Enron y compañía (I)
La debacle de la nueva
economía «made in USA» |
Veinte
años de desreglamentación y de apertura de los mercados a
escala mundial suprimieron las barreras de seguridad que
habrían podido limitar los efectos en cascada de las crisis
que atravesaron la Enron y cía. El conjunto de las empresas
capitalistas de la tríada y de los mercados emergentes
evolucionaron, ciertamente con sus particularidades, en el
mismo sentido que en los Estados Unidos. Las instituciones
privadas bancarias y financieras, así como las empresas de
seguros del planeta, se encuentran en mala posición:
adoptaron prácticas cada vez más aventureras. Todos los
grandes grupos industriales conocieron una financiarización
pronunciada y por ende se han vuelto muy vulnerables. Enron,
Worldcom, Global Crossing, Vivendi Universal, Ahold,
Parmalat, etc. La sucesión de escándalos mostró la vacuidad
de las afirmaciones de los dirigentes de los Estados Unidos
y de sus seguidores en los cuatro puntos cardinales. Es hora
de pensar en otro sistema, tanto en Estados Unidos como en
otras partes.
Desde finales de los 90 hasta el
2001, el funcionamiento del capitalismo de Estados Unidos
había sido erigido como modelo. Los presidentes de Estados
Unidos y de la Reserva Federal no dudaban en hablar del
'genio' de los Estados Unidos. En Europa, la mayor parte de
los periodistas y de los responsables políticos (incluidos
los socialistas o laboristas) les hacían el juego.
Este modelo, que fue impulsado
por los gobiernos de todos los colores políticos y la
Comisión Europea, se extendió progresivamente a la gestión
de las empresas multinacionales "europeas" (Vivendi,
Vodafone, Arcelor). Las críticas más corrientes que se
escuchaban en la época decían que no se iba lo
suficientemente rápido en la aplicación de dicho modelo. En
Francia, el gobierno de Jospin, o mejor dicho el gobierno de
la llamada 'izquierda plural', hizo que la Asamblea Nacional
adoptara (2 de mayo del 2001) una ley sobre las "nuevas
regulaciones económicas" directamente inspirada en el modelo
estadounidense aún en vigencia en aquella época.
Lejos de apreciar el carácter no
reproductible y artificial del crecimiento sostenido de los
Estados Unidos entre 1995 y el 2000 (la burbuja financiera
en formación, la inflación del crédito y el enorme flujo de
capitales europeos y japoneses a los Estados Unidos), los
candidatos imitadores de todas partes del mundo estaban
obnubilados por la "corporate governance" y por el "gobierno
de empresa", que según aquellos permitirían valorizar lo
máximo posible los intereses de los accionistas devenidos en
su mayoría "zinzins" (inversores institucionales: fondos de
pensión seguros, bancos de negocios). Al adoptar el
"gobierno de empresa" querían resolver la contradicción
entre los intereses de los accionistas y los de los managers.
En efecto, según los partidarios del "gobierno de empresa",
los managers buscan acrecentar su poder y su remuneración
beneficiándose de las informaciones privilegiadas de las que
disponen en razón de su función en la empresa. El "gobierno
de empresa" tiene particularmente el objetivo de impedir
esto, o sea, trata de reducir las "asimetrías de
información" entre managers y accionistas. Trata de obligar
a los managers a abastecer regularmente a los accionistas
vía informes trimestrales. El "gobierno de empresa" trata de
incitar a los managers a gestionar las empresas en interés
de los accionistas haciendo todo lo posible para que aumente
el valor de las acciones. A fin de lograr este objetivo, la
remuneración de los managers se establece (en principio) en
función de los resultados de la empresa. Una de las
principales técnicas utilizadas es el sistema de las stock-options,
modo de remuneración de los directivos y de los cuadros de
la empresa que consiste en darles la posibilidad de adquirir
acciones de la misma (opción de compra) a un precio inferior
al de la Bolsa, así como el de revenderlas en el futuro
cuando éstas hayan aumentado (luego veremos a qué dio lugar
esto en el caso Enron). Las stock-options incitarían
entonces a los directores y cuadros superiores de la empresa
a tomar decisiones conforme a los intereses de los
accionistas: obtener un aumento del valor de las acciones en
la Bolsa así como dividendos crecientes. Lo que fue
presentado como un nuevo capitalismo terminó en un
lamentable fiasco desde el punto de vista capitalista y en
un drama social para los asalariados. A partir de 2001-2002,
tanto las quiebras monumentales como los escándalos
sucesivos sirvieron para mostrar las prácticas delictivas
sistemáticas a la vez que nos recordaron el final de los
años 20 y la crisis de los años 30.
