrados dotado de “todo
lo necesario para un buen servicio”
(cabinas de “prestaciones sexuales”,
expendedores de preservativos, duchas,
estacionamientos para vehículos).
De acuerdo a la Asociación para la Prevención, la Reinserción
y la Atención de la Mujer Prostituida se
espera que en estos días lleguen a
Alemania, donde la prostitución fue
legalizada en 2002, unas 40.000 “mujeres
importadas para el servicio sexual”,
provenientes sobre todo de los antiguos
países socialistas de Europa oriental y
central y en menor medida de África y
Asia. “El fútbol y el sexo van a la
par”, comentó el abogado de ese
complejo.
“Digamos no a la prostitución de mujeres durante la Copa del
Mundo de Fútbol 2006” es el lema de una
campaña que diversas asociaciones y
personalidades agrupadas en la Coalición
Internacional contra la Trata de Mujeres
(CATW, por sus siglas en inglés)
impulsarán a lo largo de este mes.
Entre sus objetivos, la CATW se propone lograr que los 32
países que van a tomar parte del
Mundial, todos firmantes de convenciones
o protocolos contra la prostitución y la
trata de personas adoptados por Naciones
Unidas, “se opongan a la promoción de la
prostitución en Alemania y desvinculen
públicamente a sus equipos de esta
industria”.
Lars Ake Lagrell, presidente de la Asociación de Fútbol de
Suecia, un país que tiene duras leyes
contra la prostitución, declaró que
ningún jugador de la selección sueca
hará uso de los burdeles, al tiempo que
Will McMahon, director de una fundación
británica, y el entrenador de la
selección francesa, Raymond Domenech,
coincidieron en que el Mundial puede ser
“una buena ocasión para que Alemania se
dé cuenta que en otros países europeos
su legislación en materia de
prostitución no es bien vista”, según
especificó el segundo.
Los promotores de la campaña recuerdan que el presidente de
la FIFA, el suizo Joseph Blatter,
resaltó “el papel del deporte,
especialmente del fútbol, como portador
de mensajes nítidos contra las
desgracias que asolan a la sociedad del
mundo entero”, y señalan que en tanto
principal dirigente de una asociación de
este tipo, considerada como una de las
más poderosas trasnacionales del
planeta, tiene “una responsabilidad
social que debe asumir”.
Entre 600 mil y 800 mil personas, 80 por ciento de ellas
mujeres y niñas, son objeto cada año de
trata sexual en todo el planeta, según
un informe del Servicio de Vigilancia y
Lucha contra la Trata de Seres Humanos
del Departamento de Estado de Estados
Unidos citado por la CATW. Europa
sudoriental es la región donde el
fenómeno alcanza mayores proporciones.
La explotación sexual y laboral de los niños será eje de otras campañas
en el mes del Mundial de Fútbol.
Diversas organizaciones no gubernamentales (ONG) que se
ocupan de la infancia pondrán el acento
en que más de la mitad de las mujeres
víctimas de trata en el planeta son
menores de edad, y que se prevé que
miles de ellas estén a disposición de
los turistas extranjeros que lleguen
este a las 12 ciudades alemanas sede del
Mundial.
A fines de mayo fue descubierta en Europa una red de
explotación infantil que operaba en
diversos países del continente (en
especial Alemania, Italia, Austria y
Bulgaria) y que “manejaba” centenares de
niños, algunos de hasta 8 y 9 años,
vendidos por sus padres y que eran
obligados a traficar drogas, robar y
prostituirse.
Otras ONG resaltarán, por ejemplo, que las pelotas con que se
jueguen los partidos del campeonato son
fabricadas con mano de obra
tercermundista hiperexplotada, a menudo
infantil.
Y una asociación holandesa en favor del desarrollo
sostenible, la NCDO, intentará
sensibilizar al público que asista a los
partidos, a los turistas y a los propios
alemanes colocando en la cercanía de los
estadios carteles del tipo: “Este césped
está mejor cuidado que un enfermo de
sida en Costa de Marfil” o “Por el
precio de una entrada al estadio un niño
africano puede ir a la escuela durante
un año”.
La NCDO se propone agitar en Alemania
los “Objetivos del Milenio para el
Desarrollo” suscriptos en el año 2000
por 189 países miembros de Naciones
Unidas.
Daniel Gatti
© Rel-UITA
9 de junio de 2006