Hace dos años, cuando una alianza de partidos de derecha definió la separación entre las elecciones presidenciales y las legislativas y municipales, muchos señalaron la intención de esos partidos conservadores de impedir el inminente deterioro de su influencia política, de su credibilidad y confianza en la población. Los resultados de las elecciones del pasado domingo 18 muestran ahora la validez de los reclamos que en aquel momento señalaron que la reforma equivalía a cargar los dados en favor de los partidos de derecha. No obstante, la izquierda avanzó en todo el país.

 

Los resultados cada vez más firmes confirman que el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) estaría aumentando sus diputados a nivel nacional, convirtién-dose en la primera fuerza en el voto popular y en el número de diputados. Asimismo, el FMLN solo o en coaliciones con el partido socialcristiano Cambio Democrático (CD), o con movimientos ciudadanos, ha logrado asegurar importantes cabeceras departamentales como Santa Ana, La Unión, Usulután y La Libertad, y sin excepción todos los municipios que componen el Área Metropolitana de San Salvador excepto la capital. Los resultados legislativos, sin embargo, no le permiten alcanzar una mayoría simple en coalición con el Cambio Democrático (CD), un partido socialcristiano progresista, y le obligan a buscar negociaciones con el derechista Partido Demócrata Cristiano (PDC) o con el Partido de Conciliación Nacional (PCN), el otrora partido gobernante de los militares.

 

Una combinación de factores electorales, algunos lindando con la ilegalidad y ilegitimidad, le han asegurado a ARENA el gobierno del municipio central de la capital San Salvador, que durante doce años estuvo en manos del FMLN.

 

Es importante mencionar que el sistema electoral salvadoreño adolece de fallas estructurales que permiten que mediante un obsoleto sistema de cocientes y residuos, el voto popular no se vea representado fielmente en la división porcentual final de los representantes a la Asamblea Legislativa. Por ejemplo, permite que partidos pequeños obtengan diputados “residuales” con 8-11 mil votos, mientras que a partidos grandes puede llevarles 30-40 mil votos lograr sus propios parlamentarios.

 

El FMLN y ARENA habían acordado saldar estas y otras deficiencias mediante una reforma electoral, antes de la segunda vuelta presidencial de las elecciones de 1994. Sin embargo, el órgano ejecutivo en manos de ARENA ha hecho caso omiso por más de una década a este compromiso, como también ha ignorado las recomendaciones y exigencias nacionales e internacionales al respecto.

 

¿La joya de la corona?

 

En el caso de San Salvador, es importante mencionar que ARENA apostó a jugar sucio y limpio simultáneamente. Por una parte organizó una campaña enfocada en cuatro de las comunidades más grandes y más pobres de la capital en donde repartió alimentos, implementos deportivos y paquetes escolares para los niños. El candidato a Alcalde se dedicó a pintar casas y, para cerrar todo con un broche de oro alquiló un circo. Literalmente, alquiló un circo para el cierre de campaña, para cumplir folclóricamente con la conocida frase de “Pan y Circo”. Finalmente, ARENA dispuso transporte y orientación para los votantes de estas comunidades hacia los centros de votación. Como es de imaginar, Quijano contó con el financiamiento necesario y generoso de parte de la gran empresa privada para toda la parafernalia de su estrategia electoral.

 

Sin embargo, sabiendo que la pelea de la capital seria muy cerrada, ARENA organizó también la migración de votos desde municipios de la zona metropolitana (donde el FMLN ganó todos sin excepción), desde el interior del país e incluso desde fuera del país. En centros de votación como la Feria Internacional, observadores y autoridades detectaron personas originarias de Honduras votando. En el centro de votación del INFRAMEN igualmente se detectaron personas de Nicaragua. En la sede de la empresa estatal de agua (ANDA), la Policía capturó a cuatro vigilantes privados con documentos falsos para ejercer el voto en San Salvador. La Policía actuó a partir de una denuncia ciudadana que señalaba el lugar como lugar de concentración de por lo menos 50 vigilantes privados, quienes habían sido movilizados ahí por instrucciones del jefe de campaña de Norman Quijano, por cierto, un ex militar que ahora es el principal propietario de empresas privadas de seguridad en El Salvador.

