Las guerras y el olvido devastan el
continente africano, donde al menos
hay 15 países en guerra. Las
enfermedades, en especial el SIDA,
también hacen estragos en la zona.
Mientras, Occidente mira hacia otro
lado para asegurar que sus
necesidades siguen tan bien
cubiertas como siempre, como si el
bien justificase los medios.
Si África hubiese colonizado Europa, es posible que el mapa
del mundo estuviese justo al revés
de cómo lo conocemos hoy. También
podría ocurrir que el continente
africano estuviese en paz y gozase
de un buen nivel de desarrollo y
bienestar. Sin embargo, hoy al menos
15 países africanos se encuentran en
guerra por diversos motivos.
De las diez crisis más olvidadas de 2005 para Médicos Sin
Fronteras (MSF) destacan varias en
África. Las guerras en la República
Democrática del Congo, Somalia,
Sudán, Uganda y Costa de Marfil se
han convertido en tristes elementos
habituales de este tipo de informes.
Y la situación en estos países,
ricos en recursos naturales y
plagados de disputas étnicas y
guerras civiles, no permite pensar
que los problemas puedan resolverse
pronto.
El coltan es una de las principales causas de la guerra del
Congo. Un mineral imprescindible
para fabricar bienes tan necesarios
en Occidente como las baterías de
teléfonos móviles. Y cada vez queda
menos. Las grandes empresas que
necesitan el material no escasean
medios para obtenerlo. Así,
financian a militares de todos los
frentes y no se preocupan del número
de menores que puedan morir en las
minas. Así, un país con grandes
recursos naturales se convierte, por
medio de dictadores y
multinacionales sin escrúpulos, en
uno de los más pobres según la ONU.
Desde que Sudán se independizó de Gran Bretaña, en 1956,
varias guerras civiles han devastado
el país y han provocado más de
2.500.000 muertos. El último acuerdo
de paz llegó en enero de 2005, pero
la violencia no ha cesado y la
situación es casi insostenible para
los sudaneses. Además, está previsto
que en 2006 regresen al país entre
500.000 y un millón de refugiados.
Nadie ha previsto esta vuelta y,
como alerta MSF, podría convertirse
en una enorme crisis humana.
En Uganda y Somalia la situación no es mejor. Las guerrillas
y el ejército atemorizan a la
población en ambos países. Mientras
en Somalia sigue sin haber un
Gobierno efectivo tras 14 años de
conflicto, con lo que se multiplican
las sangrientas luchas entre clanes,
en Uganda el Ejército de Resistencia
del Señor (LRA) impone su ley en la
zona norte. Casi la mitad de
población de dicha zona se ha visto
obligada a huir de un conflicto
heredado de la década de los 80.
En ambos países, como en casi toda África, los menores forman
el grueso de los ejércitos,
sometidos a una extrema crueldad.
Una situación intolerable a la que
nadie consigue poner freno.
Desde 2002, la guerra también asola Costa de Marfil. Los
rebeldes y el Gobierno de Laurent
Gbagbo han firmado varios acuerdos
de paz desde entonces, pero la
situación no ha mejorado y los
refugiados son cientos de miles. El
deficiente sistema de salud hace de
las enfermedades un problema más
para la población del país.
No sólo las guerras hacen estragos en África. El sida es uno
de los grandes problemas de la zona.
Además de agravarse a causa de las
guerras, no se invierte suficiente
en investigación y desarrollo. Las
medicinas, tratamientos y soluciones
para los países más pobres no llegan
nunca, pese a las promesas, y MSF
alerta de que si no se desarrollan
nuevas técnicas de diagnóstico y
tratamiento de la enfermedad, podría
llegar a ser aún más devastadora.
Son muchos más los países africanos en el olvido. En
Marruecos, el conflicto del Sáhara
Occidental sigue sin resolverse.
Argelia sigue en plena transición
tras resolver sus problemas con el
terrorismo. Senegal es uno de los
países con mayor índice de pobreza y
tiene pendiente el conflicto
independentista de Casamance. En
Liberia, pese a la victoria en las
elecciones de Ellen Jonson tras 14
años de conflicto, aún queda mucho
por reconstruir. Y en Nigeria,
musulmanes y cristianos mantienen
una guerra de religión desde hace 40
años.
Más al sur, los dictadores se han sucedido a fuerza de golpe
de estado en el Gobierno de la
República Centroafricana, uno de los
países más ricos en recursos del
mundo. En Burundi aún no se ha
puesto freno a las disputas entre
hutus y tutsis. Angola es un país
devastado en el que ni siquiera hay
alimentos para todos los habitantes
y Zimbabwe sigue gobernada con mano
de hierro por Robert Mugabe.
Los intereses económicos son el principal mal de África. En
casi todos los países en guerra o en
situación de crisis hay recursos
codiciados en Occidente. África se
desangra desde hace tiempo y no
parece que vaya a cesar la
hemorragia, lo que se debe sobre
todo a que desde el mundo
desarrollado, en lugar de hacer un
torniquete, se prefiere que la
herida siga abierta.
Sergio Rodríguez
CCS-España
4 de
julio de 2006
FOTOS: 1) act-intl.org
2) step.es