Mientras en la
Esperanza, Intibucá, en el norte de Honduras, más de mil delegados del Frente
Nacional de Resistencia Popular (FNRP) clausuraban el 2° Encuentro Nacional por
la Refundación de Honduras, denunciando la represión desencadenada por la
“democradura” contra el esfuerzo del pueblo organizado para transformarse en una
alternativa social y política para el país, en Tocoa, departamento de Colón,
desconocidos masacraban al periodista Nahum Palacios, director de la Televisora
Canal 5 y herían de gravedad a sus acompañantes.
Nahum Palacios
fue interceptado cerca de su casa a las
10 de la noche y ultimado de 28 balazos de fusíl AK-47.
El pasado 11 de marzo,
en circunstancias muy similares, fue asesinado
David Meza Montecinos,
reportero de Radio El Patio de La Ceiba y corresponsal de Radio América y del
noticiero Abriendo Brecha.
Según la
coordinadora nacional del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en
Honduras
(COFADEH), Bertha Oliva, “El asesinato contra el
periodista Nahum Palacios es un desafío del gobierno al sistema
internacional de derechos humanos, porque él era beneficiario de medidas
cautelares que habían sido otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH), pero que no fueron implementadas de inmediato tal como
está estipulado, lo que trajo como consecuencia su muerte”, denunció Oliva.
En el pasado,
Palacios había sido fuertemente hostigado por los cuerpos represivos del
Estado por su constante cobertura de las actividades de la Resistencia. El
propio día del golpe de Estado, elementos de la Base Naval de Puerto Castilla
llegaron a las instalaciones de Canal 5, amenazándolo y decomisando el equipo de
transmisión. Cuatro trabajadores del Canal fueron detenidos.
Según el
informe del COFADEH, el día siguiente, 29 de junio, los militares
allanaron la vivienda del periodista y lo detuvieron supuestamente por
alteración del orden y por llamar a la insurrección a través de sus programas.
Fue a raíz de estos hechos que la
CIDH solicitó al Estado de Honduras la salvaguardia de la vida y la integridad
del periodista, medidas que nunca fueron implementadas.
En su trabajo
comprometido con las luchas sociales,
Nahum Palacios
había dado cobertura al conflicto que se ha originado a partir del pasado
diciembre de 2009 en la zona del Bajo Aguán, donde miles de campesinos reunidos
en el Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA) están luchando para
recuperar decenas de miles hectáreas de tierra,
que fueron usurpadas por Miguel
Facussé Barjum, René Morales y Reynaldo Canales, poderosos terratenientes y
productores de Palma Africana.
Paradójicamente, la vergonzosa situación de violación de los derechos humanos
que se vive en Honduras contrasta con el intento del gobierno de
Porfirio Lobo y de cierta parte de la comunidad internacional de presentar
la imagen de un país normalizado y en paz.
El reciente
viaje en América Latina de la secretaria de Estado norteamericana
Hillary Clinton,
para convencer a los países del continente que acepten el regreso de Honduras
en las instancias internacionales, se suma a la decisión de la
Unión Europea de reinsertar al actual
gobierno hondureño en las negociaciones del Acuerdo de Asociación entre Unión
Europea y Centroamérica.
Estas
instancias representan un insulto a la memoria de
Nahum Palacios,
una de las decenas de personas que fueron asesinadas y de las miles cuyos
derechos fueron violados a partir del 28 de junio 2009.
Para Bertha
Oliva, en este momento hay “situaciones muy delicadas en el país que pueden
traer consecuencias fatales para más periodistas, entre éstas se encuentra la
lucha popular por la refundación de Honduras, el conflicto de tierras
donde hay poderosos terratenientes y la activación de una campaña mediática de
una supuesta lucha armada por parte de los grupos sociales que impulsan cambios
radicales en la nación, como una forma de desprestigiar nuestra lucha pacífica”.