Dos dirigentes del Frente Nacional de Resistencia Popular, los
zelayistas Carlos Reyes y Juan Barahona, visitaron Montevideo y en
diálogo con la diaria explicaron su preocupación por mantener la
unión entre movimientos sociales y partidos políticos a la hora de
presentarse a elecciones. Se refirieron a la posibilidad de fundar
para eso un frente amplio hondureño, que buscará federar la
oposición al gobierno de Porfirio Lobo en las elecciones de 2013.
El Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) de Honduras
se creó en rechazo al golpe de Estado del 28 de junio de 2009, que
derrocó al entonces presidente, Manuel Zelaya. Gracias a los
acuerdos de Cartagena de Indias, el 28 de mayo retornó Zelaya
al país, como reclamaba el FNRP. Pero varios otros puntos de
esos acuerdos aún no se aplicaron, según Carlos Reyes y
Juan Barahona, dos líderes de ese movimiento, que federa fuerzas
opositoras, tanto de partidos políticos como de otras organizaciones
sociales.
Durante su visita a Montevideo la semana pasada, explicaron a la
diaria que su actual desafío es unir a los integrantes del FNRP
en una instancia política: el Frente Amplio de Resistencia Popular (FARP).
Para eso buscaron asesoramiento del Frente Amplio uruguayo, el PIT-CNT
y otras organizaciones de la sociedad civil de nuestro país.
Además de ser uno de los 41 coordinadores del FNRP, Carlos
Reyes es dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Industria
de Bebidas y Similares (STIBYS) y fue candidato a la
presidencia en las elecciones de 2009, antes de bajarse para no
legitimar esos comicios, convocados por el gobierno de facto. En
esas elecciones controvertidas resultó electo el actual mandatario
hondureño, Porfirio Lobo.
En Honduras
sigue habiendo muertes, capturas, encarcelados y no hay
castigo a los golpistas, a los responsables de los
crímenes. Se vive una total impunidad en el país |
Juan Barahona
es otro coordinador del FNRP, vocero del FLP, mano
derecha de Zelaya y presidente de la Federación Unitaria de
Trabajadores de Honduras (FUTH).
Barahona
afirmó que los acuerdos de Cartagena, que permitieron el regreso de
Zelaya, también dieron legitimidad al gobierno de Lobo. El
“régimen que gobierna Honduras” accedió a que el ex
presidente volviera al país porque los acuerdos también permitieron
que Honduras volviera a la OEA, el 1º de junio, dijo el dirigente.
A su entender, esto era lo que les interesaba “en realidad”,
porque eso implica para el presidente Porfirio Lobo
“desembolsos económicos de los organismos financieros
internacionales y el reconocimiento de países que no lo habían
reconocido como los de la UNASUR y del ALBA”.
Pero dijo que pese a los acuerdos “la situación no ha cambiado”
porque "los derechos humanos siguen siendo violados”. Denunció: “en
Honduras sigue habiendo muertes, capturas, encarcelados y no
hay castigo a los golpistas, a los responsables de los crímenes. Se
vive una total impunidad en el país, asesinan la base del Frente”.
El dirigente dijo que a sabiendas de que se iba a cumplir el acuerdo
del retorno de Zelaya pero no otros establecidos en
Cartagena, "el FNRP no firma los acuerdos y Zelaya no
firma como coordinador del Frente, sino como ex presidente de la
República de Honduras”.
Estimó que en el contexto actual, aunque esté “muy bien que haya
regresado Zelaya a Honduras”, “está muy mal que se
hayan aprovechado de eso para regresar a la OEA” porque con
eso “el imperio gringo y la oligarquía hondureña sienten que ya
lavaron el golpe”.
Por otro lado, Barahona opinó que al volver a su país “Zelaya
no regresa a su partido (el Liberal), sino que regresó al Frente” y
“eso, lógicamente, a la oligarquía no le gusta, porque querían que
volviera a su partido para instaurar de nuevo el bipartidismo que es
lo que el imperio promueve”.
Para
gobernar
El 26 de junio se convocó una asamblea extraordinaria del FNRP
que fue presidida por Zelaya, que es su coordinador general.
En esa instancia se aprobó por mayoría la creación del “brazo
político” que deberá buscar el poder “a través de la vía política y
electoral”, explicó Barahona. “Es una nueva etapa que hemos
iniciado” relató. Para concretarla, falta reunir 43.000 firmas para
solicitar la inscripción del FARP como organización política
ante el Tribunal Supremo Electoral.
Reyes
tiene reparos respecto al proyecto de Frente Amplio de Resistencia
Popular, aunque respetará la decisión que tomó la asamblea. Explicó
que en su opinión, “una de las virtudes” del golpe “es que une la
lucha social con la lucha política” que históricamente en
Honduras esas dos fuerzas estuvieron fracturadas.
Pero añadió que la instancia política "puede dar lugar a una
división porque se está creando un paralelismo”. Su preocupación
surge de que “por ejemplo en el frente está el grupo de liberales en
resistencia (los del partido de Zelaya que lo siguieron al
FARP) y otros grupos como la Unificación Democrática en
resistencia” y teme que “el frente sea cooptado" por grupos
"eminentemente electorales”.
Barahona
señaló que en su visita a Uruguay, un objetivo era el de
“asimilar algunas experiencias que puedan ser aplicables” en
Honduras “porque el Frente Amplio del Uruguay tiene muchas
semejanzas” con el FNRP. “Todo el movimiento social, gremial,
obreros, campesinos, estudiantes, las organizaciones de izquierda,
partidos políticos, todos estamos en el Frente”, dijo el brazo
derecho de Zelaya. “Hay una diversidad de pensamiento
político e ideológico y eso para nosotros es una experiencia nueva,
a la que si le ponemos ‘partido’ la reducimos a un pensamiento
único. Para mantener la diversidad en el pensamiento y en la acción,
debemos hacer un frente que nos permita seguir juntos”, explicó
Barahona.
