Enron y compañía (I)

La debacle de la nueva economía «made in USA»

 Veinte años de desreglamentación y de apertura de los mercados a escala mundial suprimieron las barreras de seguridad que habrían podido limitar los efectos en cascada de las crisis que atravesaron la Enron y cía. El conjunto de las empresas capitalistas de la tríada y de los mercados emergentes evolucionaron, ciertamente con sus particularidades, en el mismo sentido que en los Estados Unidos. Las instituciones privadas bancarias y financieras, así como las empresas de seguros del planeta, se encuentran en mala posición: adoptaron prácticas cada vez más aventureras. Todos los grandes grupos industriales conocieron una financiarización pronunciada y por ende se han vuelto muy vulnerables. Enron, Worldcom, Global Crossing, Vivendi Universal, Ahold, Parmalat, etc. La sucesión de escándalos mostró la vacuidad de las afirmaciones de los dirigentes de los Estados Unidos y de sus seguidores en los cuatro puntos cardinales. Es hora de pensar en otro sistema, tanto en Estados Unidos como en otras partes.

 

Desde finales de los 90 hasta el 2001, el funcionamiento del capitalismo de Estados Unidos había sido erigido como modelo. Los presidentes de Estados Unidos y de la Reserva Federal no dudaban en hablar del 'genio' de los Estados Unidos. En Europa, la mayor parte de los periodistas y de los responsables políticos (incluidos los socialistas o laboristas) les hacían el juego.

 

Este modelo, que fue impulsado por los gobiernos de todos los colores políticos y la Comisión Europea, se extendió progresivamente a la gestión de las empresas multinacionales "europeas" (Vivendi, Vodafone, Arcelor). Las críticas más corrientes que se escuchaban en la época decían que no se iba lo suficientemente rápido en la aplicación de dicho modelo. En Francia, el gobierno de Jospin, o mejor dicho el gobierno de la llamada 'izquierda plural', hizo que la Asamblea Nacional adoptara (2 de mayo del 2001) una ley sobre las "nuevas regulaciones económicas" directamente inspirada en el modelo estadounidense aún en vigencia en aquella época.

 

Lejos de apreciar el carácter no reproductible y artificial del crecimiento sostenido de los Estados Unidos entre 1995 y el 2000 (la burbuja financiera en formación, la inflación del crédito y el enorme flujo de capitales europeos y japoneses a los Estados Unidos), los candidatos imitadores de todas partes del mundo estaban obnubilados por la "corporate governance" y por el "gobierno de empresa", que según aquellos permitirían valorizar lo máximo posible los intereses de los accionistas devenidos en su mayoría "zinzins" (inversores institucionales: fondos de pensión seguros, bancos de negocios). Al adoptar el "gobierno de empresa" querían resolver la contradicción entre los intereses de los accionistas y los de los managers. En efecto, según los partidarios del "gobierno de empresa", los managers buscan acrecentar su poder y su remuneración beneficiándose de las informaciones privilegiadas de las que disponen en razón de su función en la empresa. El "gobierno de empresa" tiene particularmente el objetivo de impedir esto, o sea, trata de reducir las "asimetrías de información" entre managers y accionistas. Trata de obligar a los managers a abastecer regularmente a los accionistas vía informes trimestrales. El "gobierno de empresa" trata de incitar a los managers a gestionar las empresas en interés de los accionistas haciendo todo lo posible para que aumente el valor de las acciones. A fin de lograr este objetivo, la remuneración de los managers se establece (en principio) en función de los resultados de la empresa. Una de las principales técnicas utilizadas es el sistema de las stock-options, modo de remuneración de los directivos y de los cuadros de la empresa que consiste en darles la posibilidad de adquirir acciones de la misma (opción de compra) a un precio inferior al de la Bolsa, así como el de revenderlas en el futuro cuando éstas hayan aumentado (luego veremos a qué dio lugar esto en el caso Enron). Las stock-options incitarían entonces a los directores y cuadros superiores de la empresa a tomar decisiones conforme a los intereses de los accionistas: obtener un aumento del valor de las acciones en la Bolsa así como dividendos crecientes. Lo que fue presentado como un nuevo capitalismo terminó en un lamentable fiasco desde el punto de vista capitalista y en un drama social para los asalariados. A partir de 2001-2002, tanto las quiebras monumentales como los escándalos sucesivos sirvieron para mostrar las prácticas delictivas sistemáticas a la vez que nos recordaron el final de los años 20 y la crisis de los años 30.