Esta sucesión de escándalos
durante 2001-2002 fue precedida por el desarrollo de una
burbuja financiera a escala internacional que va desde 1998
al 2000 (en particular en Norteamérica y en Europa): el
curso de las acciones en la Bolsa y el volumen de la
capitalización bursátil aumentaron de manera impresionante.
La burbuja en expansión produjo
un delirio de fusiones/adquisiciones sin una verdadera
viabilidad, así como una ola de inversiones masivas (en
particular en las telecomunicaciones y la informática) sin
ninguna relación con las posibilidades reales de dichas
empresas. La burbuja financiera escondía un fenómeno
completamente inquietante para los capitalistas: una caída
importante de la tasa de beneficio de las empresas a partir
de 1997-1998 (Robert Brenner, 2002). Con la euforia de los
mercados exuberantes, los "zinzins" no quisieron ver el
carácter completamente especulativo y desproporcionado del
aumento de los valores bursátiles de las empresas, entre las
cuales algunas ni siquiera percibían beneficios (fue el caso
de numerosas "start-up").
En la carrera frenética de
aumento de las cotizaciones en la Bolsa, los managers, a
sabiendas de los accionistas, endeudaron muy fuertemente a
las empresas. Este endeudamiento de las empresas permitía
adquirir otras empresas del mismo sector (para las empresa,
uno de los objetivos de las adquisiciones era el de alcanzar
el mayor tamaño posible a fin de evitar que ésta fuera
comprada por otras). El endeudamiento perseguía un segundo
objetivo: las empresas se endeudaban para comprar sus
propias acciones en la Bolsa a fin de poder mantenerse en
carrera. En Francia, la ley autoriza a una empresa a comprar
hasta el 10% de sus acciones cada año: multinacionales como
Danone o Peugeot no se privan de esto. El endeudamiento de
las empresas en los Estados Unidos progresó de manera
formidable hacia fines de los '90 (también el de los
hogares, lo que permitió mantener un nivel de consumo
elevado). La exuberancia bursátil, el endeudamiento masivo
de sus empresas y el frenesí de las recompras y las
fusiones, el nivel elevado de la inversión en ciertos
sectores para aumentar las capacidades de producción, la
propensión de los hogares a aumentar el consumo recurriendo
cada vez más al crédito, todo eso fue lo que produjo el
llamado "efecto riqueza". Numerosos comentadores laudatorios
del capitalismo mistificaban todo hablando de la "nueva
economía".
Cuando aparecieron los signos de
la implosión de la burbuja financiera y la carrera de la
Bolsa bajó, a partir del segundo semestre del 2000, los
directivos de las empresas trucaron sus cuentas a fin de
presentar simulacros de beneficios y convencer a los
mercados de continuar comprando sus acciones. Aumentaron una
vez más el endeudamiento de "su" empresa con el objeto de
comprar más acciones para sostener la carrera bursátil.