Otro principal reclamo del FNRP, la organización de un
plebiscito para poder llamar a una Asamblea Constituyente, está
incluida en los Acuerdos de Cartagena. En su última asamblea, el
Frente resolvió solicitar al Congreso que se convoque el plebiscito,
algo que aún no se concretó.
Comisiones de verdades
Barahona
dijo que el gobierno de Lobo “institucionalizó lo que llama
Comisión de la Verdad", que la oposición no reconoce. Esa comisión
oficial entregó la semana pasada su informe, en el que admite que
existió un golpe de Estado contra Zelaya, pide que se
investiguen las violaciones a los derechos humanos cometidas en
2009, pero en alguna medida responsabiliza a Zelaya de la
crisis que culminó con su destitución y exilio forzado. La comisión
está presidida por el ex vicepresidente de Guatemala,
Eduardo Stein, y la integran otros cinco miembros, en su mayoría
diplomáticos hondureños.
El sábado el FNRP emitió un comunicado en respuesta al
informe de esa Comisión oficial, en el que saludó que se reconociera
al golpe como tal y lamentó que hayan sido necesarios dos años para
eso. También afirmó que "todos los actos del gobierno de facto que
substituyó al gobierno legítimo, son nulos" y señaló "la obligación
del Estado de reparar a las víctimas y dar castigo a los asesinos,
así como la obligación de convocar a una Asamblea Nacional
Constituyente Originaria que dé paso a una nueva Constitución que
garantice el orden constitucional a la República".
El comunicado también destaca la labor de otra comisión a la que sí
reconoce el FNRP: la Comisión de Verdad. Señala que esa
entidad "desde hace más de un año pelea duramente contra la
impunidad y la indiferencia y cuyas visiones merecen ser
incorporadas en el criterio de la Comisión de la Verdad.
La Comisión de Verdad está integrada por nueve personalidades
destacadas por su lucha a favor de los derechos humanos, entre ellas
el Premio Nobel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel, y
su compatriota Nora Cortiñas, dirigente de Madres de Plaza de
Mayo Línea Fundadora.
Aún en
gestación
Reyes
señaló que desde el golpe de Estado la oposición estableció que el
Frente "debía de ser pacífico", que el mejor seguro de vida para sus
integrantes era "la movilización popular", y recordó que durante
seis meses hubo manifestaciones casi a diario. Pero denunció que
pese a estas acciones, todavía se "encubren" los "crímenes
políticos" cometidos contra los miembros de FNRP
presentándolos como "asesinatos comunes".
El Frente
Amplio de Resistencia Popular será el brazo político del
FNRP, que deberá buscar el poder a través de la vía
política y electoral |
"Honduras es un país en el que hay mucho narcotráfico. Éste
es un enorme problema que tenemos. El crimen organizado es
terriblemente fuerte, pero ellos (el gobierno) se basan en eso para
justificar el crimen político", dijo Reyes. Destacó que las
víctimas de esos asesinatos son "mandos intermedios" del Frente y
que esos ataques buscan "generar terror".
Además denunció el arresto domiciliario al que está sometido el ex
ministro de gobierno de Zelaya, Enrique Flores Lanza,
que también retornó del exilio y está acusado de corrupción. Según
el FNRP esto viola los Acuerdos de Cartagena, que establecen
que Zelaya y sus ex funcionarios deben tener las garantías
necesarias para su regreso “en condiciones de seguridad y libertad”.
Por lo tanto, esos pactos "han fracasado", opinó Reyes.
También denunció que en los "últimos cinco meses han asesinado a 36
campesinos, también a sindicalistas, periodistas ya van como 12
desde el golpe".
Ante esta situación la oposición busca organizarse de cara a las
elecciones de 2013, y ya surgieron especulaciones sobre quién será
el candidato del futuro FARP. Una posibilidad es que fuera
Zelaya. Aunque la Constitución prohíbe que un ex presidente
vuelva a presentarse, el FNRP busca cambiar esa norma. Otro
posible candidato es Reyes, que ya se postuló en 2009. Desde
el Partido Liberal también surgió la idea de postular a la esposa de
Zelaya, Xiomara Castro.
“No hemos hablado de candidatos, ni en público, ni en privado, nada.
Porque primero vamos a legalizar el partido y después hablar de los
candidatos posibles”, aseguró Barahona. Si bien el partido de
Zelaya propuso a Castro, agregó que “ella no ha dicho
que sí”, y subrayó que el Frente no tiene candidato.
"Queremos tener primero el reconocimiento (como fuerza política), no
queremos anticiparnos", explicó Barahona. Cuando lo tengan,
van a "diseñar todo lo que será el trabajo de campaña y las
propuestas a presentar al pueblo hondureño para que sea una opción
nueva, atractiva y diferente a las demás", dijo.
En tanto, Reyes opinó que de momento, a la hora de pensar en
elecciones, "la situación es grave" porque el Estado hondureño "está
tomado por los militares". Recordó que en Honduras había,
antes del golpe, una base militar estadounidense y agregó que "hoy
ya son tres bases". El dirigente advirtió: "Estamos ante una
situación muy grave, con orígenes eminentemente geopolíticos y hasta
de control de los recursos naturales". Por lo tanto, concluyó que
"si se va a elecciones, hay un gran peligro, porque esta gente no
quiere entregar el poder y están luchando por quedarse". También por
ese motivo, Barahona y Reyes están recorriendo el
continente, buscando la atención de gobiernos y organizaciones, para
que "estén atentos" a Honduras.