La futura negociación de
Nicaragua con el FMI, para
lograr alcanzar el Quinto
Programa Económico con este
organismo financiero, ha
despertado un gran debate en
todo el país.
Frente a la presión de los
sectores empresariales para
llegar lo más pronto posible a
la firma del nuevo programa,
diferentes sectores de la
sociedad civil nicaragüense han
planteado la necesidad de que el
gobierno no se apresure y que
pueda llegar a una negociación
presentando una propuesta de
nación, discutida y consensuada
de manera amplia con todos los
sectores de la sociedad.
Para el economista independiente
y miembro de la Coordinadora
Civil (CCER), Adolfo
Acevedo Vogl, “el programa
con el FMI venció el
pasado 15 de diciembre y
actualmente no hay ningún
programa. Un país recurre al
FMI cuando siente que
necesita su asistencia, pero no
hay ninguna obligación sólo por
el hecho de ser un país miembro.
En el caso de Nicaragua
hay un grupo de países donantes
–Grupo de Apoyo Presupuestario1– que consideran importante
tener un programa con el FMI.
Estos donantes financian el 8.6
por ciento del presupuesto de la
República.
Esta es la única parte de las
fuentes de financiamiento del
presupuesto que se supone
que estén atadas al FMI,
aunque en el acuerdo
entre el Grupo de Apoyo
Presupuestario y el Gobierno de
Nicaragua no existe
ninguna cláusula que establezca
como requisito para los
desembolsos de este grupo la
existencia de un programa con el
FMI.
Por lo demás –continuó
Acevedo– no hay ningún otro
compromiso internacional
amarrado y por eso, no hay
ninguna prisa y no hay ningún
problema si el gobierno se toma
el tiempo necesario para
formular ese programa, aún más
cuando se supone que sea un
programa que por primera vez va
a apuntar a reducir la pobreza.
Por esto requiere más tiempo
prepararlo y un fuerte
consenso del país para
negociarlo”.
Un Programa ¿en qué contexto de
país?
Según datos del
Banco Mundial
el
79.9% de la población
nicaragüense sobrevive con menos
de 2 dólares
al día y el 45.3% lo hace con
menos de 1 dólar.
Nicaragua es el país de
América Latina con mayor
porcentaje de
subnutrición
después de Haití, con un
27%. La tasa de analfabetismo
(sin incluir el funcional)
alcanza el 24.35% frente a un
promedio del 9.8% en América
Latina. La tasa de
culminación primaria y
de escolaridad secundaria
neta se encuentran por
debajo del promedio de los
países de menor ingreso del
mundo. Mientras
Nicaragua
invierte apenas el
equivalente al 5% del PIB
percápita
por estudiante de enseñanza
secundaria,
los países de más bajos ingresos
del planeta invierten en
promedio el 13% y América Latina
invierte como promedio el 18%.
De acuerdo a la CEPAL,
más de la mitad de la población
carece de acceso
a los medicamentos
esenciales.
La tasa de
mortalidad materna
por 100 mil nacidos vivos es de
96.3 y la
mortalidad infantil
de los niños menores de 5 años
se eleva hasta 64 por cada mil
nacidos vivos para el quintil
más pobre de los hogares y se
reduce a 19 en el quintil de
ingresos más elevados (fuente
MINSA).
La
cobertura del abastecimiento de agua potable para el año
2004 fue del 75.8 % a nivel
nacional, y en las zonas rurales
es de sólo 48.5%. En cuanto a la
calidad del agua,
un estudio que abarcó 43
proyectos en la zona rural de
Nicaragua, concluyó que el
riesgo microbiológico en las
viviendas es alto en términos de
bacterias coniformes fecales en
el 90% de las comunidades donde
se hicieron análisis (fuente
UNICEF y ACDI)
El
déficit global de viviendas se estima en más de 400 mil
y aumenta en unas 45 mil
viviendas por año.
El Gasto Público Social
percápita
de Nicaragua
en 2002-2003 fue cercano a la
mitad del Gasto Social percápita
de país igualmente pobres como
Honduras
y Bolivia
(fuente CEPAL).
En los pasados 16 años, más de
un millón de jóvenes se
incorporó al
mercado
de trabajo
con un nivel de escolaridad de
dos a cinco años, muy
por debajo del mínimo necesario
para tener suficientes
probabilidades de no
verse condenados a sobrevivir
los siguientes 50 años de su
vida adulta bajo
el umbral de la pobreza
absoluta.
Lo que Nicaragua debe defender
ante el FMI
Según miembros de la
Coordinadora Civil (CCER),
en las próximas negociaciones
para acordar el V Programa con
el FMI se establecerá el
marco que delimitará, de manera
muy estricta, los márgenes de
acción que tendrán las políticas
públicas para los próximos tres
años. Estas negociaciones serán
decisivas para determinar si
Nicaragua podrá alcanzar o no el
cumplimiento de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM)
y las metas nacionales en los
campos de la educación, salud,
vivienda, acceso al agua potable
y saneamiento y a la
infraestructura básica.