Ciertas empresas inflaron todo y sus cifras de negocios para
hacer creer que su crecimiento continuaba. Frente a estos
enormes trucos, las autoridades monetarias de los Estados
Unidos -Alain Greenspan, presidente de la Reserva Federal, y
Larry Summers y luego Paul O'Neill
(1)
que se sucedieron en la Secretaria de Estado del
Tesoro- adoptaron una posición de Tartufo, haciéndose pasar
por quienes ignoraban lo que se estaba llevando a cabo a la
vez que seguían profesando una confianza a toda prueba
respecto de la genialidad de los mercados. Sin embargo, las
prácticas de los directivos de empresas como Enron eran bien
conocidas ("delito de iniciado"): el presidente G. Bush y el
vicepresidente D. Cheney habían recurrido a estos artilugios
algunos años antes (ver más adelante). Por su parte,
Greenspan había salvado a la empresa LTCM en septiembre de
1998, y además conocía bien el recorrido que había llevado a
ésta a la quiebra.
Las autoridades de los Estados
Unidos esperaban que gracias a un milagro la Bolsa retomara
una trayectoria en alza. Pero fue otro el escenario que se
produjo: la caída estrepitosa de la misma a escala
planetaria mostró que numerosas empresas norteamericanas (y
de otras partes del mundo) habían maquillado sus cuentas
como jugadores que esperan rehacerse rápidamente, y que
arriesgan cada vez más tomando créditos con la esperanza de
licuar sus deudas. Entre marzo del 2000 y noviembre del
2002, con la decreciente trayectoria de la bolsa y el
desinfle parcial de la burbuja bursátil, se esfumaron más de
15.000 millones de dólares a escala mundial (7.000 millones
en los Estados Unidos).
Un caso emblemático:
el escándalo Enron
El ascenso, declive y quiebra de
Enron marcará un hito en la historia sórdida de la
mundialización capitalista. El 2 de diciembre del 2001, en
momentos en que se producía la quiebra de Enron, se creía
que se trataba de la quiebra más importante de la historia.
Sin embargo, ésta fue rápidamente suplantada por la quiebra
de WorldCom. En siete ocasiones la revista Fortune había
consagrado a Enron como la empresa más innovadora. Poco
antes de que se declarara la quiebra, los dirigentes de
Enron se sirvieron de 700 millones de dólares de caja. La
quiebra acarreó 26.000 millones de dólares para los
accionistas y 31.000 millones de dólares para los bancos. La
mayor parte de los asalariados de la sede central se
convirtieron en desocupados cobrando por indemnización la
suma de 16.500 dólares, mientras que una parte de ellos
(1.200) perdieron el 90% del valor de sus ahorros-pensión.
En total, Enron y sus 2.800 filiales empleaban a cerca de
25.000 asalariados en el mundo.
Enron era una empresa que
especulaba sobre materias primas (petróleo, gas, aluminio,
carbón, madera), energía (electricidad), agua y sobre
mercados de los productos derivados (entre las innovaciones
de Enron encontramos productos derivados para protegerse de
los cambios climáticos). Enron operaba en 40 países, poseía
centrales eléctricas en India, bosques en Escandinavia,
tenía actividades en las antiguas repúblicas de la Unión
Soviética y, al momento de su quiebra, intentó comprar el
sector de energía de la República Checa. Enron realizaba el
25% de su cifra de negocios fuera de los Estados Unidos. En
su apogeo, controlaba el 20% del mercado de la electricidad
en los Estados Unidos y Europa (Wall Street Journal del
1/12/2001).
Para organizar sistemáticamente
la evasión fiscal en relación al Tesoro de los Estados
Unidos y en otros estados donde era activa, Enron utilizaba
varios subterfugios. Había creado 874 filiales establecidas
en paraísos fiscales (de las cuales 195 se encontraban en
las Islas Caimanes, ver lista en www.transnationale.org/fiches/817512280.htm.
La cifra de las 874 filiales establecidas en los paraísos
fiscales se puede encontrar en Public Citizen (www.citizen.org).
Como declaraba sus beneficios, esto le permitió no pagar los
impuestos sobre ingresos al Tesoro estadounidense durante
los últimos cinco años de su existencia.
