El gobierno anunció el fin del antiguo sistema de fondos privados de jubilación. Ahora los trabajadores podrán elegir pasarse al Estado, que retornará a su rol de previsor social, después de más de una década de ausencia. En el anuncio, el presidente Kirchner reconoció “el esfuerzo del vapuleado pueblo argentino que soportó lo insoportable". La medida demuestra el fracaso que tuvieron las empresas de pensión privada, impuestas en los nefastos ‘90 por los gobiernos neoliberales en Argentina y la región.

La privatización del sistema de jubilaciones en 1994 produjo el desfinanciamiento del sistema previsional, poniendo en peligro el futuro de las nuevas generaciones y la capacidad de recaudación fiscal que tanto desvela a nuestros gobiernos. Este sistema terminó oficialmente el pasado viernes 13 de abril, cuando el gobierno abrió el período de libre opción jubilatoria, terminando con más de una década de desfalco y robo a los trabajadores. En la práctica, el Estado vuelve a ser protagonista principal del sistema de reparto jubilatorio, del que se desentendió durante más de una década, y se hará cargo de los pasivos de las empresas de previsión, que hace tiempo demostraron no poder hacerse cargo de sus funciones y tener una descapitalización creciente.

Los titulares de las centrales obreras llamaron prontamente a los trabajadores a pasarse de las administradoras privadas al régimen estatal. “Los trabajadores fueron engañados u obligados a elegir a estas empresas usureras. El Estado abandonó y engañó a los obreros, dejándolos indefensos y desligándose de una de sus responsabilidades primordiales: asegurar el futuro de sus ciudadanos”, afirmó Hugo Moyano, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), quien junto a Hugo Yasky, secretario general de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), secundaron al presidente en el anuncio.

Ambos líderes sindicales llamaron a los trabajadores a traspasarse al régimen estatal “porque es el único que garantiza una jubilación digna". Las Administradoras de Jubilación Privada (AFJP) fueron un gran negociado y esto es aceptado por todo el espectro de la política y la economía argentina, salvo la marginal derecha neoliberal. De hecho, cualquier afiliado que hubiese puesto su dinero en una caja de ahorro tendría ahora mucho más dinero, sin haber pagado grandes comisiones.

El FMI y el Banco Mundial, junto a lo gobiernos lacayos de los ´90, pronosticaban un futuro venturoso para los fondos de pensión privados, en reemplazo de los vetustos sistemas estatales. El “modelo chileno” era la vía a seguir, se machacaba. En 1993, en la plenitud de la década nefasta de Argentina, los economistas hablaban maravillas de la posibilidad de elegir empresas privadas de previsión y no depender del Estado. Hoy, casi colapsado y quebrado, los trabajadores podrán volver a elegir al Estado, más confiable que las empresas usureras.

A diferencia del FMI que, pese a los descalabros, sigue recomendando la misma receta, hay que recordar que fue el Banco Mundial el que ya en septiembre de 2004 admitió que el sistema de jubilación privada no funcionó en Latinoamérica y sugería volver a un sistema público. En los años 90 el FMI y el Banco Mundial presionaron a los gobiernos para instaurar el régimen de AFJP. Chile era el ejemplo del brillante porvenir de la economía neoliberal. Hoy el “sistema chileno” de jubilación está quebrado, y los capitales se han fugado.

El sistema provisional privado argentino seguramente desaparecerá. Durante más de una década le dieron un manejo irresponsable e irregular a los fondos, que jamás se volcaron al crecimiento, sino a la especulación semi legal. Entre otras fallas, el costo de la transición fue altísimo y explica buena parte de la composición de lo que fue la deuda pública. Además, nunca funcionó la economía de escala, ya que se dio la paradoja de que las empresas más grandes eran las que cobraban las comisiones más altas.

Por otra parte, la rentabilidad estuvo absolutamente disociada de la economía real, y para cubrir el mismo déficit que el sistema le generaba, colocaba títulos a tasas exorbitantes de hasta el 20 por ciento anual. Mientras tanto, el Estado desalentaba por todos los medios posibles a quienes querían seguir en el sistema de jubilación estatal. Pero por sobre todas las cosas, los trabajadores jamás pudieron elegir. Entraban a una empresa donde ya tenían asignada una AFJP y a la que debían aportar.

Nuevo sistema

En el acto formal de presentación del nuevo sistema, el presidente Néstor Kirchner calificó de “perverso" al régimen anterior de AFJP.  El presidente estaba afiliado a una administradora y como gesto simbólico, fue el primero en cambiarse. “Hay 15 millones de argentinos en condiciones de pasarse a la jubilación estatal; lo tienen que hacer con tranquilidad, piénsenlo bien, nosotros no vamos a cortar la libertad como se hizo en la década del '90", sostuvo Kirchner, quien anunció su propio traspaso al reparto. El presidente estaba afiliado a Orígenes AFJP.

Kirchner calificó de "perverso" al sistema de jubilación privada al hablar en la Casa Rosada, acompañado por Hugo Moyano  y Hugo Yasky. Sostuvo que las AFJP fueron un “mecanismo perverso" que utilizó “rentabilidad sacada de la Argentina", y reconoció “al vapuleado pueblo argentino que soportó lo insoportable". No sólo se le quitó a los argentinos el derecho de jubilarse sino que se utilizaron esos fondos con un mecanismo perverso que destruyó la Argentina", dijo Kirchner en un acto en Casa de Gobierno. 

“Mi mamá cobra una pensión del Estado por mi padre fallecido. Yo creo en la jubilación estatal porque es una cultura que nunca nos falló", dijo emocionado Kirchner al defender el rol estatal en el sistema previsional. “Estamos devolviéndole al sistema jubilatorio el lugar que se merece", aseguró el presidente.

Por su parte, el titular del Anses, Sergio Massa, dio detalles del nuevo sistema para las jubilaciones: habrá tiempo hasta el 31 de diciembre para que quienes estén afiliados a las AFJP vuelvan al Estado si lo deciden. Otro síntoma del cambio fue que la cámara de las AFJP quedó al borde de la ruptura porque las administradoras privadas quieren suspender los traspasos en el régimen privado. Si prosperan con ese reclamo, Nación AFJP dijo que se va

Es que la entrada en vigencia de la reforma previsional puso al rojo vivo a la Unión de AFJP (UAFJP), la cámara que nuclea a las administradoras privadas y a la estatal Nación, y hasta se habla de la posibilidad de una fractura en la entidad. El comienzo de la reforma previsional desató un conflicto dentro de la UAFJP que enfrenta a las AFJP de capital extranjero (Orígenes, Máxima, Met, Consolidar), con otras de capital nacional (Previsol, Nación y Unidos).

El conflicto se habría originado en la última reunión de comisión de la UAFJP, donde las AFJP de capital extranjero manifestaron su intención de pedir que se suspendan los traspasos de una Administradora a otra, como forma de retener a sus afiliados. Fuentes del mercado aseguraron que, de concretarse esta iniciativa, Nación AFJP, la única administradora integrante del sector público nacional, se apartaría de la UAFJP, dado que, con esta medida, se atentaría contra el espíritu de la reforma previsional que intenta fomentar la libre elección de los trabajadores en su futuro previsional.

La administradora oficial durante los últimos tres años (marzo 2003 – febrero 2007) fue la más elegida, ya que obtuvo 300 mil afiliados provenientes de otras administradoras.

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