La misión
de Cancilleres de la OEA dejó el país después de haber instalado una mesa de
conversación entre la delegación del gobierno de facto y la del presidente
Manuel Zelaya, en la que participa también un delegado del Frente Nacional
Contra el Golpe de Estado. Por el momento no hay humo blanco -ni siquiera gris-
sobre el punto toral del Acuerdo de San José que es la restitución del
presidente Manuel Zelaya Rosales. Mientras tanto, la Resistencia continúa su
incansable obra de movilización llegando hasta el lugar donde se desarrolla el
diálogo y da como plazo final el martes 15 de octubre para que se restituya al
Presidente legítimo de Honduras.
Durante una
conferencia de prensa en la que no hubo espacio para las preguntas de las
decenas de periodistas presentes, el canciller de Costa Rica, Bruno
Stagno, dio lectura a un documento en el que resumió la agenda desarrollada
por la misión de alto nivel de la OEA y puntualizó algunas indicaciones
con respecto al diálogo recién iniciado.
“La comisión de
la OEA planteó a todos los interlocutores que para que el diálogo se
realice en condiciones apropiadas es necesario el restablecimiento y permanencia
de todas las garantías constitucionales, la restitución de todos los medios de
prensa cuyo funcionamiento hubiera sido interrumpido y que se permita normal
acceso y consulta al presidente Zelaya con sus representantes en la mesa
de diálogo”, señala el comunicado.
La comisión
advirtió también que se debe resolver la situación en la embajada de
Brasil y que se le debe garantizar al presidente Zelaya condiciones
de vida y de trabajo acordes con su alta dignidad, y pidió al secretario general
de esta organización, José Miguel Insulza, informar constantemente sobre
“la satisfacción de estas solicitudes y la evolución y avances alcanzados en la
mesa de diálogo”.
Para los
Cancilleres, que abandonaron el país pocos después de dar por terminada la
conferencia de prensa, “El diálogo recién comenzado puede conducir a la
superación de la crisis política en que se encuentra envuelto el país a raíz de
los sucesos el 28 de junio pasado, y abriga la esperanza –concluyó Stagno–
de que los integrantes de la mesa de diálogo asumirán plenamente la
responsabilidad para abrir el camino hacia la recuperación del orden democrático
y a la reintegración de Honduras a la comunidad internacional”.
La OEA
dejará en Honduras una comisión técnica de apoyo al desarrollo del
diálogo.
Resistencia:
diálogo en punto muerto
Para Juan
Barahona, coordinador del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado y
delegado de esta instancia en el diálogo, “Por el momento no ha pasado nada y la
plática está en cero.
Hemos comenzado
con el análisis del Acuerdo de San José y el primer punto es la restitución del
presidente Zelaya. La delegación del gobierno de facto se niega a
aceptarla y si no hay avances en este punto, ¿qué sentido tiene pasar a analizar
otros puntos?
No podemos
decir que hemos fracasado –continuó Barahona– porque vamos a seguir
platicando, y esperamos que en el camino vayamos encontrando puntos de
coincidencia. No obstante, para la Resistencia hay dos puntos que no son
negociables: la restitución del presidente Zelaya y el impulso a la
conformación de una Asamblea Constituyente.
El Presidente
podrá firmar cualquier acuerdo que prevé la renuncia a impulsar una
Constituyente, sin embargo nosotros continuaremos luchando para alcanzar este
objetivo”.
Con respecto al
trabajo desarrollado por la OEA, el coordinador del Frente Nacional
Contra el Golpe de Estado dijo que su posición ha sido clara y contundente
al exigir la restitución del presidente Zelaya para volver al orden
democrático.
Finalmente,
Barahona coincidió con el planteamiento del presidente Zelaya al
decir que se da un plazo para que se restituya al Presidente constitucional que
expira el 15 de octubre.
“Si por esa
fecha no hemos alcanzado un acuerdo no sé qué va a pasar. Pero quede claro que
no somos nosotros los intransigentes, tampoco los que han interrumpido el orden
constitucional en este país y han reprimido y asesinado al pueblo. Son los
golpistas los responsables”, concluyó.
Por su lado, el
presidente Manuel Zelaya declaró que con esta actitud Roberto
Micheletti está llevando el país hacia un abismo.
El
pueblo en resistencia
burla a la Policía
Aplicando una
hábil estrategia, los manifestantes que se habían concentrado frente a la
Universidad Pedagógica lograron burlar al fuerte contingente militar y de la
Policía.
Saliendo del
retén militar que impedía el inicio de la marcha formando grupos de cinco
personas, la gente se fue caminando y se reconcentró frente al Hotel Clarión,
donde acababa de terminar la conferencia de prensa de la OEA.
Los
manifestantes se tomaron ambos carriles del boulevard y desplegaron sus banderas
y pancartas pidiendo la restauración de la democracia en el país, la restitución
del presidente Zelaya, el fin de la represión y la instalación de la
Asamblea Constituyente.
En medio del
desconcierto por la sorpresiva aparición de centenares de personas y
atemorizados por la presencia de los Cancilleres y de decenas de medios de
comunicación, militares y policías se mantuvieron resguardando la entrada del
hotel y dejaron que los manifestantes desarrollaran sus actividades sin
reprimirlos.
Por la noche,
miles de hondureños salieron nuevamente a la calle marchando en diferentes
barrios de la capital, desafiando una vez más el vergonzoso Decreto Ejecutivo
cuya derogación por el Consejo de Ministros aún no ha sido publicada en la
Gaceta, prolongando de esta manera solapada la vigencia de la restricción de los
derechos constitucionales.
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