La
Comisión de Cancilleres de la OEA llegó
a Honduras con la débil esperanza de
convencer a los grupos fácticos y a los
diferentes poderes del Estado, todos
coludidos con el golpe, de que el
Acuerdo de San José es la única salida
para devolver al país cierto grado de
paz y tranquilidad, a través de la
restauración del orden democrático y la
restitución del presidente Manuel Zelaya
en su cargo.
Esa “misión imposible” terminó exactamente como todos los
hondureños sabían de antemano: un “No”
rotundo de parte del presidente de facto
Roberto Micheletti.
“No tenemos miedo al embargo de nadie. Podemos salir adelante
sin el apoyo de ustedes”, dijo
Micheletti increpando a los siete
cancilleres, al mismo tiempo que
garantizaba el desarrollo de las
elecciones, sin importar si los demás
países del mundo reconocen o no los
resultados.
Ante una situación que se vuelve cada día más complicada, el
Frente Nacional Contra el Golpe de
Estado llamó nuevamente a la
movilización en su día 60 de
resistencia, evaluando como muy positiva
la decisión de Estados Unidos de
suspender la emisión de visas a los
ciudadanos hondureños, y continuando su
proceso de evaluación con respecto a un
posible escenario electoral.
Es en este contexto muy delicado que Sirel dialogó con
Carlos H. Reyes, presidente del
Sindicato de Trabajadores de la
Industria de las Bebidas y Similares (STIBYS),
miembro del Comité Mundial de la UITA
y candidato presidencial independiente.
-¿Cómo ves la situación actual de la
crisis institucional que está viviendo
Honduras?
-Es una crisis que sigue agudizándose. Vino la delegación de
cancilleres de la OEA, pero ya
sabíamos cuál iba a ser la posición del
gobierno golpista: un “No” a la
restauración de la institucionalidad en
el país. Y ésto indica que las cosas se
van a complicar más y que la lucha va a
seguir, porque la agenda de la
resistencia no depende de la agenda del
presidente Manuel Zelaya, ni de
la agenda de la OEA, sino de
nuestra propia agenda, que es del
pueblo, que incluye la restitución del
orden institucional y constitucional, y
los mecanismos para llegar a una
Asamblea Constituyente y a una nueva
Constitución.
-El movimiento popular y las diferentes
organizaciones sociales y sindicales se
han unido y han encabezado estos 60 días
de resistencia. ¿Esta experiencia podría
desembocar en algo más estructurado para
el futuro?
-El nivel de unidad alcanzado en este momento y que cada día
se sigue consolidando, tiene que influir
en el futuro político del país y en los
distintos campos de la vida, porque es
la primera vez que ocurre. En este sentido,
si el gobierno de facto decide ir a
elecciones en estas condiciones,
elecciones que van a ser desconocidas a
nivel nacional e internacional, el
escenario para el próximo gobierno va a
ser de total fracaso.
Se enfrentaría a una oposición muy seria, y ésto va más allá,
porque es difícil predecir en este
momento los efectos económicos,
políticos y sociales que tendrá en
Honduras todo este proceso de
unificarnos para luchar.
-Muchas veces es más fácil mantenerse
unidos cuando hay que enfrentarse a un
enemigo que usa la brutalidad y la
represión, que en una situación de
democracia y estabilidad en la cual
salen a flote las diferencias
ideológicas. ¿Crees que ésto puede ser
un elemento de división?
-Son dos niveles distintos. El primero es el Frente de
Resistencia y debe seguir así, sin
convertirse en un Frente Electoral. Es
decir, no tenemos que confundir las dos
cosas porque podrían surgir conflictos
internos.
No debemos contaminar la lucha de resistencia con la lucha
electoral porque son dos niveles
distintos de acción, y en eso vamos a
seguir insistiendo.
-¿Crees que los partidos políticos que
han participado en la resistencia tiene
claro ese concepto?
-Hay que promover este interés, y lo estamos haciendo con las
acciones prácticas que realizamos todos
los días. La gente ya tiene claro quién
es quién, quién ha participado en el
golpe y ha apoyado a la oligarquía.
Mucha de la gente que se ha sumado a la
lucha pertenece a partidos políticos,
ahora saben que los partidos
tradicionales ya no son una opción y van
a buscar otras salidas. Estas salidas
las encuentran en el Frente con su
resistencia, en otros partidos que no
han respaldado el golpe y en la
candidatura independiente. Tal vez haya
algún problema con algunos líderes por
falta de visión, pero es un problema
superable.
-La estrategia del gobierno de facto
parece ser jugar con el tiempo y tratar
de legitimar las elecciones con un
regreso del presidente Zelaya ya
faltando pocas semanas para el voto...
-Evidentemente el gobierno golpista está apuntando a mantener
un proceso dilatorio, y lo que dices es
una posibilidad. En este sentido habrá
que analizarlo en su momento, y también
el presidente Zelaya tendrá que
tomar decisiones al respecto.
-¿Cuál es el futuro de tu candidatura
presidencial independiente?
-Ya dijimos que la candidatura independiente va, pero
consideramos que si se mantiene este
estado de ilegitimidad que ha montado la
dictadura no es posible participar en un
proceso electoral.
No obstante, todos estos temas los vamos a discutir con las
bases, como siempre lo hemos hecho,
porque no queremos tomar decisiones
desde arriba.
-El recién concluido XXII Congreso
Ordinario del STIBYS ha sido un ejemplo
del profundo debate que ha generado esta
difícil situación que vive el país.
-En primer lugar quiero agradecer a la UITA por su
presencia en los procesos que ha estado
viviendo el STIBYS, tanto en sus
últimas negociaciones con las empresas,
como en la lucha de resistencia.
En este marco se ha realizado el XXII Congreso y eso ha
permitido un debate ideológico y
político muy elevado, y un salto
cualitativo en la discusión entre los
delegados.
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