El pasado 15 de septiembre ha sido una
jornada histórica para toda Honduras.
Centenares de miles de hondureños han
marchado en todas las ciudades y pueblos
del país para conmemorar el Día de la
Independencia centroamericana, reafirmar
el espíritu unionista de Francisco
Morazán y celebrar el día 80 de
resistencia contra el golpe de Estado,
perpetrado por las fuerzas reaccionarias
nacionales e internacionales.
Al finalizar la gigantesca marcha que
recorrió las principales avenidas de
Tegucigalpa, integrantes de la
conducción colegiada del Frente
Nacional Contra el Golpe de Estado
dieron lectura a una proclama en la que
aseveran que “Nuestra Patria está en
insurrección no violenta contra el
régimen usurpador que asaltó con las
armas las instituciones del Estado el 28
de junio, por lo que ninguna
conmemoración independentista bajo esa
infame y opresora dictadura golpista
puede ser considerada.
Hoy padecemos la misma opresión del
imperio español, que por 300 años impuso
cruz y espada a los heroicos pueblos que
sobrevivimos a la barbarie.
El pueblo de Honduras –continúa
la proclama– está en pie de lucha. Hoy
celebramos 80 días de incansable
resistencia en todo el país por la
restauración de la democracia, el
retorno del Presidente Constitucional
Manuel Zelaya Rosales y la
convocatoria a la Asamblea Nacional
Constituyente”.
El Frente Nacional
Contra el Golpe de Estado
reivindicó también el derecho del pueblo
hondureño al ejercicio de la
desobediencia a un régimen despótico,
surgido de la fuerza de las armas, tal
como lo prevé el artículo 3 de la
Constitución.
Proclamó la necesidad de una nueva
Constitución “para sentar las bases de
nuestra verdadera independencia
económica y social, haciendo que la
oligarquía, junto con la cúpula
político-militar, jamás vuelvan a romper
el Orden Constitucional sin recibir su
merecido”. También volvió a desconocer y
rechazar el proceso electoral
militarizado “con que pretenden
legalizar la barbarie del pasado 28 de
junio”, y agradeció profundamente a
todos los pueblos del mundo por “sus
invaluables demostraciones de
solidaridad en respaldo a nuestra causa.
Mientras nuestra lucha se agiganta, los
usurpadores se desploman cercados por la
humanidad”, concluye la proclama.
Fue una
marcha impresionante
Según Porfirio Ponce,
vicepresidente del Sindicato de
Trabajadores de la Industria de las
Bebidas y Similares (STIBYS),
afiliado a la UITA, y miembro del
Frente Nacional Contra el Golpe de
Estado, “Hemos conmemorado la
independencia de Honduras y de
Centroamérica bajo un régimen de
facto, golpista, que si por un lado ha
quitado la paz a nuestro pueblo, por el
otro ha provocado la unidad y el
fortalecimiento del movimiento popular
hondureño.
A 80 días de lucha desde el golpe se ha
desarrollado una movilización jamás
vista antes. La gente ha salido a la
calle en todo el país –continuó Ponce–,
y en Tegucigalpa la participación ha
sido impresionante, con mucha más gente
que la del pasado 5 de julio, cuando se
esperaba la llegada del presidente
Manuel Zelaya. Calculamos varios
centenares de miles de personas que
coparon el Boulevard Morazán y el centro
de la ciudad, hasta llegar al Parque
Central, en una columna de varios
kilómetros”.
El vicepresidente del STIBYS
explicó a Sirel que la actividad
se desarrolló sin mayores problemas y el
Ejército y la Policía no pudieron
reprimir la marcha por la enorme
cantidad de gente.
“Ese pueblo ha despertado, y hoy más que
nunca estamos seguros de que nadie va a
poder detener el proceso que nos llevará
a la Asamblea Constituyente. Ese pueblo
tiene fe que va a recuperar lo que le
pertenece a través de una Constitución
hecha para el pueblo y no para los ricos
oligarcas del país”.
Zelaya y
Ortega celebran la Independencia
En ocasión de la semana de conmemoración
de la Independencia Centroamericana, los
presidentes de Nicaragua y
Honduras, Daniel Ortega Saavedra
y Manuel Zelaya Rosales,
recibieron la “Antorcha de la Libertad”
de mano de estudiantes nicaragüenses en
la Hacienda San Jacinto, lugar histórico
en el que en 1856 el Ejército de
Nicaragua derrotó a los filibusteros
del aventurero estadounidense William
Walker.
“En este sitio histórico se desarrolló
una de las batallas que son símbolo de
la lucha para defender nuestra libertad
-dijo Manuel Zelaya-.
Seguimos trabajando y luchando por la
Patria, porque nuestros adversarios y
enemigos siguen siendo los mismos, y
tenemos que duplicar nuestros esfuerzos
para seguir venciéndolos para defender
la democracia.
Hoy que en Honduras se ha
suprimido la libertad y que vuelven los
deseos de los grupos oligárquicos de
mantener al pueblo como esclavo
–continuó el presidente hondureño– el
pueblo de Nicaragua se une al de
Honduras en defensa de la
democracia en Centroamérica.
No descansaremos y no daremos tregua
hasta lograr rescatar la democracia en
Honduras y derrocar al régimen
golpista que usurpa el poder de la
nación”, concluyó.
Por su lado, el presidente Daniel
Ortega dijo que no se puede seguir
hablando de democracia en América
Latina mientras en Honduras
siguen los golpistas atropellando y
asesinando al pueblo.
“La comunidad internacional tiene la
obligación moral y ética de acompañar al
pueblo hondureño en esta batalla, para
que los golpistas salgan de Honduras”,
concluyó.
En los próximos días el presidente
Manuel Zelaya, quien junto a los
miembros de su gobierno permanecen en
Nicaragua, hablará ante el plenario
de la Asamblea General de la ONU.
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