Las dictaduras nunca
llegan para disciplinar a pueblos dormidos. Antes bien, se las promueve para
reprimir con violencia, terror e impunidad a una sociedad en plena dinámica de
cambio. El golpe en Honduras no fue la excepción, y ahora, esta “democracia
Frankestein” va por las libertades civiles, las conquistas sociales y las
cabezas de los y las dirigentes y activistas más dinámicos. En este marco, el
Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (STIBYS),
organización afiliada a la UITA, denunció recientemente los retrocesos que en
materia laboral impulsan los herederos del golpe de Estado.
Erasto Reyes |
Según el
STIBYS,
hay varios ejemplos de cómo empresas transnacionales radicadas en
Honduras aprovecharon el golpe de Estado y a las autoridades de facto afines
a sus intereses para paralizar la lucha reivindicativa de los trabajadores y
trabajadoras.
“Cervecería Hondureña
(SABMiller),
distribuidora de Coca Cola
y varias marcas de cerveza, quiso instalar por la vía casi de la fuerza un
Sistema Médico-Empresa sin contar con el aval del Sindicato, mintiendo al
asegurar a las autoridades de facto de la Seguridad Social que el STIBYS
estaba de acuerdo –explicó a Sirel el coordinador de proyectos del
STIBYS y miembro del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP),
Erasto Reyes–.
El
STIBYS
no está en contra
de que se brinde a los trabajadores la justa asistencia sanitaria, sin embargo,
está exigiendo que se discuta, revise y aplique previamente la normativa
relativa a las condiciones de higiene y seguridad laboral y los riesgos
profesionales.
Señalamos también –continuó
Reyes– la perdida de varios juicios laborales, como por ejemplo el caso
del despido injustificado del directivo sindical de la seccional de Puerto
Cortéz, Carlos Martínez,
quien perdió en primera instancia el juicio de reintegro en el juzgado local de
San Pedro Sula. En su caso, es evidente el intento de acabar con un dirigente
muy beligerante en la defensa de los derechos laborales y sindicales.
Lo que aquí se estuvo dando
es una verdadera trama y una confabulación entre empresas transnacionales y
autoridades de facto, para que todos los juicios fuesen desfavorables a los
trabajadores, afectando de esa manera sus derechos”.
Erasto Reyes
aseguró que el
STIBYS
continuará exigiéndole a las nuevas autoridades que asumieron el pasado 27 de
enero que cumplan con su deber, aunque eso no implica su reconocimiento por
considerarlas “más de los mismo”.
El Sindicato exige también
que Cervecería Hondureña (SABMiller)
asuma sus responsabilidades, dejando de manipular las relaciones con las
autoridades.
“En febrero de 2009 los
trabajadores de SABMiller
se tomaron las
instalaciones en San Pedro Sula porque había una reiterada violación del
Convenio Colectivo. Con el apoyo del Ministerio del Trabajo entramos a un
proceso de mediación; sin embargo, después del golpe de Estado las autoridades
de facto dejaron ese proceso sin valor y efecto”.
Para Reyes, las
autoridades que acaban de asumir deben demostrar una nueva postura, dirigida a
garantizar los derechos de los trabajadores, “sin plegarse a los intereses de la
oligarquía nacional y las transnacionales. El STIBYS va a mantener una
actitud muy beligerante, cueste lo que cueste”, concluyó.
El
caso de CAB Corp (Pepsi Co)
Porfirio Ponce |
Embotelladora La Reyna,
propiedad de CAB Corp, embotelladora Ancla para Centroamérica de Pepsi
Cola Company, está siendo señalada por el STIBYS por haber
aprovechado del golpe de Estado para implementar estrategias que van a afectar
la estabilidad laboral de sus trabajadores.
“El golpe de Estado hizo
retroceder muchos años lo que con grandes esfuerzos los trabajadores y
trabajadoras habían logrado en materia laboral –sentenció Porfirio Ponce
Valle, vicepresidente del STIBYS–.
En el caso de
Embotelladora La Reyna (CAB Corp),
denunciamos la pretensión de la empresa de querer afectar al Sindicato en la
planta de producción de Amarateca, al norte de la capital, tratando de
transformar las plazas de diferentes líneas en cargos de confianza, y violando
de esa manera el Convenio Colectivo que reconoce estas plazas como
sindicalizadas.
Antes del golpe –continuó
Ponce– logramos entrar a una etapa de mediación, aunque la empresa
sostuviera que no se trataba de un conflicto económico-social. Sin embargo,
después del 28 de junio de 2009 las nuevas autoridades de facto del Ministerio
del Trabajo aceptaron el planteamiento de la empresa y suspendieron la
mediación”.
El vicepresidente del
STIBYS explicó también que presentaron una queja ante el Ministro del
Trabajo que se comprometió a revisar el caso. Han pasado varios meses y no ha
habido respuesta.
“Vamos a continuar hasta
agotar todos los procedimientos, y si no tenemos resultados vamos a recurrir a
los tribunales. Los empresarios quieren desestabilizar y desaparecer al
Sindicato, y aún más cuando se trata del STIBYS”, aseveró el dirigente
sindical.
Para Porfirio Ponce
existiría un plan para desaparecer al STIBYS. “Nos han puesto bombas, nos
han amenazado y disparado. Los cuerpos de inteligencia de la policía y del
ejército infiltraron a nuestra gente y han puesto micrófonos en nuestras
instalaciones para espiarnos.
No podemos olvidar que
todavía estamos en un régimen de facto, porque el nuevo gobierno surgió sin que
se revirtiera el golpe y se restaurara la institucionalidad en el país.
Ahora –concluyó Ponce
Valle– las autoridades de facto y las grandes empresas transnacionales, que
por cierto apoyaron el golpe, se están intercambiando favores. Su objetivo es
desaparecernos, pero no lo van a lograr nunca”.