 

Esta sucesión de escándalos durante 2001-2002 fue precedida por el desarrollo de una burbuja financiera a escala internacional que va desde 1998 al 2000 (en particular en Norteamérica y en Europa): el curso de las acciones en la Bolsa y el volumen de la capitalización bursátil aumentaron de manera impresionante.

 

La burbuja en expansión produjo un delirio de fusiones/adquisiciones sin una verdadera viabilidad, así como una ola de inversiones masivas (en particular en las telecomunicaciones y la informática) sin ninguna relación con las posibilidades reales de dichas empresas. La burbuja financiera escondía un fenómeno completamente inquietante para los capitalistas: una caída importante de la tasa de beneficio de las empresas a partir de 1997-1998 (Robert Brenner, 2002). Con la euforia de los mercados exuberantes, los "zinzins" no quisieron ver el carácter completamente especulativo y desproporcionado del aumento de los valores bursátiles de las empresas, entre las cuales algunas ni siquiera percibían beneficios (fue el caso de numerosas "start-up").

 

En la carrera frenética de aumento de las cotizaciones en la Bolsa, los managers, a sabiendas de los accionistas, endeudaron muy fuertemente a las empresas. Este endeudamiento de las empresas permitía adquirir otras empresas del mismo sector (para las empresa, uno de los objetivos de las adquisiciones era el de alcanzar el mayor tamaño posible a fin de evitar que ésta fuera comprada por otras). El endeudamiento perseguía un segundo objetivo: las empresas se endeudaban para comprar sus propias acciones en la Bolsa a fin de poder mantenerse en carrera. En Francia, la ley autoriza a una empresa a comprar hasta el 10% de sus acciones cada año: multinacionales como Danone o Peugeot no se privan de esto. El endeudamiento de las empresas en los Estados Unidos progresó de manera formidable hacia fines de los '90 (también el de los hogares, lo que permitió mantener un nivel de consumo elevado). La exuberancia bursátil, el endeudamiento masivo de sus empresas y el frenesí de las recompras y las fusiones, el nivel elevado de la inversión en ciertos sectores para aumentar las capacidades de producción, la propensión de los hogares a aumentar el consumo recurriendo cada vez más al crédito, todo eso fue lo que produjo el llamado "efecto riqueza". Numerosos comentadores laudatorios del capitalismo mistificaban todo hablando de la "nueva economía".

 

Cuando aparecieron los signos de la implosión de la burbuja financiera y la carrera de la Bolsa bajó, a partir del segundo semestre del 2000, los directivos de las empresas trucaron sus cuentas a fin de presentar simulacros de beneficios y convencer a los mercados de continuar comprando sus acciones. Aumentaron una vez más el endeudamiento de "su" empresa con el objeto de comprar más acciones para sostener la carrera bursátil. Ciertas empresas inflaron todo y sus cifras de negocios para hacer creer que su crecimiento continuaba. Frente a estos enormes trucos, las autoridades monetarias de los Estados Unidos -Alain Greenspan, presidente de la Reserva Federal, y Larry Summers y luego Paul O'Neill (1) que se sucedieron en la Secretaria de Estado del Tesoro- adoptaron una posición de Tartufo, haciéndose pasar por quienes ignoraban lo que se estaba llevando a cabo a la vez que seguían profesando una confianza a toda prueba respecto de la genialidad de los mercados. Sin embargo, las prácticas de los directivos de empresas como Enron eran bien conocidas ("delito de iniciado"): el presidente G. Bush y el vicepresidente D. Cheney habían recurrido a estos artilugios algunos años antes (ver más adelante). Por su parte, Greenspan había salvado a la empresa LTCM en septiembre de 1998, y además conocía bien el recorrido que había llevado a ésta a la quiebra.

