Después
de un mes de paro de labores, movilizaciones por las calles de la capital, tomas
de colegios y de violentas represiones, el magisterio hondureño decidió volver a
clases. Un “repliegue táctico” que permitirá abrir la puerta al diálogo con el
régimen, y medirá su real disposición a buscar una solución definitiva al
conflicto.
El pasado fin de
semana, la Federación de Organizaciones Magisteriales de Honduras (FOMH)
realizó asambleas departamentales paralelas, en las que 15 de los 18
departamentos decidieron suspender temporáneamente el paro y volver a las aulas.
Sólo tres
departamentos -Francisco Morazán, que incluye la capital Tegucigalpa, Colón e
Islas de la Bahía- acordaron continuar con la lucha, sin embargo aceptaron y se
ajustaron a la decisión tomada por la mayoría de los departamentos.
“El mandato que
tenemos es que vamos a volver a clases. Nuestras bases han hecho una lectura
objetiva de la realidad y han decidido optar por un ‘repliegue táctico’, para
darle una oportunidad al diálogo y bajar un poco la presión de estas semanas de
lucha”, dijo en conferencia de prensa Edwin Oliva, presidente del Colegio
Profesional Superación Magisterial Hondureño (COLPROSUMAH).
Un mes de
movilizaciones que fueron violentamente reprimidas por los cuerpos represivos
del Estado, con un saldo de varias decenas de heridos y detenidos, y la trágica
muerte de la profesora
Ilse Velázquez Rodríguez.
Ahora la presión la
tiene Porfirio Lobo en sus manos para llamar al diálogo y vamos a
estar preparados por cualquier decisión. |
El pasado 3 de
abril, Porfirio Lobo volvió a mostrar su intransigencia, amenazando al
magisterio con aplicar el Decreto de emergencia educativa, que prevé fuertes
sanciones disciplinarias y hasta el despido para aquellos maestros y maestras
que se negaran a integrarse a las aulas.
Una actitud
irresponsable que ya había mostrado al declarar ilegal el paro magisterial y al
amenazar con suspender sin goce de salario a los docentes y a los dirigentes
magisteriales.
“El régimen ha dicho que sólo regresando a las aulas iba a sentarse a negociar y
le estamos tomando la palabra. Las bases han puesto un término de dos semanas
para que se desarrolle la negociación y se de una respuesta a nuestras demandas.
También vamos a aprovechar de ese tiempo para seguir organizando a los padres de
familia y para visitar y dialogar con la base”, aseveró Oliva.
Entre las
principales demandas que han desencadenado la protesta y la lucha magisterial se
destaca el retiro de la
Ley de Fortalecimiento a la Educación Pública, que de hecho pretende
municipalizar y privatizar la educación y la solución de la crisis financiera
del Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (INPREMA).
Además, el
magisterio rechaza la presencia de una junta interventora en el INPREMA
nombrada por el gobierno y la militarización de sus instalaciones, así como el
restablecimiento de la indexación de sus salarios, tal como lo prevé el Estatuto
del Docente, y la suspensión de los reclamos administrativos por parte del
Tribunal Superior de Cuentas contra centenares de docentes.
“Hay muchas
reservas sobre la real intención de este régimen de dialogar, sin embargo ese
‘repliegue táctico’ no lo consideramos una derrota, sino una reorientación en el
proceso de lucha.
Ahora la presión
la tiene Porfirio Lobo en sus manos para llamar al diálogo y vamos a
estar preparados por cualquier decisión. Si el diálogo fracasa vamos a volver a
las calles”, concluyó el presidente del COLPROSUMAH.