En los paraísos fiscales en los
que se había implantado Enron los impuestos eran exiguos, o
mejor dicho nulos. Otro subterfugio: hacer una declaración
fiscal diferente a la que consta en el balance de la empresa
presentado a los accionistas. Para la mirada del fisco, las
stock options eran compatibilizadas como un costo, mientras
que para los accionistas, a quienes era necesario hacerlos
participar de beneficios crecientes, las stock options no
eran consideradas como tales. Enron quería ocultar sus
pérdidas y sus deudas a los mercados financieros para que
sus acciones siguieran siendo consideradas atractivas. Pero
para ello era necesario disimular el estado real de la
empresa. Para evitar miradas indiscretas, el balance
financiero de Enron no tomaba en cuenta el balance del
conjunto del grupo Enron. Todas las manipulaciones y
disimulaciones eran posibles. Además, con el objeto de
comprar la colaboración de todos aquellos que seguían de
cerca la salud financiera de la empresa, tales como los
estudios de auditorias (Andersen), los bancos de negocios (Merryl
Lynch, Morgan Stanley), los bancos (Citigroup, J. P. Morgan),
todos estos eran asociados a los resultados de la empresa de
manera que fueran a la vez jueces y partes.
Enron y la
desreglamentación del mercado
de la electricidad en
los
Estados Unidos
Las cifras de negocios y los
resultados de explotación de Enron pegaron un salto hacia
adelante a partir de fines del 92, cuando la empresa logró
ser exceptuada del control del Estado sobre sus actividades
especulativas sobre los mercados derivados.
Enron mantenía contactos muy
estrechos con representantes demócratas y republicanos. En
doce años (1991-2002) vertió a la caja de dichos
representantes más de 5 millones y medio de dólares. (75%
para los republicanos y 25% para los demócratas). Esto hizo
de Enron una de las empresas más "generosas" respecto a los
partidos capitalistas que se alternan en el poder. El hombre
político republicano que recibió la mayor cantidad de dinero
por parte de Enron es el senador Phil Gramm
(2),
quien a cambio hizo uso de su influencia para favorecer la
realización de los objetivos de la empresa en materia de
desreglamentación del mercado de la electricidad. En 1992,
Wendy Gramm, su esposa, quien había ocupado cargos durante
las administraciones de Ronald Reagan y de George Bush
padre, obtuvo de la empresa que ella presidía en aquel
momento, la Commodity Futures Trading Commission (CFTC, la
comisión para las operaciones a termino sobre materias
primas), que la Enron fuera exceptuada de la obligación de
rendir cuentas sobre sus operaciones en los mercados
derivados. Esta misma señora logró hacer pasar dicha
decisión de manera expeditiva en los últimos días de la
administración de Bush padre. Seis días después renunciaba,
y cinco semanas más tarde era incorporada a Enron como
miembro del comité de dirección. En el seno del comité, ella
estaba a cargo del comité de auditorias, lo que le dio la
oportunidad de tener acceso de manera privilegiada a una
cantidad importante de información financiera, y por
consiguiente, de estar al tanto de las numerosas
manipulaciones contables y de los crímenes financieros
realizados de manera sistemática por la empresa. Lo cierto
es que nada de esto fue dicho a la justicia. Entre 1993 y
2001, ella fue más que holgadamente recompensada en términos
de ingresos: más de 915.000 dólares
(3).
La desreglamentación del mercado
de la energía se llevo a cabo en 1996, durante la
presidencia de Bill Clinton. Numerosas empresas públicas de
producción y distribución eléctrica fueron privatizadas
entonces, lo que favoreció ampliamente a sociedades como
Enron. Durante 1999 y 2000, Enron gastó tres millones y
medio de dólares para hacer lobby político con el objeto de
obtener una mayor desreglamentación del mercado de la
energía en los Estados Unidos. Los "aportes" de Enron para
la campaña presidencial de George Bush hijo fueron
importantes. En diciembre del 2000, el senador Phil Gramm
obtuvo el cambio de legislación que Enron deseaba. La
empresa se benefició de esto creando una filial llamada
EnronOnline, la cual pasó rápidamente a controlar el mercado
de la electricidad y del gas natural en el estado de
California. Una vez producido el cambio de la legislación,
el aprovisionamiento de la electricidad en dicho estado
también se degradó rápidamente: se produjo la multiplicación
de cortes de luz de una envergadura tal que se tuvo que
decretar el estado de urgencia energética 38 veces durante
el primer semestre del 2001. Durante este mismo período, la
cifra de negocios de Enron se multiplicó por dos.