 

Las autoridades de los Estados Unidos esperaban que gracias a un milagro la Bolsa retomara una trayectoria en alza. Pero fue otro el escenario que se produjo: la caída estrepitosa de la misma a escala planetaria mostró que numerosas empresas norteamericanas (y de otras partes del mundo) habían maquillado sus cuentas como jugadores que esperan rehacerse rápidamente, y que arriesgan cada vez más tomando créditos con la esperanza de licuar sus deudas. Entre marzo del 2000 y noviembre del 2002, con la decreciente trayectoria de la bolsa y el desinfle parcial de la burbuja bursátil, se esfumaron más de 15.000 millones de dólares a escala mundial (7.000 millones en los Estados Unidos).

 

Un caso emblemático:

el escándalo Enron

 

El ascenso, declive y quiebra de Enron marcará un hito en la historia sórdida de la mundialización capitalista. El 2 de diciembre del 2001, en momentos en que se producía la quiebra de Enron, se creía que se trataba de la quiebra más importante de la historia. Sin embargo, ésta fue rápidamente suplantada por la quiebra de WorldCom. En siete ocasiones la revista Fortune había consagrado a Enron como la empresa más innovadora. Poco antes de que se declarara la quiebra, los dirigentes de Enron se sirvieron de 700 millones de dólares de caja. La quiebra acarreó 26.000 millones de dólares para los accionistas y 31.000 millones de dólares para los bancos. La mayor parte de los asalariados de la sede central se convirtieron en desocupados cobrando por indemnización la suma de 16.500 dólares, mientras que una parte de ellos (1.200) perdieron el 90% del valor de sus ahorros-pensión. En total, Enron y sus 2.800 filiales empleaban a cerca de 25.000 asalariados en el mundo.

 

Enron era una empresa que especulaba sobre materias primas (petróleo, gas, aluminio, carbón, madera), energía (electricidad), agua y sobre mercados de los productos derivados (entre las innovaciones de Enron encontramos productos derivados para protegerse de los cambios climáticos). Enron operaba en 40 países, poseía centrales eléctricas en India, bosques en Escandinavia, tenía actividades en las antiguas repúblicas de la Unión Soviética y, al momento de su quiebra, intentó comprar el sector de energía de la República Checa. Enron realizaba el 25% de su cifra de negocios fuera de los Estados Unidos. En su apogeo, controlaba el 20% del mercado de la electricidad en los Estados Unidos y Europa (Wall Street Journal del 1/12/2001).

 

Para organizar sistemáticamente la evasión fiscal en relación al Tesoro de los Estados Unidos y en otros estados donde era activa, Enron utilizaba varios subterfugios. Había creado 874 filiales establecidas en paraísos fiscales (de las cuales 195 se encontraban en las Islas Caimanes, ver lista en www.transnationale.org/fiches/817512280.htm. La cifra de las 874 filiales establecidas en los paraísos fiscales se puede encontrar en Public Citizen (www.citizen.org). Como declaraba sus beneficios, esto le permitió no pagar los impuestos sobre ingresos al Tesoro estadounidense durante los últimos cinco años de su existencia.

