Francia
Reforma de las 35 horas de
trabajo semanal afronta agrio debate |
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La
propuesta conservadora de reforma de las 35 horas de trabajo
semanal afronta un reñido debate desde ayer martes 1 de
febrero en la cámara de los diputados, donde la oposición de
izquierdas ha prometido un rechazo frontal, mientras los
sindicatos cuentan con una fuerte movilización de protesta
para el próximo sábado.
La proposición de ley, presentada por cuatro diputados de la
conservadora y gobernante UMP con el aval del Gobierno de
Jean-Pierre Raffarin, tiene como objetivo, según sus
defensores, permitir que los asalariados puedan "trabajar
más para ganar más".
Lo que la derecha presenta como una nueva "flexibilización"
de la ley de las 35 horas es denunciado por la oposición de
izquierdas y los sindicatos como el fin de esa reforma faro
aprobada hace siete años durante el Ejecutivo del socialista
Lionel Jospin (1997-2002).
Adelantándose al inicio del debate esta tarde en la cámara
de los diputados, el primer ministro firmó el pasado
diciembre un decreto que eleva de 180 a 220 el contingente
legal anual de horas suplementarias en las empresas.
Aunque la reforma mantiene en 35 horas la duración "legal"
del tiempo de trabajo semanal, permite alargarla hasta 48
horas, con el acuerdo del trabajador y la empresa.
También permite convertir en dinero los días de
recuperación, flexibiliza la utilización de la "cuenta
ahorro tiempo", y prorroga hasta finales de 2008 el régimen
especial derogatorio para las pequeñas y medianas empresas (PYMES),
de menos de 20 asalariados.
La "madre" de la ley de las 35 horas como ministra de
Trabajo del antiguo gobierno de izquierdas, Martine Aubry,
denunció ayer en el diario "Libération" que la proposición
de ley conservadora supone "una marcha atrás de más de
cuarenta años en muchos aspectos".
Tras señalar que la primera flexibilización de la ley, en
2003, interrumpió el paso de las PYMES a las 35 horas, Aubry
afirmó que la nueva reforma "vacía de su contenido la
duración legal del tiempo de trabajo" dado que se podrán
trabajar horas suplementarias sin el aumento salarial
correspondiente.
Lo que quiere el Gobierno conservador es que la gente
"trabaje más sin ganar más", agregó al actual alcaldesa de
Lille (norte), al advertir de que si la izquierda vuelve al
poder en 2007 "reanudará el camino histórico de la reducción
del tiempo de trabajo".
Su sucesora en el antiguo gobierno de Jospin, Elisabeth
Guigou, afirmó, por su parte, que la reforma propuesta no
responde a razonamientos económicos sino a la "ideología".
Y para el líder del sindicato CFDT, Francois Chereque, la
promesa del Gobierno de que los trabajadores podrán trabajar
más para ganar más es "una verdadera mentira".
"Nada en la (proposición de) ley dice que un asalariado
podrá rechazar horas suplementarias o hacerlas, si lo
desea", dijo Chereque, en la emisora "BFM".
El jefe del grupo parlamentario de la UMP en la cámara de
los diputados, Bernard Accoyer, replicó que la reforma es un
dispositivo basado en el "voluntariado", ofrece "un margen
de maniobra" a las empresas y a los trabajadores, y responde
a las "prioridades" de los franceses, que son "el empleo y
el poder adquisitivo".
Pero los sondeos muestran que la amplia mayoría de los
franceses no quieren una modificación del tiempo de trabajo.
Además, la determinación de las necesidades laborales
seguirá siendo una prerrogativa de las empresas, en función
del entorno económico.
Según una asociación que agrupa a más de 150 grandes
empresas, ésta son reticentes a la idea de revisar los
acuerdos de recuperación del tiempo de trabajo negociados en
el marco de la ley de las 35 horas, indica el diario "La
Tribune".
Mientras, los sindicatos apuestan por una gran movilización
el próximo sábado 5, en las manifestaciones convocadas en
defensa de las 35 horas, los sueldos y el empleo, en las
principales ciudades del país.
EFE
2 de febrero
de 2005
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