No cesa
la represión en Honduras. En la mira de las fuerzas represivas del Estado y de
grupos paramilitares están los integrantes de todos aquellos movimientos y
organizaciones sindicales, populares y sociales, que conforman el Frente
Nacional de Resistencia Popular (FNRP). Un grito de alarma surge de las entrañas
de Honduras: “No nos abandonen”.
Según datos del
Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH),
en los últimos dos meses
8 personas del FNRP han
sido asesinadas, 25 enfrentan amenazas
de muerte y 26 se han visto forzadas a abandonar el país para conservar su vida
e integridad.
Asimismo, dirigentes sindicales
de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), jueces, magistrados y defensores públicos que se
opusieron al golpe, comenzaron una
huelga de hambre indefinida para protestar contra los despidos masivos y los
juicios en su contra.
Un clima de represalia,
persecución indiscriminada y de intentos para dividir y revertir los avances del
movimiento popular y sindical, comprometido con la consolidación del Frente de
Resistencia y la recolección de firmas para impulsar una Asamblea Nacional
Constituyente.
En este contexto de convulsión
social, que el presidente Porfirio
Lobo y buena parte
de la comunidad internacional quieren ocultar con la falsa imagen de un país “en
vía de normalización”, nos enteramos
de las amenazas de muerte que recibió Carlos H. Reyes.
El presidente del
Sindicato de Trabajadores de la
Industria de Bebidas y Similares (STIBYS), miembro del Comité Mundial de la
UITA y de la coordinación nacional del
FNRP, conversó con Sirel para analizar esta delicada
situación.
-¿Qué tipo de amenazas
recibiste?
-El día 20 de mayo recibí una
llamada a mi celular del número 226 99 65 y al contestar escuché una voz que me
decía “Te vamos a cortar la cabeza, cabrón. Te quedan pocos días”. Me lo repitió
tres veces y colgó.
Hablé con mi esposa y decidimos
comunicar lo que había pasado al
COFADEH, que de
inmediato emitió un comunicado en el que se denunciaba lo ocurrido. Lo
reenviamos a todas las organizaciones amigas y hasta el día de hoy he recibido
muchos mensajes de solidaridad.
Incluso la embajada
norteamericana me llamó para averiguar si era cierto lo que había ocurrido.
-¿A qué crees que se deben
estas amenazas?
-En el pasado mi nombre
apareció en varias listas negras de personas involucradas con la Resistencia.
Muchas de ellas ya fueron asesinadas. Es evidente que están intentando crear
zozobra e infundir miedo. Vamos a tomar medidas de seguridad, pero no vamos a
darles ese gusto.
-Ese hecho ocurre justo cuando,
a través de algunos medios, se ha lanzado una campaña de desprestigio en contra
de algunos dirigentes de la Resistencia. ¿Crees que estos acontecimientos estén
relacionados?
-Seguramente hay una relación.
El FNRP es la conjunción de fuerzas sociales y políticas, y hay
sectores, como los liberales golpistas, la embajada norteamericana y lo que se
dice gobierno, que quieren dividirnos, resquebrajarnos y desorientar a la gente.
El día 20 de
mayo recibí una llamada a mi celular del número 226 99 65 y al
contestar escuché una voz que me decía “Te vamos a cortar la cabeza,
cabrón. Te quedan pocos días”. Me lo repitió tres veces y colgó |
Hay ataques directos y una
campaña terrible contra la dirigencia de la Resistencia y las organizaciones
sociales, populares y sindicales que conforman el
FNRP.
Es evidente que lo que más les preocupa es nuestra unidad y el proceso en marcha
para instalar una Asamblea Constituyente.
-¿Qué medidas van a tomar para
mantener unida a la Resistencia?
-La campaña es para bajar el
perfil de los dirigentes de las organizaciones populares que están dentro de la
Resistencia. Incluso han llegado a proponer un
alto a la recolección de las firmas para la Constituyente, hasta cuando no se
cambie toda la dirigencia del FNRP.
Todo esto lo vamos a denunciar
y vamos a aclarar lo que está pasando, para contrarrestar esta campaña de
desinformación, en contra de la unidad de la Resistencia.
-¿Vas a tomar algún tipo de
medida para proteger tu vida?
-Voy a tomar las medidas
necesarias porque no les voy a facilitar el “trabajo” a esta gente. Por último,
aprovecho para agradecer una vez más a la UITA
por el respaldo que me está dando y por estar siempre pendiente del proceso
que estamos llevando adelante.