 

En los paraísos fiscales en los que se había implantado Enron los impuestos eran exiguos, o mejor dicho nulos. Otro subterfugio: hacer una declaración fiscal diferente a la que consta en el balance de la empresa presentado a los accionistas. Para la mirada del fisco, las stock options eran compatibilizadas como un costo, mientras que para los accionistas, a quienes era necesario hacerlos participar de beneficios crecientes, las stock options no eran consideradas como tales. Enron quería ocultar sus pérdidas y sus deudas a los mercados financieros para que sus acciones siguieran siendo consideradas atractivas. Pero para ello era necesario disimular el estado real de la empresa. Para evitar miradas indiscretas, el balance financiero de Enron no tomaba en cuenta el balance del conjunto del grupo Enron. Todas las manipulaciones y disimulaciones eran posibles. Además, con el objeto de comprar la colaboración de todos aquellos que seguían de cerca la salud financiera de la empresa, tales como los estudios de auditorias (Andersen), los bancos de negocios (Merryl Lynch, Morgan Stanley), los bancos (Citigroup, J. P. Morgan), todos estos eran asociados a los resultados de la empresa de manera que fueran a la vez jueces y partes.

 

Enron y la desreglamentación del mercado

de la electricidad en los

Estados Unidos

 

Las cifras de negocios y los resultados de explotación de Enron pegaron un salto hacia adelante a partir de fines del 92, cuando la empresa logró ser exceptuada del control del Estado sobre sus actividades especulativas sobre los mercados derivados.

 

Enron mantenía contactos muy estrechos con representantes demócratas y republicanos. En doce años (1991-2002) vertió a la caja de dichos representantes más de 5 millones y medio de dólares. (75% para los republicanos y 25% para los demócratas). Esto hizo de Enron una de las empresas más "generosas" respecto a los partidos capitalistas que se alternan en el poder. El hombre político republicano que recibió la mayor cantidad de dinero por parte de Enron es el senador Phil Gramm (2), quien a cambio hizo uso de su influencia para favorecer la realización de los objetivos de la empresa en materia de desreglamentación del mercado de la electricidad. En 1992, Wendy Gramm, su esposa, quien había ocupado cargos durante las administraciones de Ronald Reagan y de George Bush padre, obtuvo de la empresa que ella presidía en aquel momento, la Commodity Futures Trading Commission (CFTC, la comisión para las operaciones a termino sobre materias primas), que la Enron fuera exceptuada de la obligación de rendir cuentas sobre sus operaciones en los mercados derivados. Esta misma señora logró hacer pasar dicha decisión de manera expeditiva en los últimos días de la administración de Bush padre. Seis días después renunciaba, y cinco semanas más tarde era incorporada a Enron como miembro del comité de dirección. En el seno del comité, ella estaba a cargo del comité de auditorias, lo que le dio la oportunidad de tener acceso de manera privilegiada a una cantidad importante de información financiera, y por consiguiente, de estar al tanto de las numerosas manipulaciones contables y de los crímenes financieros realizados de manera sistemática por la empresa. Lo cierto es que nada de esto fue dicho a la justicia. Entre 1993 y 2001, ella fue más que holgadamente recompensada en términos de ingresos: más de 915.000 dólares (3).

 

La desreglamentación del mercado de la energía se llevo a cabo en 1996, durante la presidencia de Bill Clinton. Numerosas empresas públicas de producción y distribución eléctrica fueron privatizadas entonces, lo que favoreció ampliamente a sociedades como Enron. Durante 1999 y 2000, Enron gastó tres millones y medio de dólares para hacer lobby político con el objeto de obtener una mayor desreglamentación del mercado de la energía en los Estados Unidos. Los "aportes" de Enron para la campaña presidencial de George Bush hijo fueron importantes. En diciembre del 2000, el senador Phil Gramm obtuvo el cambio de legislación que Enron deseaba. La empresa se benefició de esto creando una filial llamada EnronOnline, la cual pasó rápidamente a controlar el mercado de la electricidad y del gas natural en el estado de California. Una vez producido el cambio de la legislación, el aprovisionamiento de la electricidad en dicho estado también se degradó rápidamente: se produjo la multiplicación de cortes de luz de una envergadura tal que se tuvo que decretar el estado de urgencia energética 38 veces durante el primer semestre del 2001. Durante este mismo período, la cifra de negocios de Enron se multiplicó por dos.

