Sigue
constante la llegada de hondureños a Nicaragua para respaldar al presidente
constitucional de Honduras, José Manuel Zelaya Rosales, depuesto por un golpe de
estado cívico-militar el pasado 28 de junio. Mientras tanto, Estados Unidos
parece despertar de la apatía y cancela la visa de cuatro de los principales
autores materiales del golpe. La esperada llegada de la familia del presidente
Zelaya a la frontera de Las Manos se ha visto impedida por una nueva estrategia
del gobierno de facto.
Xiomara Castro,
esposa del presidente Zelaya, ha denunciado que el juez ejecutor de la
sentencia de la Corte Suprema de Justicia autorizando su salida del país con su
familia, en ningún momento accedió a exhibir la resolución, despertando de esta
manera toda una serie de sospechas alrededor de los verdaderos motivos de esta
“concesión”.
Con ella
viajaban centenares de personas que quieren juntarse a las más de mil que,
desafiando al gobierno de facto y a sus cuerpos represivos, ya pudieron llegar a
Nicaragua, no solamente para reunirse con el presidente Zelaya,
sino para plantearle la necesidad de coordinar estrategias y darle a conocer los
planteamientos del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado, instancia
que ha encabezado la resistencia interna.
Para conocer
los verdaderos motivos de esta movilización masiva hacia la frontera entre
Honduras y
Nicaragua y cuáles son los planteamientos del pueblo organizado al
presidente Manuel Zelaya, a pocas horas de su llegada a territorio
nicaragüense Sirel dialogó con Bertha Cáceres, directiva del
Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de
Honduras (COPINH) y miembro de la dirección colegiada del
Frente Nacional Contra el Golpe de Estado.
-En estos
últimos días se ha incrementado la llegada de hondureños a Nicaragua, entre
ellos varios dirigentes populares. ¿Cuál es el objetivo de esta movilización
masiva?
-Hay varios
motivos. Para el Frente Nacional Contra el Golpe de Estado es necesario
reunirnos de inmediato con el presidente Zelaya para coordinar cosas que
están por venir y que van a ser decisivas para beneficio del pueblo hondureño.
Es importante
que sepa y entienda cuáles son nuestros planes y propuestas, y que nuestra lucha
va mas allá de su restitución en el cargo de Presidente.
Otro elemento
que está motivando la gente a viajar hacia Nicaragua es la represión
desatada por el gobierno golpista. El Ejército y la Policía han montado un
verdadero cerco en todo el departamento de El Paraíso, reactivando la tenebrosa
Defensa Civil, un grupo paramilitar tristemente famoso en los años 80.
Ha sido una
acción descabellada y fascista de un Ejército que ha sacado sus garras, mandando
mensajes claros a los movimientos populares a través de los asesinatos. Un
trágico ejemplo es la muerte del joven Pedro Magdiel Muñoz. Secuestrarlo,
torturarlo y después asesinarlo con más de 40 puñaladas para tirar su cadáver a
la par de los manifestantes es una señal inequívoca de la estrategia de terror
desatada por los cuerpos represivos.
Finalmente, es
importante estar aquí para demostrar que el pueblo sigue en lucha, desafiando el
sistema de terror, el estado de sitio y la persecución, y acercándonos a los
movimientos sociales de Nicaragua que nos están brindando su solidaridad
incondicional.
-¿Cómo ha sido
el viaje para entrar a territorio nicaragüense?
-Fue muy
difícil y agotador. Salimos el viernes 24 de Tegucigalpa, pero al saber que la
gente se iba desplazando, el Ejército puso 18 cordones militares en la carretera
hacia El Paraíso. Logramos burlar los primeros dos, sin embargo nos detectaron y
nos quitaron el bus. Comenzamos a caminar para recorrer los casi 100 kilómetros
que nos separaban de la frontera y logramos llegar hasta el pueblo de Zamorano,
y de ahí nos metimos a un camino de tierra que conduce a El Paraíso, pero nos
topamos con un contingente de la Policía.
Nos hicieron
disparos al aire y nos amenazaron diciéndonos que nos iban a escoltar, pero
sabíamos que más adelante había un puesto de las tropas especiales “Cobras”,
mientras que atrás de nosotros ya habían cerrado el paso con un contingente
militar.
