En el marco de una gira
diplomática que le ha llevado por varios países de América Latina, el pasado
martes 4 el presidente hondureño Manuel Zelaya llegó a México donde se reunió
con el presidente Felipe Calderón. Al día siguiente fue recibido por el alcalde
de la capital, Marcelo Ebrand, quien le entregó un reconocimiento especial y las
llaves de la ciudad en una sesión solemne realizada en el Salón de Cabildos del
Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
El presidente Felipe Calderón se habría comprometido con su
homólogo hondureño a interceder ante el presidente de Estados Unidos,
Barack Obama, para obtener una acción decidida y contundente del gobierno
estadounidense que obligue a los golpistas hondureños a salir del poder y a
permitir el retorno del Presidente constitucional y legítimo.
Obama
visitará Guadalajara, México, el próximo 12 de agosto en el marco de la Cumbre
de América del Norte, ya cargada de expectativas no sólo por el tema de
Honduras, sino también por la exigencia de organizaciones sociales,
sindicales y campesinas mexicanas para renegociar el Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLCAN).
Por su parte, el alcalde del Distrito Federal (DF),
Marcelo Ebrand, comprometió todo su peso político en apoyo a Manuel
Zelaya al darle el carácter de “huésped distinguido”, recibirlo con
protocolo de Jefe de Estado y entregarle el pergamino, la medalla y las llaves
de la ciudad, declarando que luchará para que el Presidente sea restituido y
condenó duramente a la derecha hondureña que “por medio de la violencia ha
tratado de derrocar al Presidente legítimo”.
Cumpliendo con una apretada agenda, Mel Zelaya
se dirigió luego a un encuentro con un nutrido grupo de activistas sociales
convocados por la Coordinadora Mexicana en Solidaridad con Honduras
realizado en el Teatro de la Ciudad, en pleno centro histórico. El bello
edificio del Teatro no pudo albergar a los cientos de activistas que acudieron
al encuentro, la mayoría de los cuales tuvo que esperar al Presidente hondureño
en la calle para saludarle cuando se retiraba.
Movimientos de
cintura
La “legitimidad” de los presidentes a la que aludió el
alcalde Ebrand es un tema espinoso en México. Flanqueando a
Zelaya llegó al evento en el Teatro de la Ciudad la senadora Yeidckol
Polevnsky, quien no sólo le acompañó en la mesa de honor y realizó su
presentación ante la asistencia, sino que también lo escoltó posteriormente en
las reuniones que mantuvo en el Congreso y el Senado.
Polevnsky
es una figura notoria del Partido de la
Revolución Democrática
(PRD), e integrante del círculo más cercano de
Andrés Manuel López Obrador, a quien sus seguidores continúan considerando
Presidente legítimo de México.
El Presidente de
Honduras tuvo que caminar por una línea muy delgada, porque no son pocos
los que siguen sin reconocer al actual mandatario mexicano, pero Zelaya
necesita el apoyo de todos para influenciar a Obama. Según Mel,
bastaría una palabra del Presidente estadounidense “para que todas las
actividades comerciales, militares y económicas que dependen de Estados
Unidos se paralizaran”, generando así la condiciones “para que caiga ese
golpe en Honduras”.
Un crimen de
lesa humanidad
En su intervención, Rosa María Hernández, de la
Coordinadora Mexicana en Solidaridad con Honduras, resaltó que el golpe
de Estado en Honduras es un mensaje para todas las fuerzas progresistas
de América Latina, y que ésto obliga a unir los esfuerzos por derrocar el
golpe a nivel continental.
Los cuatro
altos mandos militares que tuvieron el golpe a su cargo dos días
después de sacarlo del país le confesaron a Zelaya que tenían orden
de matarlo |
Por su parte, Yeidckol Polevnsky puso énfasis
en los logros económicos que había alcanzado la gestión del presidente Zelaya,
entre ellos, un crecimiento económico sostenido en cada año de su gestión, aún
en tiempos de crisis. Asimismo, resaltó las decisiones que habían logrado
reducir los precios de los hidrocarburos, aumentar el poder adquisitivo de los
salarios, mantener la estabilidad macroeconómica, atraer inversión extranjera y
generar empleos.
Finalmente, la senadora informó que solicitará a la
Secretaría de Relaciones Exteriores que durante la próxima reunión del Grupo de
Río, México sugiera que todos los países participantes declaren “crímenes
de lesa humanidad” los hechos recientes en Honduras.
Las verdaderas
razones del golpe
El presidente hondureño inició su discurso recordando que bajo su
administración el crecimiento económico fue en su primer año del 7 por ciento,
en el segundo año, del 6,7, y en el tercer año
–cuando la Unión Europea
decreció un 1 por ciento y Estados Unidos un 2 por ciento– Honduras
creció 4,5 por ciento.
