El 27 de enero de 2010, día en que se
instala el gobierno de Porfirio Lobo
Sosa, será recordado de forma diferente
según los matices que se le quiera dar a
esta fecha. Para los golpistas y sus
aliados internacionales será la fecha de
la reconciliación y del regreso a la
normalidad para el país, mientras que
para la Resistencia va a marcar la
continuidad de un régimen golpista y
dictatorial, controlado por militares y
grupos fácticos, que tratan de auto
absolverse por los delitos cometidos y
profundizar el modelo neoliberal.
Por un lado, la pantomima de la toma de
posesión en un Estadio Nacional
presidiado por miles de militares y
policías, donde el nuevo Presidente
tratará de vender la imagen al mundo de
que el país se ha normalizado y que ya
pueden fluir los recursos económicos de
la cooperación. Por el otro, una
gigantesca marcha de la Resistencia que
reanudará sus movilizaciones caminando
hacia el aeropuerto “Toncontín”, para
mostrar la otra cara de esa Honduras
herida e inclaudicable, y despedir al
presidente Manuel Zelaya Rosales,
quien finalmente podrá terminar con
su encierro en la embajada de Brasil.
Para analizar el contexto hondureño a
pocas horas de esta fecha y cómo la
Resistencia se está preparando para los
desafíos venideros, Sirel
conversó con Carlos H. Reyes,
miembro de la conducción del Frente
Nacional de Resistencia Popular (FNRP)
y presidente del Sindicato de
Trabajadores de la Industria de la
Bebida y Similares (STIBYS).
-¿Qué es lo que cambia en el país con la
instalación del nuevo gobierno?
-No cambia nada. Estamos ante un plan
bien orquestado para decirle al mundo
que en Honduras ya todo está
resuelto y que con el nuevo Presidente
se acabaron los problemas, porque ya nos
reconciliamos.
Los que dicen estas cosas son los mismos
que planearon y ejecutaron el golpe y
los medios que lo apoyaron, y están
tratando de convencer a la comunidad
internacional de ello.
En los días pasados nos reunimos con una
delegación del Parlamento alemán, y lo
que nos decían era que en Honduras
ya había reconciliación y que el hecho
de que dirigentes del Partido de
Unificación Democrática (UD)
estuviesen conformando el gobierno
entrante era una señal de que la
Resistencia estaba participando en este
esfuerzo, lo cual es una gran mentira.
Aquí se ha mentido a partir del golpe de
Estado y aún se sigue mintiendo.
-¿Crees que la comunidad internacional
tiene intereses particulares y por eso
quiere creer que la situación se ha
normalizado?
-Depende de lo que entendamos por
“comunidad internacional”. Si hablamos
de Estados Unidos no hay duda de
que ha dirigido todo este plan, y que
ahora trata de encubrir una de las
últimas etapas del golpe para hacer
creer que todo se va a normalizar.
No ha sido un golpe contra los
hondureños, ni contra el presidente
Zelaya, sino contra un país y un
continente que quieren cambiar,
transformarse y enrumbarse por los
caminos del cambio y de la integración.
Así que Estados Unidos es el más
interesado en crear esta imagen, y
seguramente la CNN será la
primera en apoyar esta estrategia,
involucrando al resto de los medios
internacionales. La consigna es
olvidarse de Honduras y
aprovechar del drama de Haití
para lograrlo.
-Un plan bien pensado y ejecutado…
-Hasta tenían un cronograma que
ejecutaron fielmente, y no me cabe la
menor duda de que también la firma del
compromiso de Porfirio Lobo con
el Presidente de República Dominicana
es parte de ello, intentando dar esta
imagen de reconciliación al mundo y
dejando salir al presidente Zelaya
del país.
¿Y qué más podía hacer el presidente
Zelaya? Se va prácticamente al
exilio o lo echan preso. Yo respeto su
decisión.
Sin embargo, el mensaje no escrito de
este acuerdo es “borrón y cuenta nueva”,
y la Resistencia no puede apoyarlo de
ninguna manera.
-Ya está todo listo para una amnistía
general y el alto mando del Ejército fue
sobreseído definitivamente por la Corte
Suprema de Justicia…
-Son los mismos golpistas que hablan de
amnistía y se auto absuelven, y son
ellos que se están reconciliando, porque
a la Resistencia no la han tomado en
cuenta. En Honduras podrá haber
una verdadera reconciliación solo a
través de una Asamblea Nacional
Constituyente que refunde este país.
-¿La Resistencia va a reconocer al nuevo
gobierno?
-Dijimos desde un principio que
queríamos la restauración del orden
constitucional a través de la
restitución del presidente Zelaya,
y que si eso no se lograba, lo que cabía
era una Asamblea Nacional Constituyente.
Los golpistas fueron a elecciones y no
las reconocimos, así como no reconocimos
sus resultados. Así que tampoco podemos
reconocer a un gobierno que le llaman
“nuevo”, mientras que para nosotros es
la continuación del gobierno anterior.
¿Pero qué ocurre en la práctica? El
STIBYS, por ejemplo, acaba de perder
cinco juicios laborales, entre ellos dos
mediaciones por graves violaciones al
Convenio Colectivo por parte de Pepsi
Cola-CAB Corp y Coca-Cola-SABMiller.
El nuevo ministro de facto anuló estas
mediaciones.
En los otros casos, el nuevo director
del Seguro Social ratificó un acuerdo
para un Sistema Médico de Empresa en la
Cervecería Hondureña, que era
ilegal y que el antiguo director no iba
a renovar.
Ante estas situaciones no vamos a
legitimar al nuevo gobierno, pero
tampoco vamos a dejar de defendernos y
recurriremos en las instancias
pertinentes.
La Resistencia va en un plan de defensa,
pero también de acción contra la
pretensión de profundizar el modelo
neoliberal.
-¿De qué manera van a actuar?
-No se trata de convertirnos en partido
político porque sería un grave error. Lo
que tenemos que hacer es fortalecer la
Resistencia, porque hay que ponerle
cabeza, cuerpo, patas y alas, pero las
alas para volar en lo electoral cuando
tengamos fuerza.
Nos reunimos en Siguatepeque para
dilucidar cosas y la esencia es definir
estrategias y tácticas para irnos
acercando a una concreción definitiva.
Nunca en el pasado hemos tenido una
coyuntura como la actual, y vieras qué
riqueza de discusión, qué análisis
profundo sobre lo que acontece a nivel
nacional e internacional que se dio en
esta ocasión.
Este gobierno tan débil es posible que
caiga pronto, y vamos a luchar contra
todo lo que pretende profundizar el
modelo neoliberal, llevando adelante el
proyecto de la Constituyente. Si eso no
ocurre, y aunque continúe la represión y
los asesinatos, vamos a estar listos
para el proceso electoral de 2013.
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