A un año
del golpe de Estado, Honduras se encuentra al borde de la bancarrota, con un
déficit fiscal en continuo aumento, un endeudamiento interno sin precedentes y
una preocupante tasa de desempleo. Quienes pagan los platos rotos de esta
situación que se ha profundizado con el golpe son, como siempre, los
trabajadores y trabajadoras.
Flexibilización, tercerización del trabajo y represión parecen ser las únicas
recetas adoptadas por el nuevo gobierno para hacerle frente a la crisis. Para
analizar este contexto, Sirel dialogó con el vicepresidente del STIBYS,
Porfirio Ponce.
-¿Como está en
este momento la situación laboral en el país?
-Estamos muy
preocupados. Después del golpe de Estado los grupos de poderes que controlan la
política y la economía del país han retomado el control de las instituciones del
Estado. Han comenzado a profundizar estrategias para violentar la estabilidad
laboral y los derechos de las y los trabajadores.
-¿De qué manera
están actuando?
-A través de
políticos serviles que representan los intereses de las transnacionales y de los
empresarios del país, están promoviendo medidas antilaborales y antisindicales.
Están tratando
de paliar los altos índices de desempleo promoviendo un
programa de emergencia de
empleo temporal, que pretende impulsar contratos de trabajo de media jornada.
El
diputado Germán Leizelar, por ejemplo, está proponiendo
calcular la jornada laboral de
doce horas. De esta manera la gente tendría que trabajar seis horas, con un
salario que es la mitad del salario mínimo, sin prestaciones, ni beneficios
laborales.
Lo mismo está haciendo con los contratos de trabajo por horas
y con una ley que va a legalizar el trabajo tercerizado y temporal en los
sectores de higienización y vigilancia. Y esto es solo el comienzo. Después van
a aplicar esa misma medida a muchos más sectores.
-¿Qué pasó con la ley que el
movimiento sindical estaba impulsando para regular el tema de la tercerización?
-Después del
golpe quedó engavetada en el Congreso. Más bien, lo que están haciendo es
promover reformas para flexibilizar más el trabajo y sobreexplotar a la gente.
-¿Las centrales
obreras se mantienen unidas ante ese intento de promover un trabajo
desregularizado, tercerizado y precario?
-Nos mantenemos
unidos, rechazando esta estrategia. El impulso de contratos por horas o de media
jornada significa la imposibilidad de poder organizar a los trabajadores, y una
abierta violación de los Convenios 87 y 98 de la OIT.
Estamos a favor
de la creación de empleo, pero con un salario digno y respetando las leyes.
El verdadero
objetivo que tienen estos sectores y el gobierno es flexibilizar las leyes
laborales, para destruir las organizaciones sindicales y garantizar más
ganancias para los empresarios.
-¿Otro conflicto que se ha
desatado con el nuevo gobierno es acerca del aumento del salario mínimo. ¿A qué
punto está la negociación?
-Está rota. Ante la falta de acuerdo entre las partes, la ley
determina que debe ser el Presidente de la República quien decide el porcentaje
del aumento. Sin embargo, el señor Porfirio Lobo se está rehusando a
hacerlo, porque le tiene miedo a los empresarios.
Está violando abiertamente la ley. Las centrales obreras
vamos a acudir a otras instancias y a tomar acciones que ya están siendo
planificadas.
-Ha pasado un año del golpe de
Estado y en Honduras seguimos asistiendo a la represión sistemática contra las
organizaciones sociales y populares. ¿Qué tan brutal es la represión contra el
movimiento sindical?
-Hay una constante y sistemática represión contra los
trabajadores organizados. Tenemos muchos casos como son la de los maestros, los
docentes universitarios y todas aquellas organizaciones que se han involucrado
con la Resistencia y contra el golpe de Estado.
Hay personas despedidas ilegalmente, hostigadas, asesinadas,
hay atentados y amenazas. El STIBYS ha sufrido serias persecuciones y su
presidente, Carlos H. Reyes, ha sido amenazado de muerte. Recientemente,
el directivo de la CUTH, José Luis Baquedano, y su familia
sufrieron un atentado.
En Honduras pensar y opinar ya es un delito. Sin
embargo, seguimos en resistencia hasta lograr el objetivo de instalar una
Asamblea Nacional Constituyente.
-El 2010 va a ser un año de
procesos de contratación colectiva para el STIBYS…
-Ya iniciamos las negociaciones con la Licorera Los
Angeles SA de CV, de capital guatemalteco y nicaragüense (Grupo Pellas).
Ante la intransigencia de la empresa que no quiere un
reajuste de salario, por primera vez estamos a punto de romper la negociación e
ir a una etapa de mediación.
En agosto vamos a iniciar la negociación con la Fabrica
Aguardiente “El Buen Gusto Yuscarán”, y entre septiembre y octubre entramos
a la negociación con Cervecería Hondureña (SABMiller) y
Embotelladora La Reyna (CabCorp-PepsiCo).
-La UITA, 3F y los principales
sindicatos de las bebidas de la región decidieron desarrollar su encuentro
regional en Honduras, en solidaridad con el pueblo hondureño. ¿Qué te parece
esta decisión?
-Es muy acertada, porque va a contribuir a romper el cerco
impuesto por los medios corporativos de información nacional e internacional.
Agradecemos profundamente a la UITA, 3F y todas las organizaciones
sindicales por esta decisión.
De manera particular quiero agradecer a la UITA por
haber estado informando permanentemente sobre lo que ocurría en Honduras
después del golpe de Estado.
Además, hago un llamado a todas las organizaciones afiliadas
a la UITA, para que se pronuncien en contra de este sistema y de los
usurpadores que están en el poder, y sus pretensiones de seguir precarizando el
trabajo, violentando los derechos humanos y laborales.