Candidatura Independiente Popular
a la Presidencia de la República
COMUNICADO 2
El
golpe de Estado ha agudizado la crisis económica, política y social
del país, y el pueblo en su mayoría se ve afectado por lo crímenes
cometidos, la represión, pérdida de empleo, división generalizada
entre golpistas y no golpistas, más hambre, enfermedades, negación
de la salud y demás servicios públicos.
Los
golpistas calificaron el golpe de Estado del 28 de junio como
“sucesión constitucional” con el propósito de que el proceso
electoral de 29 de noviembre legitime el golpe de Estado, avale con
sus resultados a la continuidad de los golpistas en el poder y quede
sepultada toda intención de ir a una Constituyente para elaborar una
nueva Constitución y le baje el perfil a la Resistencia.
Si
nuestra posición y la de la comunidad internacional es que hubo un
golpe de Estado, lo único que procede es reestablecer el orden
constitucional comenzando por la reinstalación del presidente de la
República Manuel Zelaya Rosales, o ir a una Constituyente
libre, democrática y soberana que siente las bases para la
refundación de la República con representación mayoritaria de todos
los sector populares.
Por lo
anterior, y por que el proceso electoral debe ser jurídicamente
seguro, transparente y real para que sus resultados sean creíbles,
la candidatura independiente popular, en su comunicado 1, sostiene
en su punto número 4: “que los candidatos no golpistas a todo nivel
de elección popular se retiren del proceso electoral si se mantiene
la dictadura.”
Con el
regreso del presidente Zelaya a Tegucigalpa el régimen
golpista ha incrementado la represión generalizada contra el pueblo,
además del acoso y amenazas permanentes contra el mandatario y
quienes lo acompañan en la embajada de Brasil, al mismo
tiempo que se está impulsando un proceso de diálogo, proceso que se
ve condenado al fracaso desde el momento en que el jefe de la
dictadura ha declarado que la misma no es para restituir al
presidente Zelaya sino para legitimar las elecciones.
Nuestra posición es que cualquier diálogo debe tener por premisa el
respeto a los acuerdos de Naciones Unidas y la OEA en el
sentido de que la restitución al orden constitucional y del
presidente Zelaya a su puesto debe ser sin condiciones. Por
eso siempre hemos apoyado el Acuerdo de San José únicamente en su
punto número uno, y como parte del Frente Nacional
Contra el Golpe
compartimos lo que se refiere a las objeciones a las condicionalidades que contiene dicho Pacto. Sin embargo, con
respecto a estas últimas que han sido aceptadas por el presidente
Zelaya, somos del criterio de respetar su decisión política sin
renunciar a nuestra posición.
El
mejor diálogo que podemos desarrollar las y los hondureños es en el
marco de una Asamblea Nacional Constituyente que elabore una nueva
Constitución, que será el nuevo pacto social para empezar a salir
del atraso y la dependencia, en vez de continuar promoviendo los
pactos a espaldas del pueblo que ha venido haciendo la oligarquía.
Un
diálogo sólo para legitimar un proceso electoral sin volver al orden
constitucional es una trampa para el pueblo.
No se
puede ofrecer seguridad para el proceso electoral en un ambiente de
odio y de intolerancia. Las manifestaciones de rechazo al golpe de
Estado, la represión de la autoridad policial y militar, que no
oculta su odio contra los manifestantes, más los muertos y heridos
que ya se registran, no ofrecen seguridad para los votantes, cuya
integridad personal y su vida estarán expuestas a un peligro mayor
porque pueden encontrarse en el centro de acontecimientos violentos
que podrían degenerarse con impredecibles consecuencias. Los
ciudadanos no pueden votar en condiciones de terror.
En un
ambiente en el cual el gobierno de facto ha apostado a lavarse la
cara con las elecciones, es imposible. El golpe fue producto de una
gran conspiración de todos los poderes del Estado, incluidas las
Fuerzas Armadas, Ministerio Público, la dirigencia empresarial, la
dirigencia de los partidos (exceptuando a la UD), la
jerarquía católica y protestante, y algunas organizaciones de la
sociedad civil. Todos ellos apuestan a lo mismo que el gobierno. Por
eso, sencillamente, el gobierno y el Tribunal Supremo Electoral (TSE),
con la anuencia de todas las demás organizaciones mencionadas,
inflarán los resultados para hacer creer al mundo que el pueblo
hondureño votó masivamente porque tiene confianza y credibilidad en
sus instituciones, particularmente en el gobierno y el TSE.
Con
ello, se asegura la supervivencia del bipartidismo, porque serán los
únicos a los que favorecerá el fraude que se avecina. Los demás
participantes seremos comparsas, invitados con el único objeto de
maquillar el proceso electoral para que se exhiba impecable ante
propios y extraños. No hay duda al respecto, si se expusieron a dar
el golpe de Estado, expulsar al Presidente en las condiciones que lo
hicieron, desafiar a la comunidad internacional con tanta
pedantería, ¿qué no pueden hacer para lograr que lo hecho sea
aceptado como bueno por la comunidad internacional?. Nada los
detendrá. Y las elecciones se les ofrecen como el medio idóneo para
resolver el problema creado por ellos.
Por lo
tanto, la Candidatura Independiente Popular a la Presidencia de la
República de Carlos H. Reyes, y Bertha Cáceres,
Maribel Hernández y
Carlos Amaya como designados, están iniciando de manera urgente un
proceso de análisis y consulta entre sus simpatizantes y estructuras
organizativas para decidir el retiro de la Candidatura del proceso
electoral de no haber restitución en su cargo del presidente Manuel
Zelaya Rosales. Al mismo tiempo, invitamos respetuosamente a los
demás sectores políticos electorales antigolpistas a tomar en
consideración nuestra posición.
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