¿En que medida el comportamiento
de Enron contribuyó a crear esta situación de crisis, y como
se benefició la empresa de esta situación?
Hagamos en principio una primera
precisión importante: Enron no producía energía en
California, o al menos lo hacía en muy menor medida. Su
actividad consistía en comprar la electricidad a los
productores y a revenderla al estado de California, a las
empresas y a los hogares. En el 2002, diferentes
investigaciones, en particular basadas en documentos
internos de la empresa y en declaraciones de Timothy Belden,
antiguo responsable de corretaje de la electricidad en la
costa oeste de los Estados Unidos, pudieron demostrar que la
empresa provocó deliberadamente el deterioro de los
servicios de electricidad a partir del momento en que el
abastecimiento dejó de estar en manos del estado, y que la
empresa pasó a revender la energía a aquél a precios muy
elevados. Al interior de la empresa, este tipo de
operaciones eran denominadas "Operación Ricochet". La
empresa recurría de esta manera a otro tipo de operación,
variante de la primera. Se trataba de hacer creer que era
una cuestión de penuria de electricidad y de simular una
compra de electricidad a otro estado para luego venderla a
consumidores californianos. En realidad, esta electricidad
vendida a "precio de oro" no provenía del exterior sino de
California misma. En la terminología interna de la empresa
esta operación era denominada "Estrella de la muerte" (Death
star). Todo esto era posible gracias a que no había ningún
control sobre lo que hacían Enron y sus filiales
(principalmente EnronOnline).
En 1999-2000, Enron entregó 1,14
millones de dólares a George Bush hijo para su campaña
electoral. En contrapartida, el presidente Bush obstaculizó
la acción de los congresistas que querían restaurar el
control público de los precios del mercado de la
electricidad de la costa oeste. Finalmente, fue necesario
esperar hasta el 19 de junio del 2001 para que, a pesar de
la voluntad de Bush y de otros apoyos políticos de Enron, el
Congreso, donde los demócratas tenían una pequeña minoría,
pudiera imponer la votación sobre el retorno al control de
precios. El tiempo perdido a causa de las maniobras
dilatorias del presidente George Bush costó miles de
millones de dólares suplementarios a los poderes públicos y
a los consumidores californianos.
El declive de Enron
Hasta aquí, el ascenso de Enron
parecía irresistible. Su historia comenzó en 1984 cuando
Kenneth Lay, de 42 años, antiguo Subsecretario de Estado de
Energía bajo Ronald Reagan, se puso a la cabeza de la
empresa Houston Natural Gas, que devendrá Enron.
Entre 1990 y el 2000, los
ingresos aumentaron el 1.750% (Public Citizen, diciembre del
2001, p. 8). El 21 de diciembre de 1991, la acción Enron
valía 21,5 dólares; el 7 de agosto del 2000, ésta había
saltado a 90 dólares; y el 3 de diciembre del 2001 (al día
siguiente de la quiebra) cayó a 1,01 dólares. Entre el 2000
y el 2001, las ventas de Enron se multiplicaron por cuatro,
pasando de 12 a 48 mil millones de dólares. En agosto del
2001 Enron declara 401 millones de dólares de beneficios;
tres meses más tarde, el 26 de octubre, la empresa reconoce
618 millones de dólares de pérdida.
A partir de junio del 2001 se
precipita el declive de la empresa debido al retorno hacia
una mayor reglamentación. Sin embargo, la crisis venía de
más lejos: desde el año 2000, la capitalización bursátil de
la empresa, así como la mayor parte de las otras empresas
estadounidenses tenían la tendencia a hundirse; los
beneficios reales también bajaban.
