Estados Unidos
Fresno-
La destitución del gobernador Gray Davis, el pasado 7 de octubre, ha
generado multitud de artículos y análisis que buscan explicar el por qué
de semejante caída de un gobierno que tenía todo el poder, incluyendo la
Asamblea (congreso) estatal.
Este
dominio político duró apenas cinco años. ¿Qué pasó? ¿Fue realmente un
"golpe de estado" de la derecha nucleada por los republicanos?
Aunque la
política imperial del régimen de Bush requiere de un partido único -como
afirma Franz Schurman, de Pacific News Service-, y aunque Washington
contribuyó a la caída del gobierno de Davis, la acción de los republicanos
se basó en la pérdida de confianza de los californianos en su gobierno y
el deseo de un cambio. La falta de reacción inmediata frente al peligro
político que demostraron los demócratas es una prueba de su desconexión
con la realidad y con su base política.
Los
republicanos cuentan con una poderosa base de votantes blancos
anglosajones, "talk shows" radiales conservadores, una amplia masa de
ciudadanos indiferentes, despolitizados y la disciplinada derecha
cristiana a la que se suman organizaciones religiosas e iglesias o
sacerdotes, pastores y predicadores del amplio espectro religioso que
repiten consignas políticomoralistas fáciles de memorizar y comprender.
En cambio
la base ideológica "liberal" de los demócratas no es homogénea sino una
amplia gama que va del conservadurismo a cierta izquierda moderada. Así,
no sorprende que los demócratas tengan dificultades para disciplinar a su
base partidista y dependan de los sindicatos para el trabajo organizado.
En el
Valle Central, los sindicatos son el verdadero motor demócrata. "Nos
enfocamos en distritos donde hay mayoría latina pero que no vota mucho o
están recién registrados", dijo Tanis Ybarra, del Sindicato de Campesinos
con base en La Paz, al sur del Valle. "Es un grupo más difícil de
convencer para que vote pero son quienes realmente hacen una diferencia".
"Los
trabajadores sindicalizados tienen los mismos problemas que el resto de la
población, como seguro de salud", comentó Doug Whipple, del sindicato de
carpinteros de Fresno. Whipple agregó que trabajan duramente para
beneficio de sus miembros. Pero no todos entienden la relación de este
trabajo y el clima político, en el cual los republicanos no favorecen a
los trabajadores. "Muchos sindicalizados no querían a Davis pero no
entienden que ahora será peor", concluyó.
Según las
encuestas, solamente el 39 por ciento de los demócratas votaron aunque
constituyen casi el 45 por ciento del electorado, en cambio, los
republicanos salieron disciplinadamente a votar, como de costumbre.
O sea, que
su propia base le dio la espalda a los demócratas.
Apenas dos
semanas antes del 7 de octubre, la campaña del vicegobernador Cruz
Bustamante no tenía suficiente personal en su oficina de Fresno, la ciudad
más importante del Valle Central, y sus representantes fallaban en usar
recursos que algunos medios de prensa le ofrecían. Algo similar ocurrió
con los dirigentes del Caucus Latino del Partido Demócrata de Fresno, cuya
incompetencia rayó en lo ridículo.
Pero a
pesar de los esfuerzos de los dirigentes sindicales, muchos sindicalizados
no votaron o lo hicieron por los republicanos. "Nuestros afiliados son
conservadores", comentó un sindicalista que no quiso ser identificado.
"Además, es evidente que muchos sindicatos están perdiendo miembros o
capacidad operativa."
Campañas
como las de Bustamante buscaron desesperadamente apoyo de organizaciones
de base. No todas respondieron positivamente. “Esperaron hasta último
momento y no sabían bien cómo organizarse”, afirmó una activista local que
no quiso hacer público su nombre.
A pesar de
las apariencias, los demócratas hacen poco por los latinos. Su actitud, a
veces expresada abiertamente por algunos de sus miembros, es que los
hispanos deben votar por ellos "porque si no ganan los republicanos". O
sea, hay que apoyarlos por "default". A medida que la comunidad latina
crece y se hace más sofisticada, se acentúan las diferencias políticas.
La unidad
hispana detrás del Partido Demócrata podría ser ya historia, aunque queda
por ver si la apatía o la "rebeldía" electoral latina contra los
demócratas es transitoria o significa una fractura definitiva.
Las
diferencias políticas entre demócratas y republicanos son cada vez más
difíciles de detectar. Por ejemplo, en el Valle Central, la ideología de
la mayoría de los candidatos demócratas difícilmente podría ser catalogada
de "liberal" quizá por ser un área rural donde predominan intereses
agrícolas que no favorecen discusiones o prácticas democráticas.
Sin
embargo, los cambios socioeconómicos indican que los pequeños y medianos
agricultores están perdiendo terreno frente a las corporaciones quienes
están controlando la agricultura del estado, lo que reducirá su peso
político en un futuro cercano. Por otra parte, los cambios demográficos
obligarán a repensar las estrategias del trabajo político de base que los
demócratas abandonaron definitivamente. Ante eso, ¿podrán los sindicatos
mantener su capacidad de movilización?
Queda
analizar el impacto de los medios de prensa étnicos y la importancia de
algunas organizaciones de base, los únicos sectores que parecen aumentar
su influencia en una sociedad cada vez más dividida, étnicamente más
diversa y políticamente indiferente.
Eduardo Stanley
21 de
octubre de 2003
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