La tibia
o casi inexistente reacción de las
jerarquías de la iglesia católica ante
la ruptura del orden constitucional y la
violencia desatada por las fuerzas
represivas del golpismo ha generado una
fuerte polémica. De manera particular,
buena parte de la población que se opone
al golpe ha criticado al cardenal Oscar
Andrés Rodríguez por sus declaraciones
contra un eventual regreso del
presidente Manuel Zelaya Rosales al
país, y por su tácito acuerdo con el
gobierno de facto.
Para tratar de entender qué papel ha jugado hasta el momento
la iglesia católica en esta grave crisis
que está viviendo el pueblo hondureño,
Sirel dialogó con el padre
José Andrés Tamayo, párroco de
Salamá, Olancho, quien lleva años
luchando contra la explotación de los
bosques, agua y minas en Honduras,
y que en los días pasados ha
participado, junto a miles de
conciudadanos, a la Marcha Nacional de
Resistencia Popular contra el golpe de
Estado.
-¿Cree que la jerarquía católica
hondureña ha cometido errores en esta
coyuntura tan difícil que está viviendo
el país?
-El error de la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH)
fue haber designado al cardenal Oscar
Andrés Rodríguez
cómo la
única persona que puede tener respuesta
y solución ante esta crisis.
Cuando el cardenal Rodríguez dio lectura por cadena
mediática al comunicado de la
Conferencia Episcopal de Honduras
(ndr: en el que se apoya
abiertamente el golpe de Estado) el
problema fue que, además de su
contenido, la forma fue la misma
utilizada por Micheletti.* Permitió que
una cadena mediática nacional golpista
utilizara su imagen y su rol en la
sociedad para sus fines.
Es ahí donde no se le ve una actitud imparcial, sino una
clara intención de atacar a una de las
partes, en este caso al gobierno del
presidente Manuel Zelaya. En vez
de platicar con la gente, con “los de
abajo”, y tratar de entender sus
sentimientos ante el golpe, el cardenal
se ha alejado y ha preferido, como
siempre lo ha hecho, mantenerse aferrado
a las opiniones de “los de arriba”.
-¿Esto es algo que ha caracterizado su
conducta también en el pasado?
-Siempre ha sido así, y ante un hecho tan complicado hubiese
podido tratar de cambiar su actitud, su
mentalidad y comportamiento, pero no lo
hizo y después de la lectura del
comunicado, ni él ni la CEH
tuvieron el valor de volver a hablar
públicamente. ¿Por qué no lo hacen? ¿Por
qué los obispos no se expresan? Pese a
que dentro de la estructura eclesial el
cardenal Rodríguez no es su jefe,
los obispos no hablan, y lo mismo ocurre
con la base, con los sacerdotes que
están como amarrados y no han entendido
de qué se trata esta lucha.
-Sin embargo hay ejemplos de religiosos
que no aceptan esta sumisión…
-El único que tuvo el valor de decir lo que opinaba fue el
obispo de la Diócesis de Copán, Luis
Alfonso Santos, quien dijo
claramente que repudia la forma y el
estilo con que se impuso el nuevo jefe
del Poder Ejecutivo.
Además, la Conferencia de Religiosos de Honduras (CONFEREH)
emitió un comunicado, muy sencillo pero
muy claro (ndr: en el que rechaza
el golpe de Estado y la represión del
gobierno de facto), pero el cardenal los
calló al decirles que sólo la
Conferencia Episcopal está autorizada a
hablar.
-¿De qué se trata esta lucha que están
llevando adelante?
-Aquí se trata de solucionar un problema grave que se ha
generado y de ir a una consulta popular
para cambiar esta Constitución, y de esa
manera terminar con una estructura de
poder manipulador. Es un problema del
país, y mi papel es estar acá para
contribuir a la solución. Lo mismo
debería hacer la iglesia católica, pero
hasta el momento no actúa, esperando lo
que diga el cardenal Rodríguez.
-En los días pasados usted dijo que la
iglesia católica vive atrincherada en
sus templos...
-Aquí se trata de jugarse las cartas con la autoridad, y la
mayoría de los sacerdotes tiene miedo a
jugárselas, porque tiene miedo por el
aspecto económico y por la seguridad
personal. En mi caso estoy decidido y
listo para lo que venga. Cuando digo que
están atrincherados en sus templos
quiero decir que es la mejor forma para
no exponerse. No miran los problemas ni
buscan sus soluciones; para ellos es
mejor llenarse la boca con palabras
vacías, sin salir a escuchar y a
acompañar al pueblo.
-¿El pueblo está resentido con el
cardenal Rodríguez?
-La gente no se esperaba esta actitud. Con la lectura de esta
carta de la CEH, y con el
silencio de los días posteriores al
golpe, el mensaje que han enviado al
pueblo es que están de acuerdo con lo
que sucedió.
* El cardenal Rodríguez usó el mismo espacio cedido a
Micheletti por los medios afines
al golpe, y luego de leer el comunicado
se tomó un par de minutos para
responsabilizar a Zelaya por la
sangre que correría en el país si
regresaba.
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