A fin de que las acciones
siguieran siendo atractivas, la dirección de la empresa
infló de manera completamente artificial las cuentas,
registrando como ingresos los préstamos bancarios (los
otorgados por el principal grupo bancario mundial Citigroup
y por J. P. Morgan) y otras operaciones. Para disimular las
pérdidas, la dirección de la empresa las sacó directamente
del balance. Con el objetivo de mantener una cotización
bursátil lo más elevada posible, la dirección de la empresa
llevó a Enron a comprar masivamente sus propias acciones.
Siguiendo esta línea, la dirección hizo todo lo posible para
que los fondos de pensión de los asalariados de Enron
aumentaran la parte de acciones de la cartera de Enron, a
una competencia del 62%. Mientras que en julio del 2001 el
patrón de Enron, Kenneth Lay, invitaba a sus empleados a
comprar las acciones de Enron, al mismo tiempo las vendía de
manera oculta, embolsando una plusvalía importante en
relación al precio al que las había adquirido en el cuadro
de sus stock-options (entre noviembre del 2000 y el 31 de
julio del 2001, Kenneth Lay vendió 672.000 acciones de Enron).
Esto aceleró la caída de las acciones de Enron. Al mismo
tiempo, todos los empleados se habían visto impedidos de
ejercer el derecho de vender sus acciones, dado que el fondo
de pensión Enron había sido declarado en reestructuración y
todas las operaciones habían sido bloqueadas.
Enron: Cronología
"Yo creo en
Dios y en el mercado libre. Es la manera más adecuada de
distribuir y estimar los recursos. Esto crea más riquezas y
un nivel de vida más elevado como no lo haría otra
alternativa. Ciertamente, Jesús intentó cuidar a las
personas que lo rodeaban; intentó que ellos tengan una vida
mejor. El estaba también enamorado de la libertad; el quería
que la gente tenga la libertad de elegir. Cuanto más libre
es un país en términos de mercado y de sistema político, más
elevado es el nivel de vida de la gente".
-K. Lay,
The son of a baptist minister
The San
Diego Tribune, 2 de febrero de 2001
1984
Kenneth Lay toma la dirección de
Houston Natural Gas.
1985
la fusión de Houston Natural Gas
y de Inter North da nacimiento a Enron.
1993
Enron es exceptuado del control
público sobre sus operaciones en el mercado de la energía
gracias a la intervención de Wendy Gramm, presidente de la
CFTC. Seis años más tarde, Wendy Gramm renuncia a la
presidencia de la CFTC y pasa a ser miembro de la dirección
de Enron. Entre 1993 y el 2001, ella recibirá por parte de
Enron, bajo diferentes formas de remuneración, más de
915.000 dólares.
1996
desregulación del mercado de la
electricidad. Privatización de las empresas públicas locales
productoras y distribuidoras de electricidad.
1999-2000
Enron gasta 3.450.000 dólares
para obtener un cambio en la legislación.
Diciembre del 2000: el senador
Phil Gramm, marido de Wendy Gramm, promueve en el Congreso
de los Estados Unidos un cambio en la legislación a favor de
la desregulación.
20 de enero del 2001
se inicia el mandato del
presidente republicano George W. Bush
Primer semestre del 2001
se completa la desregulación en
el mercado de la energía. Gracias a su filial EnronOnline,
Enron controla el mercado de la electricidad de la costa
oeste. Las autoridades californianas decretan en 38
ocasiones el estado de emergencia energético. Se suspende el
abastecimiento eléctrico durante centenas de horas a causa
de las manipulaciones de Enron, que provocan
sistemáticamente cortes de energía para hacer aumentar el
precio de la misma y los beneficios.
22 de febrero, 7 de marzo y
17 de abril del 2001
se llevan a cabo reuniones entre
Kenneth Lay y la Comisión de Energía bajo la influencia del
vicepresidente de los Estados Unidos, Richard Cheney.
17 de mayo
la Comisión de Energía informa
que aprueba lo esencial de las proposiciones de Enron, entre
ellas el rechazo del Acuerdo de Kioto.