 

¿En que medida el comportamiento de Enron contribuyó a crear esta situación de crisis, y como se benefició la empresa de esta situación?

 

Hagamos en principio una primera precisión importante: Enron no producía energía en California, o al menos lo hacía en muy menor medida. Su actividad consistía en comprar la electricidad a los productores y a revenderla al estado de California, a las empresas y a los hogares. En el 2002, diferentes investigaciones, en particular basadas en documentos internos de la empresa y en declaraciones de Timothy Belden, antiguo responsable de corretaje de la electricidad en la costa oeste de los Estados Unidos, pudieron demostrar que la empresa provocó deliberadamente el deterioro de los servicios de electricidad a partir del momento en que el abastecimiento dejó de estar en manos del estado, y que la empresa pasó a revender la energía a aquél a precios muy elevados. Al interior de la empresa, este tipo de operaciones eran denominadas "Operación Ricochet". La empresa recurría de esta manera a otro tipo de operación, variante de la primera. Se trataba de hacer creer que era una cuestión de penuria de electricidad y de simular una compra de electricidad a otro estado para luego venderla a consumidores californianos. En realidad, esta electricidad vendida a "precio de oro" no provenía del exterior sino de California misma. En la terminología interna de la empresa esta operación era denominada "Estrella de la muerte" (Death star). Todo esto era posible gracias a que no había ningún control sobre lo que hacían Enron y sus filiales (principalmente EnronOnline).

 

En 1999-2000, Enron entregó 1,14 millones de dólares a George Bush hijo para su campaña electoral. En contrapartida, el presidente Bush obstaculizó la acción de los congresistas que querían restaurar el control público de los precios del mercado de la electricidad de la costa oeste. Finalmente, fue necesario esperar hasta el 19 de junio del 2001 para que, a pesar de la voluntad de Bush y de otros apoyos políticos de Enron, el Congreso, donde los demócratas tenían una pequeña minoría, pudiera imponer la votación sobre el retorno al control de precios. El tiempo perdido a causa de las maniobras dilatorias del presidente George Bush costó miles de millones de dólares suplementarios a los poderes públicos y a los consumidores californianos.

 

El declive de Enron

 

Hasta aquí, el ascenso de Enron parecía irresistible. Su historia comenzó en 1984 cuando Kenneth Lay, de 42 años, antiguo Subsecretario de Estado de Energía bajo Ronald Reagan, se puso a la cabeza de la empresa Houston Natural Gas, que devendrá Enron.

 

Entre 1990 y el 2000, los ingresos aumentaron el 1.750% (Public Citizen, diciembre del 2001, p. 8). El 21 de diciembre de 1991, la acción Enron valía 21,5 dólares; el 7 de agosto del 2000, ésta había saltado a 90 dólares; y el 3 de diciembre del 2001 (al día siguiente de la quiebra) cayó a 1,01 dólares. Entre el 2000 y el 2001, las ventas de Enron se multiplicaron por cuatro, pasando de 12 a 48 mil millones de dólares. En agosto del 2001 Enron declara 401 millones de dólares de beneficios; tres meses más tarde, el 26 de octubre, la empresa reconoce 618 millones de dólares de pérdida.

 

A partir de junio del 2001 se precipita el declive de la empresa debido al retorno hacia una mayor reglamentación. Sin embargo, la crisis venía de más lejos: desde el año 2000, la capitalización bursátil de la empresa, así como la mayor parte de las otras empresas estadounidenses tenían la tendencia a hundirse; los beneficios reales también bajaban.