Subrayó que en esos tres años hubo una significativa
reducción de la pobreza, principalmente por medidas que equipararon el salario
mínimo al aumento del costo de la vida. “Algunos empresarios comprendieron que
los trabajadores bien pagados producen más y mejor, señaló. Pero las oligarquías
y las empresas transnacionales pusieron el grito en el cielo, argumentando que
estaban dejando a las empresas sin competitividad”.
Zelaya
relató que los cuatro altos mandos militares que tuvieron el golpe a su cargo le
confesaron dos días después de sacarlo del país que tenían orden de matarlo,
pero que acordaron dejarlo en Costa Rica.
Asimismo, recordó cómo inició su mandato promoviendo
una Ley de Participación Ciudadana que pretendió institucionalizar el derecho de
la población a solicitar a los poderes del Estado que se les consulte “no sólo
para elegir, sino también para decidir”.
En cuanto a la censura y persecución a los medios de
comunicación que se han negado a apoyar el golpe y han mantenido una información
veraz sobre lo que ha estado sucediendo, recalcó el papel de Radio Globo
y otros pocos medios que funcionan en el interior del país. “Le pido a la
comunidad internacional que se pronuncie rápido, porque estos medios están
amenazados de forma permanente, expresó. Hasta este día, entre 400 y 500
personas están impidiendo con su presencia permanente que los golpistas entren a
clausurar Radio Globo”, informó Zelaya.
El pueblo es
revolucionario
Ante el salto cualitativo que está teniendo la lucha
social en Honduras, Zelaya manifestó que “los golpistas nos han
hecho un favor, porque despertaron a un pueblo que históricamente ha sido muy
conservador, pero que hoy es un pueblo revolucionario, pacífico, y con una
vocación socialista”.
También fustigó a los grupos económicos detrás del
golpe, ya que éstos “creen en la democracia cuando ella rinde frutos para sus
negocios, para sus empresas, pero cuando el pueblo se manifiesta dejan de ser
demócratas”.
Mencionó el caso del Frente Farabundo Martí (FMLN)
en El Salvador, que proviniendo de una izquierda armada “aceptó el
diálogo de la no violencia” y ahora ha llegado al gobierno mediante la lucha
democrática y electoral, lo que contrastó con el surgimiento de las derechas
armadas que en Honduras van imponiendo su voluntad a punta de fusil.
“Hemos tenido
paciencia y espera, para que nos den las migajas que se caen de sus
mesas de opulencia… pero esta paciencia también tiene un límite |
Al reconocer el papel de la comunidad internacional
condenando unánimemente el golpe militar, habló también de las debilidades de
esta condena. “La comunidad internacional también ha descubierto que tiene una
gran debilidad frente a un acto de terrorismo con el que las derechas están
promoviendo la violencia”.
Asimismo, saludo la huelga general del magisterio que
lleva ya varias semanas, la lucha de los sindicatos en las calles, en los
bloqueos de carreteras, en las incansables movilizaciones que también les han
convertido en blanco de la represión. Resaltó la resistencia pacífica en todas
sus manifestaciones.
No obstante, agregó que “Hay un tiempo de paciencia y
de desobediencia civil pacífica”, pero recordó las palabras de Emiliano
Zapata a Francisco Madero
–el presidente mexicano después de la
Revolución– cuando éste pedía a Zapata “paciencia”, a lo cual el líder
revolucionario le respondió que “El maíz y los frijoles no se siembran con
paciencia sino en tierras”.
La solidaridad es
la clave
Zelaya fustigó duramente a la oligarquía golpista
hondureña: “Hemos tenido paciencia y espera, para que nos den las migajas que se
caen de sus mesas de opulencia… pero esta paciencia también tiene un límite. Y
ante el argumento de que las causas del golpe fueron los intentos de reformas
sociales, el Presidente respondió tajantemente: “¡Ingratos, mentirosos,
farsantes! Las causas del golpe son sus ambiciones por explotar ese país y
exprimir a los trabajadores y a los obreros”.
Manuel Zelaya
culminó recordando que “La solidaridad es la única arma que tenemos los pueblos
para vencer a quienes nos oprimen”.
En ese mismo momento, masivas movilizaciones populares
provenientes de diferentes partes de Honduras enfilaban hacia la capital
Tegucigalpa y a San Pedro Sula. Ahí pretenden converger el próximo 11 de agosto.
La solidaridad con nuestro hermano pueblo hondureño está nuevamente en la
primera línea del combate contra el fascismo golpista, que pretende resurgir
desde el oscuro sótano al que lo ha condenado la historia.
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