19 de junio
el director ejecutivo Jeffrey K.
Skilling renuncia; Kenneth Lay asume la responsabilidad de
director general y de vicepresidente.
16 de octubre
se registra una pérdida neta de
618 millones de dólares en el tercer trimestre.
22 de octubre
Enron afirma que la Comisión de
Vigilancia de las Operaciones Bursátiles (SEC) inicia una
investigación interna sobre la sociedad.
23 de octubre
K. Lay tranquiliza a los
inversores durante la asamblea de accionistas.
29 de octubre
K. Lay interviene en torno de
las autoridades federales, el Secretario de Comercio, con el
objeto de encubrir una información negativa de la agencia de
cotización Moody's sobre la solvencia de Enron.
8 de noviembre
K. Lay compara la situación de
Enron con la sociedad financiera Long Term Capital
Management, un fondo especulativo que quiebra durante la
crisis de 1998 y que fue apoyado por la FED y el gobierno,
lo que obligó a los grandes bancos privados, entre ellos a
algunos bancos suizos, a inyectar fondos.
9 de noviembre
Dynegy, sociedad competidora del
sector energético, encara la posibilidad de comprar Enron
por 9 millones de dólares.
28 de noviembre
la fusión Dynegy/Enron fracasa.
29 de noviembre
la SEC amplia su investigación a
la sociedad de auditorías Arthur Andersen.
2 de diciembre
Enron se declara en quiebra. Sin
embargo, las acciones siguen subsistiendo en el mercado
bursátil.
10 de enero del 2002
Arthur Andersen reconoce la
destrucción de documentos confidenciales durante los meses
de septiembre, octubre y noviembre del 2001.
Junio del 2002
condena de Andersen por
obstrucción de la justicia.
Diciembre del 2003
inicio del proceso judicial a
Enron.
Stock-Options: Jeffrey K.
Skilling, entonces director general de Enron, obtuvo 62,5
millones de dólares de stock-options sólo durante el año
2000. Kenneth Lay, entre noviembre del 2000 y el 31 de julio
del 2001, vendió 672.000 acciones de Enron en pequeñas
cantidades. Jeffrey K. Skilling vendió 500.000 acciones el
17 de septiembre del 2001. Jim Derrick, de la dirección
general, vendió 160.000 acciones desde el 6 al 15 de junio
del 2001. Lou Pai, director ejecutivo de Enron Xcelerator,
vendió 1.100.000 acciones desde el 18 de mayo al 7 de junio
del 2001. Las ventas de stock-options realizadas por los
dirigentes de Enron habían sido ya masivas en el 2000:
"Estos enriquecimientos personales fueron realizados en
detrimento del Estado. Beneficiándose de las medidas
fiscales en vigencia, Enron dedujo los gastos ligados al
ejercicio de las stock-options de sus beneficios. Resultado:
mientras que el grupo tendría que haber pagado durante el
año 2000 112 millones de dólares de impuestos sobre las
sociedades, se benefició de un crédito de impuestos de 278
millones" (Diario Le
Monde, 6 de abril de 2002).
Eric Toussaint
(*)
Más
información: CADTM
Traducción: Miguel Angel Djanikian.
Convenio: La Insignia - Rel-UITA
2 de marzo
de 2004.
Notas
(*) Eric Toussaint, historiador y politólogo, presidente del
CADTM (Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer
Mundo), miembro del Consejo Internacional del Foro Social
Mundial y del Consejo científico de ATTAC Francia, autor de
La bolsa o la vida. Las finanzas contra los pueblos (2003).
1. Como signo de la amplitud del fiasco, Paul O'Neill tuvo
que dimitir en diciembre del 2002.
2. En diciembre del 2002, éste fue citado como uno de los
reemplazantes posibles del secretario de Estado en el
Tesoro, Paul O'Neill (Financial Times, 9/12/2002)
3. En un informe publicado en diciembre del 2001, la
asociación Public Citizen demandó que Phil y Wendy fueran
convocados a comparecer a la justicia en el proceso Enron.
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