Como ha
ocurrido en los días pasados, la brutal
represión del 12 de agosto contra los
movimientos populares de resistencia al
golpe de Estado no atemorizó a la
resistencia que, en su día 47 de lucha,
ha vuelto a llenar las calles de
Tegucigalpa de forma pacífica,
terminando su recorrido frente a los
estudios de Radio Globo, emisora que
vive constantemente bajo la amenaza de
cierre por parte de las autoridades de
telecomunicación.
La política de intimidación y represión del gobierno de facto
y de sus aparatos de seguridad ha dejado
un preocupante saldo de detenidos y
heridos, entre ellos el diputado del
partido de Unificación Democrática (UD)
Marvin Ponce, quien fue agredido
a patadas y garrotazos por más de 20
policías, ocasionándole tres fracturas
en un brazo que deberán recibir una
delicada intervención quirúrgica.
La ola represiva se desencadenó también contra los miembros
del Sindicato de Trabajadores de la
Industria de las Bebidas y Similares (STIBYS),
afiliado a la UITA, quienes
tuvieron que encerrarse en las
instalaciones de esta organización ante
la amenaza de un desalojo por parte de
las fuerzas policiales y militares.
Sobre estos lamentables hechos, Sirel conversó con el
dirigente sindical del STIBYS,
Porfirio Ponce, una de las últimas
personas en abandonar el lugar bajo el
resguardo de la prensa internacional,
abogados y defensores de los derechos
humanos.
-¿Qué es lo que ocurrió el pasado 12
agosto en el STIBYS?
-Un día antes, los altos mandos de la Policía habían
denunciado que en las instalaciones del
STIBYS se estaban preparando
actos subversivos, y que también era el
lugar donde se almacenaba el alimento
para la gente que estaba participando en
la Marcha Nacional de Resistencia
Popular, y donde estas personas iban a
pasar la noche después de su llegada a
Tegucigalpa.
Ayer, como a las tres de la tarde, los militares y la Policía
pretendieron irrumpir en la sede del
Sindicato con el objetivo de saquear lo
que teníamos almacenado. Ante esta
amenaza, decidimos cerrar todos los
portones y resistir junto con las
personas que en ese momento estaban
descansando.
-¿Cuánta gente había?
-Cuando nos avisaron que estaban llegando los contingentes
militares y policiales habían unas 200
personas. La gente comenzó a salir poco
a poco y al final quedamos unas 50
personas dispuestas a resistir. La
amenaza se prolongó por dos largas horas
y la situación se pudo diluir gracias a
la presencia de la prensa internacional,
de la UITA y de los abogados del
STIBYS y del Centro para la
Defensa de los Derechos de la Mujer. Al
final, logramos sacar a todas las
personas.
Quiero señalar que en la madrugada del 13 de agosto, algunos
desconocidos realizaron seis disparos
contra nuestra sede, cuatro de ellos
impactaron en la parte derecha del
edificio, pero afortunadamente no se
reportaron heridos.
-Una acción para atemorizar a las
organizaciones que participan
activamente en la lucha de
resistencia...
-Es parte de la represión del gobierno de facto. Estamos
seguros de que la intención era de
entrar al edificio, y prueba de ello es
que todas las personas que salían eran
detenidas, identificadas y sus
pertenencias registradas.
-¿Qué tipo de medidas va a tomar el
STIBYS ante esta escalada represiva?
-El STIBYS va a seguir siendo un lugar donde la gente
puede alojarse cuando participa en las
actividades. No tenemos nada que
esconder y vamos a seguir siendo
solidarios con todo el movimiento
popular. Pero vamos a tomar algunas
nuevas medidas de seguridad.
-En estos días se ha hablado mucho de
cómo el Ejército y la Policía estarían
infiltrando gente para crear disturbios
y justificar la represión. ¿Cuál es tu
impresión?
-Hay evidencias muy claras de que hay personas infiltradas
que persiguen este objetivo. En estos
días los abogados del Frente Nacional
Contra el Golpe de Estado
presentaron pruebas a la Fiscal de
Derechos Humanos en las que se evidencia
como personas encapuchadas pagadas por
el alcalde de la capital se infiltraban
en la movilización para crear
disturbios. No hay que extrañarse,
porque detrás de toda esta estrategia
está Billy Joya, militar que se
ha preparado en la Escuela de Las
Américas y violador de los derechos
humanos.
-¿Cómo estuvo la movilización de ayer,
13 de agosto?
-La gente respondió a pesar de la represión del día 12. La
marcha terminó en el Boulevard Morazán,
frente a la emisora Radio Globo.
No hubo enfrentamientos y el Frente
Nacional Contra el Golpe de Estado
adoptó medidas severas para evitar las
infiltraciones y las provocaciones,
prohibiendo la presencia de personas con
la cara cubierta.
-Son 48 días de resistencia. ¿Cuál ha
sido el aporte del movimiento sindical a
esta lucha?
-Ha estado al frente de esta lucha, sobre todo en el sector
público, y estamos viendo sindicatos de
otros sectores que nunca habían
participado que ahora se están sumando a
las movilizaciones.
-La UITA quiere expresar su total
solidaridad con los compañeros y
compañeras del STIBYS por lo que ha
pasado en todos estos días de
intimidación y represión.
-Agradecemos mucho a la UITA. Sabemos que ha
enviado a una persona desde el primer
día de los acontecimientos para que
informara a diario sobre lo que estaba
ocurriendo, y esto ha sido muy
importante para nosotros y todo el
movimiento.
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