Pese a la imagen
de reconciliación que el actual gobierno quiere desesperadamente mostrar a nivel
internacional, Honduras sigue viviendo las trágicas secuelas del golpe de Estado
de junio de 2009. Mientras la Resistencia se consolida como nueva fuerza
política propositiva, la comunidad internacional sigue ciega y sorda ante la
grave situación de ingobernabilidad y conflictividad social que vive el país
centroamericano.
Volver a
convertir a Honduras en un “país desaparecido”, donde “pacificación” y
“reconciliación” asumen el significado de “perdón” y “olvido”, parece ser el
plan de buena parte de una comunidad internacional cínica, irresponsable y
ciega, ante el esfuerzo de un pueblo volcado a una lucha para no volver al
pasado y crear su futuro.
Sobre la
situación que se está viviendo en Honduras, Sirel dialogó con
Betty Matamoros, coordinadora de la Comisión Internacional del Frente
Nacional de Resistencia Popular (FNRP).
-¿Cuál es la
situación actual de Honduras?
-El país sigue
en una situación de ingobernabilidad, con muchos frentes de conflicto abiertos.
Lo hemos venido denunciando y hemos dicho que esta situación se debe a no
haber querido volver al orden constitucional, imponiendo un Presidente y un
gobierno que buena parte del pueblo no reconoce como legítimos.
Hay una
situación de quiebra económica originada por los malos manejos del gobierno de
facto de Roberto Micheletti que crea más conflictividad, desesperación y
rechazo. En fin, un gobierno incapaz y un pseudo Presidente que no controla a
sus Ministros.
-¿Cuáles son
actualmente los frentes de conflicto?
-El gobierno y
los diputados insisten en querer aprobar leyes que van a afectar aún más al
pueblo. Quieren revertir las conquistas logradas en los últimos años por el
magisterio e impulsar la flexibilización y precarización del trabajo.
Se rehúsan a
aumentar el salario mínimo y hay un ataque directo contra las organizaciones
sociales y sindicales. Tampoco ha parado la violación de los derechos humanos.
Una violencia selectiva brutal que seguimos denunciando.
Los maestros
están en huelga indefinida, el conflicto agrario no se ha resuelto, la tasa de
desempleo se ha disparado y las centrales obreras se están movilizando y
preparando para una huelga general. ¿De qué paz y democracia están hablando?
Todas las
instituciones son cómplices y responsables de lo que está ocurriendo.
-Honduras
parece vivir una paradoja. Ante un escenario real de ingobernabilidad y
conflicto social, buena parte de la comunidad internacional impulsa la
normalización de las relaciones con el país…
-Desde el
primer día del golpe de Estado hemos denunciado las responsabilidades de
Estados Unidos. A lo largo de todo este periodo ha presionado política y
económicamente a los gobiernos para que normalicen sus relaciones, y lo está
logrando.
Además, ha
usado los grandes medios corporativos internacionales para mantener el cerco
mediático.
En este
sentido, reconocemos el esfuerzo de varios países de la región que siguen firmes
en su postura de no reconocer al gobierno de Porfirio Lobo.
De lo
contrario, legitimarían la estrategia impulsada por Estados Unidos de
transformar a Honduras en el ensayo del “golpe perfecto”. Varios de estos
países ya han reconocido el FNRP como sujeto político.
En este
contexto, el cerco mediático impuesto por los grandes medios corporativos ha
contribuido a ese mismo plan, y hemos trabajado para romperlo y seguir
posicionando a Honduras en la agenda internacional.
-¿Cómo se está
organizando la Resistencia ante este escenario que vive el país?
-El FNRP
ha crecido de forma acelerada y se ha transformado en un sujeto político
importante para el país. Nos estamos estructurando a nivel nacional para
involucrar tanto a las organizaciones como a la población en general alrededor
de nuestros objetivos finales.
Estamos en un
proceso de cómo llegar a instalar una Asamblea Nacional Constituyente
participativa, popular e incluyente, con la que vamos a refundar el país.
Es por eso que
estamos desarrollando una consulta popular y que nuestras tareas prioritarias
son la organización, la formación y la movilización. No ha sido fácil, pero lo
estamos logrando.
Se ha
conformado un Comité Ejecutivo Nacional, y seguimos estructurándonos en todo el
país.
Además, el
próximo 15 de septiembre concluye la recolección de firmas de la Declaración
Soberana. Apuntamos a recolectar más de un millón de firmas, lo cual nos viene a
dar el asidero para autoconvocarnos a una Asamblea Constituyente.