Según el Centro de
Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (CENDA), el 95,2 por ciento de
los recursos de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) invertidos
en el exterior lo estaban en renta variable, en países fuertemente
impactados por la crisis, y en instrumentos altamente riesgosos. Las AFP no
están haciendo nada para cautelar los fondos y las autoridades las dejan
hacer.
Desde el inicio de la crisis, el 25 de julio de 2007 y hasta
el 7 de octubre de 2008, los fondos de pensiones habían perdido más de 23
mil millones de dólares, una cifra equivalente al 22,31 por ciento del total
de esos fondos.
Sólo el fondo E1
no ha perdido en el período. Según la Superintendencia de Pensiones, el 86
por ciento de las pérdidas del Fondo A y el 82 por ciento del Fondo B se
originan en el extranjero.
De acuerdo a la Superintendencia de Pensiones, al 30 de
agosto de 2008 las AFP mantenían 33.783 millones de dólares -un 32
por ciento del total- de los fondos de pensiones invertidos en el exterior.
Según el organismo, las AFP habían invertido más de 113 millones de
dólares en pagarés de instituciones en graves dificultades o definitivamente
desaparecidas por quiebra, nacionalización o absorción.
Al
30 de agosto
de 2008 las AFP mantenían un 32
por ciento del total de los fondos de pensiones
invertidos en el exterior |
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Mientras ocurría esto el Congreso aprobó la Reforma
Previsional que aumenta el grado de exposición de los fondos de pensiones en
los mercados financieros. Según CENDA, resulta inconcebible que haya
transcurrido más de un año para que algunos parlamentarios hayan reaccionado
ante esta situación, presentando un proyecto de acuerdo que pide investigar
las pérdidas reales de los fondos e intervenirlos para proceder a su
repliegue ordenado a inversiones seguras en Chile, como las que han
permitido al Fondo E y al Fondo de Cesantía no perder dinero en 2007.
Mientras en promedio los chilenos pierden el equivalente a
siete años de cotizaciones -un gravísimo “desfalco y robo”, como ha sido
calificado por algunos dirigentes sindicales-, en Argentina se
anunció la nacionalización de los fondos privados de pensiones. La
presidenta Cristina Fernández firmó un proyecto de ley “que establece
el traspaso al sistema estatal
jubilatorio
de los fondos millonarios de pensión, que en la actualidad son administrados
por entidades privadas”. La firma el proyecto se realizó en la sede de los
jubilados. Cristina Fernández dijo que “la decisión de
nacionalización es de carácter estructural”, e implica “una política de
protección para este sector del pueblo, fuera del marco neoliberal”. Pero en
Chile, el gobierno aún no se pone de acuerdo si aprobará la creación
de una AFP estatal u otro sistema que evite se continúe con la
pérdida de los fondos, que sólo en un año han descendido más de un 20 por
ciento.
Los trabajadores
chilenos a punto de jubilarse ya no tienen todos sus
fondos. Las AFP los han perdido |
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“Sucede que entre las platas perdidas en las especulaciones
está la de las AFP chilenas. Las pérdidas son millones y millones.
Los trabajadores chilenos a punto de jubilarse ya no tienen todos sus
fondos. Las AFP los han perdido. No hablaremos acá de lo perverso que
es el modelo de pensiones chileno. Simplemente hoy presenciamos la prueba de
la realidad. Los trabajadores chilenos perdieron millones. Los llamados
‘Fondos A’ (donde seguramente los dueños de las AFP no tienen sus
aportes) se fueron irreversiblemente a pique. La gente debe cambiarse. No
importa que pongan trabas. Debe haber un éxodo masivo de dinero saliendo del
Fondo A”, dice el economista Juan
Radrigán.
Como era de esperar, la decisión del gobierno de Argentina
tuvo inmediato eco en Chile. Dirigentes gremiales y sindicales,
algunos parlamentarios y economistas de izquierda, instaron al gobierno de
Michelle
Bachelet a agilizar la creación de una “AFP estatal” y a tomar
“las medidas necesarias para asegurar los ahorros
previsionales”.
“En el Fondo A las pérdidas ya alcanzan a 34,12 por ciento y
las del Fondo B a 26,48 por ciento”, dice el economista Manuel
Riesco.
“Desde el inicio de la crisis, las AFP han perdido más de un quinto
del fondo total, más de un cuarto del Fondo B y más de un tercio del Fondo
A. De este modo, el presidente de la empresarial Confederación de la
Producción y el Comercio, Alfredo Ovalle, que reconoció haberse
cambiado al Fondo E al inicio de la crisis, no ha perdido nada. Al mismo
tiempo, 1,3 millones de afiliados que le hicieron caso a las recomendaciones
de los amigos del señor Ovalle que dirigen las AFP y se
quedaron en el Fondo A, y otros 3,6 millones que siguen en el Fondo B, han
perdido un tercio y un cuarto de sus ahorros, respectivamente”, agrega
Manuel
Riesco.
Resulta
incomprensible que las autoridades no asuman medidas
inmediatas ante las multimillonarias pérdidas
previsionales, mientras se disponen 1.000 millones
de dólares para ‘inyectar liquidez’ en algunos
bancos del país |
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“Las autoridades siguen como si no pasara nada, recomendando
no cambiarse. Fueron advertidos de esta grave situación por CENDA en
cartas enviadas el 29 de agosto de 2007, luego reiterada el 12 de noviembre
de ese año. Ninguna de ellas fue siquiera respondida. Solamente el 12 de
agosto de 2008, el diputado Sergio
Aguiló,
presidente de la Comisión de Trabajo, citó a una reunión especial para
escuchar a CENDA”, dice
Riesco.
Hasta octubre de 2008 los trabajadores ya han perdido en
promedio el equivalente a siete años de cotizaciones. Los dueños de las
AFP siguen ganando dinero a destajo gracias al sistema que impuso la
dictadura militar de
Pinochet, y que la Concertación sólo se ha consagrado a perfeccionar.
“Se trata de una situación escandalosa, y de gravísimas
consecuencias para los trabajadores cuyas perspectivas de jubilación son más
cercanas -afirma Raúl de la Puente, presidente de la Agrupación
Nacional de Empleadores Fiscales (ANEF)-. Incluso en perspectivas de
mediano y largo plazo, la recuperación de esta situación requeriría de tasas
de ganancias de los fondos
previsionales
que dupliquen las de las pérdidas producidas. Resulta incomprensible que las
autoridades del país no asuman medidas inmediatas ante las multimillonarias
pérdidas
previsionales,
mientras se disponen 1.000 millones de dólares para ‘inyectar liquidez’
discrecionalmente en algunos bancos del país. Las medidas para enfrentar la
crisis financiera deben poner en el centro a las mayorías del país, y no la
continuidad de las abusivas utilidades de los grupos económicos. Frente a
esta realidad, resulta aún más insólito que la Ley 20.255 de Reforma
Provisional haya eximido a las AFP del pago del IVA, lo que
sin duda incrementará sus ya abusivas utilidades. En este escenario,
mientras las propias autoridades ‘recomiendan’ postergar la jubilación,
miles de funcionarios públicos se verán obligados a asumir estas pérdidas,
ante los plazos fijados por las leyes de Incentivo al Retiro, que fueron
dictadas como paliativo por la Deuda Previsional que el Estado mantenía. Es
urgente que el Ejecutivo envíe un proyecto de ley que amplíe los plazos
establecidos para impetrar estos beneficios conquistados por nuestras
organizaciones”, concluye De la Puente.
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