 

A fin de que las acciones siguieran siendo atractivas, la dirección de la empresa infló de manera completamente artificial las cuentas, registrando como ingresos los préstamos bancarios (los otorgados por el principal grupo bancario mundial Citigroup y por J. P. Morgan) y otras operaciones. Para disimular las pérdidas, la dirección de la empresa las sacó directamente del balance. Con el objetivo de mantener una cotización bursátil lo más elevada posible, la dirección de la empresa llevó a Enron a comprar masivamente sus propias acciones. Siguiendo esta línea, la dirección hizo todo lo posible para que los fondos de pensión de los asalariados de Enron aumentaran la parte de acciones de la cartera de Enron, a una competencia del 62%. Mientras que en julio del 2001 el patrón de Enron, Kenneth Lay, invitaba a sus empleados a comprar las acciones de Enron, al mismo tiempo las vendía de manera oculta, embolsando una plusvalía importante en relación al precio al que las había adquirido en el cuadro de sus stock-options (entre noviembre del 2000 y el 31 de julio del 2001, Kenneth Lay vendió 672.000 acciones de Enron). Esto aceleró la caída de las acciones de Enron. Al mismo tiempo, todos los empleados se habían visto impedidos de ejercer el derecho de vender sus acciones, dado que el fondo de pensión Enron había sido declarado en reestructuración y todas las operaciones habían sido bloqueadas.

 

Enron: Cronología

 

"Yo creo en Dios y en el mercado libre. Es la manera más adecuada de distribuir y estimar los recursos. Esto crea más riquezas y un nivel de vida más elevado como no lo haría otra alternativa. Ciertamente, Jesús intentó cuidar a las personas que lo rodeaban; intentó que ellos tengan una vida mejor. El estaba también enamorado de la libertad; el quería que la gente tenga la libertad de elegir. Cuanto más libre es un país en términos de mercado y de sistema político, más elevado es el nivel de vida de la gente".

-K. Lay, The son of a baptist minister

The San Diego Tribune, 2 de febrero de 2001

 

1984

Kenneth Lay toma la dirección de Houston Natural Gas.

 

1985

la fusión de Houston Natural Gas y de Inter North da nacimiento a Enron.

 

1993

Enron es exceptuado del control público sobre sus operaciones en el mercado de la energía gracias a la intervención de Wendy Gramm, presidente de la CFTC. Seis años más tarde, Wendy Gramm renuncia a la presidencia de la CFTC y pasa a ser miembro de la dirección de Enron. Entre 1993 y el 2001, ella recibirá por parte de Enron, bajo diferentes formas de remuneración, más de 915.000 dólares.

 

1996

desregulación del mercado de la electricidad. Privatización de las empresas públicas locales productoras y distribuidoras de electricidad.

 

1999-2000

Enron gasta 3.450.000 dólares para obtener un cambio en la legislación.

Diciembre del 2000: el senador Phil Gramm, marido de Wendy Gramm, promueve en el Congreso de los Estados Unidos un cambio en la legislación a favor de la desregulación.

 

20 de enero del 2001

se inicia el mandato del presidente republicano George W. Bush

 

Primer semestre del 2001

se completa la desregulación en el mercado de la energía. Gracias a su filial EnronOnline, Enron controla el mercado de la electricidad de la costa oeste. Las autoridades californianas decretan en 38 ocasiones el estado de emergencia energético. Se suspende el abastecimiento eléctrico durante centenas de horas a causa de las manipulaciones de Enron, que provocan sistemáticamente cortes de energía para hacer aumentar el precio de la misma y los beneficios.

 

22 de febrero, 7 de marzo y 17 de abril del 2001

se llevan a cabo reuniones entre Kenneth Lay y la Comisión de Energía bajo la influencia del vicepresidente de los Estados Unidos, Richard Cheney.

 

17 de mayo

la Comisión de Energía informa que aprueba lo esencial de las proposiciones de Enron, entre ellas el rechazo del Acuerdo de Kioto.

 

19 de junio

el director ejecutivo Jeffrey K. Skilling renuncia; Kenneth Lay asume la responsabilidad de director general y de vicepresidente.

