Según Jonathan Katz, periodista de
Associated Press, dar a luz es un
acontecimiento peligroso para las
mujeres de Haití, el país con mayor
índice de mortalidad de todo el
hemisferio occidental. Durante 2006,
de cada 100 mil mujeres 630 murieron
debido a complicaciones relacionadas
con el embarazo. Según Naciones
Unidas, esa cifra es más de cinco
veces el promedio de América Latina
y el Caribe.
La doctora Wendy Lai,
obstetra de la organización Médicos
del Mundo, afirma que el índice de
mortalidad materna en Haití
es una vergüenza para el mundo
occidental, porque se trata de
muertes evitables.
Especialistas sostienen que la situación mejoró en las
últimas décadas gracias al cuidado
maternal gratuito dispensado en
algunos hospitales, y a la labor de
la organización Médicos sin
fronteras, que se trasladó en 2007 a
una instalación mayor luego de dos
años y medio en un edificio tan
congestionado que los médicos no
podían desplazarse con facilidad en
torno a las camas de los pacientes.
Además, las necesidades son enormes en un país de más de 10
millones de habitantes que tiene el
mayor índice de natalidad del
hemisferio occidental: 36
nacimientos por cada mil habitantes.
La salud materna es un tema sobre el cual han insistido
organismos de Naciones Unidas que
han realizado un llamamiento para
aumentar la ayuda a Haití.
Los hospitales con servicios de maternidad son pocos. El de
“Médicos sin fronteras cuenta con 66
camas y debe atender un promedio de
mil alumbramientos por mes. Su
actividad está limitada a partos de
emergencia; y muchas mujeres
embarazadas agotan sus recursos en
el taxi que las lleva con urgencia
al hospital. Por ello, con
frecuencia hay quienes deben dar a
luz en sus casas o con ayuda de
comadronas que carecen del debido
entrenamiento y recurren a remedios
caseros.
La ayuda a Haití no debe ser en armas –como se ha
planteado hace pocos años- sino en
medicamentos y comida. El hambre no
se detiene con balas. Pero grandes
intereses apuestan a mantener el
estancamiento del país porque esa
situación económica y social les
permite contar con mano de obra
barata.