Centro de Votación en la Feria Internacional, San Salvador, 18 de enero de 2009.

 

Jugando hacia adelante

 

En el discurso en que Norman Quijano se declaró ganador de la Alcaldía de San Salvador, éste se cuido de mostrarse humilde en la victoria, tal como lo repitió en varias ocasiones. Quijano, quien desde su puesto de diputado de la Asamblea Legislativa se convirtió en los últimos años en el principal detractor de las administraciones del FMLN en la capital, organizó las propuestas de su campaña alrededor de tres ejes, introducir el metro bus en la congestionada capital, construir bóvedas sobre las quebradas que año con año causan inundaciones en las comunidades marginales de San Salvador, y programas de atención social a estas comunidades.

 

Lo paradójico es que el sistema institucional salvadoreño no otorga suficiente autonomía a las municipalidades para cumplir las promesas de Quijano. Las construcciones de grandes obras como bóvedas, son responsabilidad del Ministerio de Obras Públicas. Un proyecto como el Metrobus le corresponde impulsarlo al Vice Ministerio de Transporte, también nombrado por el Poder Ejecutivo. De hecho, la imposibilidad de avanzar en temas similares para los gobiernos municipales del FMLN en la capital, ha tenido mucho que ver con la falta de colaboración del Ejecutivo a lo largo de los doce años anteriores. Y quizás Quijano comprendió perfectamente que con un Ejecutivo en manos del FMLN, su administración municipal deberá entenderse y concertar para intentar cumplir en su período de tres años. Este es un escenario que sigue siendo el más probable luego de obtener el partido de izquierda la mayoría del voto popular nacional.

 

Sin embargo, Rodrigo Ávila, candidato presidencial de ARENA y miembro durante los años 80 de las “Defensas Civiles Patrióticas”1, en un desenfreno de emociones utilizó el discurso de Quijano como la oportunidad para convertir una victoria local en una catapulta para sus limitadas posibilidades electorales a nivel nacional. A pesar de que los números concretos ya arrojaban la preferencia del voto popular nacional para el FMLN, Ávila, en contraste con la “humildad” del alcalde electo, volvió a su discurso de ultranza, calificando como “terroristas”, “comunistas” y “tirapiedras” a sus contrincantes electorales, y en un arrebato poco apropiado para un aspirante a Presidente, le dijo al candidato presidencial del FMLN para qué podía usar las encuestas electorales. Encuestas que, al igual que el resultado electoral nacional, no favorecen por el momento al candidato presidencial de ARENA.

Apertura de las urnas e inicio del conteo de votos, Feria Internacional, San Salvador 18 de enero 2009

 

En camino a las

presidenciales de marzo 2009

 

Ahora, nuevamente la carrera electoral se ha reactivado para las elecciones presidenciales a realizarse el próximo 15 de marzo. La contienda está clara entre el FMLN y ARENA, más que como partidos o candidatos, como proyectos históricos que representan la aún pendiente culminación de ciclos que datan desde la década de los años 30 del siglo pasado.

 

Por su parte, el FMLN ha agrupado bajo su bandera y conduce un frente amplio con participación de varios sectores sociales no partidarios, que incluyen al propio candidato presidencial que no proviene de sus filas pero que cuenta con una indudable credibilidad y aprecio de la población. Al mismo tiempo, ARENA ha intentado calcar la formula de apertura, incluyendo a una figura “light” en la candidatura a la vice presidencia, pero sin hacer cuajar aún ni su plan de gobierno (que hasta el momento no ha sido presentado públicamente) ni las tan anunciadas “alianzas ciudadanas” que el partido gobernante prometió para dar una sensación de renovación a su proyecto de continuidad partidaria.

 

Asimismo, diversas organizaciones sociales y sindicales han activado también la denuncia internacional sobre las irregularidades detectadas en las elecciones. Entre estos esfuerzos, ha circulado para ser suscrita esta semana en los ámbitos de las organizaciones populares una carta al secretario general de la OEA en la cual se denuncia con detalles una importante lista de casos específicos que habrían empañado la transparencia de las elecciones, con lo que se espera generar atención sobre estos puntos para evitar se repitan en las elecciones presidenciales que están a la puerta.