Evo Morales, nuevo
presidente de Bolivia |
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Con
lágrimas por la emoción, la mano derecha en el pecho y el
puño izquierdo levantado, Evo Morales juró hoy como
presidente de todos los bolivianos en sesión histórica del
Congreso.
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El presidente de Bolivia, Evo
Morales, se dirige a la Asamblea
Legislativa en su discurso de
asunción.
(foto: argenpress) |
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La banda y la medalla presidenciales del
Libertador Simón Bolívar quedaron sobre su cuerpo
inaugurando el inicio de los nuevos tiempos, con el
protagonismo principal del pueblo que lo llevó de manera
contundente al triunfo el pasado 18 de diciembre.
Las lágrimas brotaron durante algunos minutos, seguramente
pensando en quienes desde el amanecer ocupaban todo el
centro de esta capital y la Plaza de los Héroes, lugar donde
Morales ratificó el compromiso con las mayorías.
Uno minuto de silencio fue el primer pedido del nuevo
mandatario para recordar a los antepasados y a quienes han
caído en defensa de la dignidad en toda América, a Manco
Inca, a Túpac Katari, a Túpac Amaru, al Che Guevara, Marcelo
Quiroga Santa Cruz, Luis Espinal y muchos otros.
Sin precedentes ha sido la transmisión de mando, con el
pueblo en las calles y las autoridades indígenas invistiendo
a su dignatario en las ruinas de Tiwanaku.
Los símbolos presidenciales fueron entregados a Morales por
el vicepresidente Alvaro García Lineras, quien tomó posesión
minutos antes con el compromiso de trabajar por una nueva
Patria, donde todos se sientan cómodos.
Bolivia comenzó la historia moderna con el triunfo en las
urnas con más del 53,7%, lo que en su discurso de juramento
García califico de señal muy clara del fin de una era.
El pueblo optó por el cambio y uno de nuestros retos es
volver a unir, a integrar a todos, para dejar atrás tiempos
de injusticia, de discriminación, indicó el vicepresidente
al dirigir su mensaje a la nación.
"La fortaleza del gobierno será entregarlo a lo más noble, a
los trabajadores, a las comunidades indígenas, con un estado
fuerte en la economía y lo social. Bolivia será grande, la
Patria de todos", sentenció García.
Asunción de Evo Morales
El presidente Evo Morales asumió al cumplirse exactamente
cuatro años de su expulsión del Parlamento por los partidos
tradicionales, hecho decisivo para su proyección política.
El mandatario recordó el episodio en el mensaje de
inauguración de su mandato quinquenal, y recordó que en esa
época -bajo el régimen del neoliberal Jorge Quiroga y con
presiones de la embajada estadounidense- lo partidos
tradicionales lo echaron del recinto en el que juró
triunfante hoy el cargo.
"Me acusaron de asesino, de narcotraficante", señaló,
evocando que antes de abandonar la Cámara de Diputados
advirtió que regresaría acompañado de decenas de diputados,
lo cual cumplió tras las elecciones de 2002, en las que
ocupó el segundo lugar.
Agradeció con ironía a sus verdugos de hace cuatro años,
cuando comentaristas neoliberales celebraban la liquidación
política del hasta entonces dirigente y diputado cocalero.
Las acusaciones, derivadas de disturbios registrados en la
región central del Chapare, no pudieron prosperar por falta
de consistencia y, ante fuertes presiones sociales, la causa
judicial abierta en su contra fue anulada.
El gobernante indígena descartó la posibilidad de una
venganza, ahora que el MAS tiene 72 de los 130 escaños de la
Cámara de Diputados.
En su mensaje, Morales recordó también que en marzo pasado
el entonces presidente Carlos Mesa pretendió aislarlo con un
mensaje lleno de ataques descalificadores, y le reprochó,
sin nombrarlo, haber practicado la exclusión y la
discriminación.
Un deseo como primer acto
presidencial
En su primer acto tras la asunción, el mandatario Evo
Morales reveló su deseo de ser el mejor Presidente de los
bolivianos, en un extenso discurso en el que recorrió los
puntos esenciales del programa de gobierno.
Con la banda presidencial y la medalla del Libertador Simón
Bolívar, el primer mandatario indígena abarcó todos los
temas clave de la política interna y exterior, sin miedo a
nombrar las cosas por su nombre, de manera directa y fluida,
para adelantar los pasos iniciales de su gestión.
En poco más de 80 minutos de discurso improvisado, parte en
lengua aymara, Morales hizo un breve pero agudo análisis del
panorama en el cual dejaron al país los gobernantes
predecesores.
"¿Qué han hecho esos gobernantes? ¿No sienten lo que sufren
las mayorías, los niños?. En vez de juntar plata en los
bancos de Europa, de Suiza, sean solidarios e inviertan en
el país", exclamó.
"Lamento mucho mencionar la tremenda corrupción existente
con la cual tenemos que acabar. Espero que los corruptos
empiecen a renunciar en este momento. Investigaremos, y
demostraremos como se puede gobernar con humildad",
subrayó.
Anunció pasos para acabar con la esclavitud en algunos
latifundios, la necesidad de austeridad, la lucha contra el
nepotismo y el terrorismo mediático.
"La mayor parte de los niños mueren en el campo, muy pocos
se salvan de esa muerte. Tienen que ponerse la mano en el
pecho para pensar en las mayorías, no solo bolivianas sino
latinoamericanas, en cómo reparar los daños de 500 años de
saqueo a nuestros recursos naturales", remarcó Morales.
El flamante Presidente aseguró que se hará historia: "El
pueblo es sabio, esa sabiduría hay que reconocerla y
respetarla, sin excluir a nadie. Sin expulsar a nadie
-acotó-, no somos vengativos ni rencorosos, pero con las
razones del pueblo, de los pobres, de los indígenas, que son
la mayoría y en cuyas manos debe estar en control de los
recursos", señaló.
"Promoveremos la Asamblea Constituyente para refundar el
país como herramienta de unión de los bolivianos -continuó
el Presidente-, donde se respete la diversidad. Sueño con su
instalación el próximo 6 de agosto en Sucre, con la
presencia de muchos gobernantes".
Los temas sociales ocuparon un espacio principal en el
mensaje. "Más del 20 por ciento de la población es
analfabeta, muchos carecen de identificación y de atención
médica, todos estos problemas deben ser solucionados con
medios propios y ayuda internacional, con acuerdos como los
existentes con Cuba y Venezuela," anunció.
"Hay que poner fin al narcotráfico, a la cocaína, no la hoja
de coca. Le decimos al gobierno de Estados Unidos -advirtió-
que estamos dispuestos a firmar un acuerdo efectivo de
enfrentamiento a ese flagelo. La lucha contra las drogas no
puede ser una excusa para el dominio y el sometimiento de
los pueblos. Podemos dialogar sin condicionamientos, sin
sometimiento", reiteró el líder boliviano.
"Una vez más decimos que tampoco somos responsables del
endeudamiento externo. Sin desconocerlo, pedimos a la
comunidad internacional analizarlo con seriedad,
responsabilidad y que sea condonada", reclamó Evo.
Luego de agradecer la solidaridad internacional, el
Presidente expresó que Bolivia no está sola, reveló la
vocación latinoamericana del pueblo, de su gobierno y la
decisión de procurar la integración con los países vecinos y
en el marco regional.
Argenpress
24 de
enero de 2006
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