“Los programas que requiere el
país – declaró el enlace
nacional Georgina Muñoz
–deben de obedecer a sus
necesidades y realidades. Desde
esta perspectiva sentimos que en
el Presupuesto General de la
República no se están asignando
fondos suficientes a los rubros
necesarios para desarrollar ese
tipo de capacidades que tenemos
que impulsar en el país.
Necesitamos de la cooperación
internacional para impulsar un
proceso de cambio y actualmente
es necesario comenzar un proceso
de renegociación, pero esto
significa que tenemos que saber
negociar con dignidad, saber
defender la soberanía y hacer
propuestas de programas reales
que van al combate de la
pobreza, pero sin comprometer
nuestra soberanía”.
Para Acevedo Vogl “es un
proceso de negociación, pero
también se ha dicho que va a ser
un programa que va a tener
prioridades distintas. Hay que
darle prioridada la educación, a
la salud, al mantenimiento de
los 14 mil kilómetros de caminos
rurales que representan más del
60% de toda la red vial del
pais, a insertar en el proceso
de desarrollo a los más de 2
millones de seres humanos que
viven en la zona rural y que
están totalmente abandonados.
Además, se ha dicho que va a ser
una negociación en que no se van
a aceptar los condicionamientos.
Para nosotros, por ejemplo, sería
inaceptable que se sentaran
condicionamientos en términos de
reformas a la Constitución
Política.
Todo acuerdo con el FMI
debe partir de un respeto
irrestricto e innegociable
a la Constitución Política y a
las Leyes de la República de
Nicaragua”.
Frente a esta situación, la
sociedad civil está demandando
que el Gobierno
inicie
un proceso deliberativo nacional
abierto y ampliamente
participativo,
plenamente informado, que
involucre a la mayor parte de
sectores nacionales, para
construir un fuerte consenso
nacional, con vistas a que la
postura
negociadora frente al FMI
sea una posición de país.
Pide, además, que
asuma frente al FMI
la representación de
las necesidades e intereses de
los y las nicaragüenses, y la
defensa firme y
decidida de sus derechos humanos
indivisibles, inalienables e
irrenunciables.
Con este fin se han presentado
una serie de objetivos que
tienen que asegurarse en estas
negociaciones:
-
Que
los presupuestos nacionales
orientados a educación, salud,
seguridad alimentaria y
nutrición, vivienda e
infraestructura básica,
se eleven hasta el nivel que sea
necesario para asegurar el
cumplimiento de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM)
y las metas nacionales.
-
Que
el salario de los trabajadores que prestan los servicios
públicos de educación, salud y
seguridad ciudadana,
se eleve hasta llegar a
alcanzar, en los próximos 5
años, un nivel similar al de sus
homólogos centroamericanos.
-
Que
se utilice, como
criterio para evaluar la
"sostenibilidad" de
la deuda pública,
el cumplimiento de
los ODM.
-
Que
se reestructure la onerosa Deuda Pública Interna,
porque el servicio de la misma
está estrangulando las
posibilidades que tiene nuestro
país de efectuar las inversiones
en capital humano e
infraestructura básica.
-
Que
se impulse una reforma tributaria que eleve la eficiencia y
sobre todo alcance la
progresividad del sistema
tributario. Que
la cooperación de la República
de Venezuela
apoye los esfuerzos
presupuestarios
requeridos para alcanzar el
derecho al acceso cada vez más
universal a servicios sociales y
públicos.
-
Que
se preserve la capacidad regulatoria del Estado sobre los
servicios públicos,
para asegurar la calidad en su
prestación, y evitar que los
monopolios u oligopolios que
existen puedan aprovechar su
poder en perjuicio de la
población.
-
Que
cualquier negociación sobre la Seguridad Social no se
limite sólo a la viabilidad
financiera a mediano y largo plazo
del INSS, sino también a
la necesidad de asegurar la
existencia de una política
integral de seguridad y
protección social del Estado y
como financiarla. Que
cualquier negociación sobre las
transferencias
municipales no
puede partir de aceptar a priori
la exigencia de su
"neutralización" y que un
posible proceso de delimitación
de competencias que signifique
que los Municipios deban asumir
mayores responsabilidades de
gasto que las actuales, sea
acompañado por el desembolso de
los recursos adicionales
correspondientes.
-
Que estos acuerdos
respeten estrictamente y en
todas sus
dimensiones la
autonomía de los
gobiernos municipales y de las
universidades de servicio público y las asignaciones
presupuestarias
establecidas por mandato
constitucional.
En Managua,
Giorgio Trucchi
© Rel-UITA
9 de
febrero de 2007 |
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1
Integrado por la Comisión
Europea (CE), Finlandia,
Alemania, Holanda, Noruega,
Suiza, Suecia, Reino Unido y el
Banco Mundial (BM)