 

16 de octubre

se registra una pérdida neta de 618 millones de dólares en el tercer trimestre.

 

22 de octubre

Enron afirma que la Comisión de Vigilancia de las Operaciones Bursátiles (SEC) inicia una investigación interna sobre la sociedad.

 

23 de octubre

K. Lay tranquiliza a los inversores durante la asamblea de accionistas.

 

29 de octubre

K. Lay interviene en torno de las autoridades federales, el Secretario de Comercio, con el objeto de encubrir una información negativa de la agencia de cotización Moody's sobre la solvencia de Enron.

 

8 de noviembre

K. Lay compara la situación de Enron con la sociedad financiera Long Term Capital Management, un fondo especulativo que quiebra durante la crisis de 1998 y que fue apoyado por la FED y el gobierno, lo que obligó a los grandes bancos privados, entre ellos a algunos bancos suizos, a inyectar fondos.

 

9 de noviembre

Dynegy, sociedad competidora del sector energético, encara la posibilidad de comprar Enron por 9 millones de dólares.

 

28 de noviembre

la fusión Dynegy/Enron fracasa.

 

29 de noviembre

la SEC amplia su investigación a la sociedad de auditorías Arthur Andersen.

 

2 de diciembre

Enron se declara en quiebra. Sin embargo, las acciones siguen subsistiendo en el mercado bursátil.

 

10 de enero del 2002

Arthur Andersen reconoce la destrucción de documentos confidenciales durante los meses de septiembre, octubre y noviembre del 2001.

 

Junio del 2002

condena de Andersen por obstrucción de la justicia.

 

Diciembre del 2003

inicio del proceso judicial a Enron.

 

Stock-Options: Jeffrey K. Skilling, entonces director general de Enron, obtuvo 62,5 millones de dólares de stock-options sólo durante el año 2000. Kenneth Lay, entre noviembre del 2000 y el 31 de julio del 2001, vendió 672.000 acciones de Enron en pequeñas cantidades. Jeffrey K. Skilling vendió 500.000 acciones el 17 de septiembre del 2001. Jim Derrick, de la dirección general, vendió 160.000 acciones desde el 6 al 15 de junio del 2001. Lou Pai, director ejecutivo de Enron Xcelerator, vendió 1.100.000 acciones desde el 18 de mayo al 7 de junio del 2001. Las ventas de stock-options realizadas por los dirigentes de Enron habían sido ya masivas en el 2000: "Estos enriquecimientos personales fueron realizados en detrimento del Estado. Beneficiándose de las medidas fiscales en vigencia, Enron dedujo los gastos ligados al ejercicio de las stock-options de sus beneficios. Resultado: mientras que el grupo tendría que haber pagado durante el año 2000 112 millones de dólares de impuestos sobre las sociedades, se benefició de un crédito de impuestos de 278 millones" (Diario Le Monde, 6 de abril de 2002).

 

 

Eric Toussaint (*)

Más información: CADTM

Traducción: Miguel Angel Djanikian.

Convenio: La Insignia - Rel-UITA

2 de marzo de 2004.

 

Notas


(*) Eric Toussaint, historiador y politólogo, presidente del CADTM (Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo), miembro del Consejo Internacional del Foro Social Mundial y del Consejo científico de ATTAC Francia, autor de La bolsa o la vida. Las finanzas contra los pueblos (2003).

 

1. Como signo de la amplitud del fiasco, Paul O'Neill tuvo que dimitir en diciembre del 2002.

2. En diciembre del 2002, éste fue citado como uno de los reemplazantes posibles del secretario de Estado en el Tesoro, Paul O'Neill (Financial Times, 9/12/2002)

3. En un informe publicado en diciembre del 2001, la asociación Public Citizen demandó que Phil y Wendy fueran convocados a comparecer a la justicia en el proceso Enron.

 

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