Tuvimos que
meternos a la montaña y llegamos hasta San Matía, un caserío donde la gente nos
ayudó mucho, aunque estaba aterrorizada por los continuos allanamientos de las
casas.
Estando en la
casa de una señora muy solidaria, la Policía nos cercó y e hizo muchas
preguntas a la señora. Afortunadamente no nos detectaron y pudimos continuar
nuestra marcha hasta Santa Rosa, donde tuvimos que cambiar nuevamente nuestro
recorrido para no caer en las garras de un operativo militar en la zona.
Finalmente
logramos llegar a El Paraíso a primeras horas de la mañana del lunes 27. Ya
estando en este lugar que ha resistido las embestidas de los cuerpos represivos,
decidimos dividirnos en dos grupos. El primero se quedó para reforzar la
resistencia, mientras que el segundo volvió a entrar a la montaña para tratar de
llegar hasta Nicaragua.
Hoy, martes 28,
logramos entrar a territorio nicaragüense después de más de cuatro días de
marcha, agotados y con varias personas enfermas y heridas, y fuimos recibidos
por la gente del Movimientos Social Nicaragüense “Otro Mundo es Posible” (MSN)
y otras organizaciones que agradecemos de forma especial.
-¿Qué le van a
plantear al presidente Manuel Zelaya?
-Que queremos
hacer un análisis de la situación interna del país, hablar sobre la correlación
de fuerzas que tenemos y sobre nuestra propuesta que va más allá de su
restitución. Es importante que tenga claro que el Frente Nacional Contra el
Golpe de Estado va a continuar con sus propósitos y sus planteamientos.
Sabemos que nos respalda y que coincidimos en muchos puntos, pero queremos
coordinar aspectos que van a ser decisivos para acabar con este gobierno
golpista, y necesitamos acordar una estrategia para continuar la lucha. Bajo
este análisis vamos a tomar decisiones.
-¿Qué
importancia tiene el regreso del presidente Zelaya?
-Es innegable
que el liderazgo del presidente Zelaya sigue siendo un elemento
convocante y movilizador, y que la gente ve su llegada como un elemento que
desafía la dictadura. Uno de los grandes objetivos que tenemos es, justamente,
derrotar la dictadura fascista que se ha estructurado, y eso va más allá de la
restitución del Presidente.
-¿Cómo sigue la
resistencia en el país?
-Hubo
movilizaciones en todo el país, y hoy, 28 de julio, a 30 días del golpe de
Estado, en Tegucigalpa hubo una fuerte manifestación contra los bancos que
están financiando a los golpistas, como son el Banco Atlántida y el grupo
financiero FICOHSA.
Al mismo
tiempo, las organizaciones feministas se tomaron nuevamente el Instituto
Nacional de la Mujer (INAM) y las radios clandestinas, como Radio
Resistencia y Radio Insurrección Popular, siguen transmitiendo desafiando la
dictadura.
-¿Cuál es el
nivel de represión?
-La represión
no ha bajado, aunque en estos días llegó al país una comisión de derechos
humanos de la ONU y el gobierno de facto trató de dar una imagen ficticia
de la realidad para limpiarse la cara ante la comunidad internacional.
Sabemos que hay
planes para secuestrar a dirigentes populares, y un vocero de la Policía dijo
días pasados que ya tienen pruebas para arrestarnos a todos, porque hemos estado
recibiendo grandes cantidades de dinero. Siguen también las amenazas.
Compañeras del
COPINH que fueron detenidas y llevadas a una posta de la Policía de Danlí,
denunciaron el atropello al que fueron sometidas. Las separaron de los hombres y
cuando estuvieron solas los policías empezaron a insultarlas, a expresar su
machismo y su racismo, acosándolas sexualmente. Una de las cosas que les decían
era que llevaban armas en la vulva y que por eso tenían que revisar sus
genitales. Vieron también cómo golpeaban a los hombres. Fue una cosa brutal,
violatoria de todos los derechos humanos de la persona, y lo peor es que todo
ésto va a quedar en la impunidad.
Finalmente los
llevaron en unos vehículos amontonados como animales y fuertemente custodiados
por cuerpos especiales, obligándolos a regresar a Tegucigalpa. La represión
sigue sin parar, porque ellos saben que no nos vamos a detener y empiezan a
estar desesperados.
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