¿Qué más
se puede decir de este pueblo hondureño, que ha cumplido su día 45 de lucha
marchando en todo el país, y desafiando nuevamente la autoridad espuria de un
régimen de facto que no quiere dejar el poder? Faltan los adjetivos para
describir las caras agotadas de hombres, mujeres, jóvenes y ancianos, que han
entrado triunfalmente en Tegucigalpa y San Pedro Sula después de una caminata de
más de 120 kilómetros.
No importa el
número, aunque son varias decenas de miles las personas movilizadas en todo el
país, sino el gesto de desafío, de testaruda voluntad de no bajar la cabeza y
aceptar, como ocurría hace años, la ruptura del orden institucional por parte de
una clase económica, política y militar que aún parece no darse cuenta de que
Honduras ha cambiado, que sus hijos e hijas han cambiado, que toda
América Latina se ha orientado hacia una nueva página de su larga, y muchas
veces, sufrida historia.
En Tegucigalpa,
las columnas de personas comenzaron a entrar a primeras horas de la mañana.
“El significado
de esta marcha es despertar al pueblo, para que defienda sus derechos y algún
día pueda ser constructor del gobierno del pueblo y no, como ahora, de los
capitalistas, que colocan el dinero encima de cualquier otra cosa, manipulando
las instituciones –dijo el padre José Andrés Tamayo entrando en la
capital–.
Hay algo más
que señalar. En estos 45 días la alta jerarquía de la Iglesia católica ha
demostrado su voluntad de querer acomodarse a un sistema de poder,
arrinconándose en los templos, sin acompañar al pueblo que sufre, que necesita
respuestas y justicia.
Es una Iglesia
atrincherada –concluyó padre Tamayo– a la que no le duele la miseria y el
hambre del pueblo”.
Ultimátum al régimen golpista
Ante las miles de personas que se concentraron a pocas
cuadras de la Casa Presidencial, miembros de la conducción colegiada del
Frente Nacional Contra el Golpe de Estado dieron lectura a un Comunicado en
el que “repudia las tácticas dilatorias del gobierno golpista para restablecer
el orden constitucional”.
Advierte también que “si en los próximos días la camarilla
golpista no renuncia a su régimen de facto, ni se restituye en el cargo al
presidente Manuel Zelaya Rosales, se procederá a aumentar y profundizar
las acciones de resistencia en todo el territorio nacional” e intensificar el
llamamiento a la comunidad internacional, para que recrudezca sus medidas contra
el gobierno de Roberto Micheletti.
El ultimátum prevé también intensificar las acciones
pacíficas “para afectar el normal desenvolvimiento de las operaciones
comerciales” de empresas involucradas en el golpe, y denunciar la ilegalidad del
proceso electoral cuya validez depende de la restitución del presidente
Zelaya.
Finalmente, el comunicado anuncia la promoción “en instancias
nacionales e internacionales del castigo penal contra los responsables
intelectuales, materiales y financieros de las violaciones a los derechos y
libertades civiles, perpetrados por policías, militares y comandos paramilitares
al servicio del régimen espurio”.
Cara a cara con
los represores
Apenas pasado el mediodía, la columna proveniente de
Occidente hizo su ingreso triunfal al punto de concentración, dirigiéndose
hacia Casa Presidencial, seguida de inmediato por todos los presentes.
Un fuerte contingente de Ejército y Policía, reforzado de
inmediato por decenas de agentes del Comando Especial COBRA (COECO),
resguardaba el lugar para impedir que la gente llegara a manifestar su rechazo
al presidente de facto, Roberto Micheletti.
Por casi dos horas el pueblo en resistencia y los cuerpos
represores quedaron cara a cara a pocos metros de distancia, mientras camiones
del Ejército y de la Policía continuaban trayendo nuevos contingentes
fuertemente armados.
“Nuestras demandas son las de siempre: la restitución del
orden democrático y la instalación de una Asamblea Constituyente popular y
democrática –manifestó a Sirel la directiva del Consejo Cívico de
Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), Bertha
Cáceres.
Queremos libertad, respeto a los derechos humanos, libre
movilización para el pueblo hondureño. En esta Casa Presidencial es el pueblo
quien debe estar y no estos golpistas, fascistas y asesinos, y estamos
exigiéndole a la Policía y al Ejército que abandonen las armas, se integren a la
lucha del pueblo y nos dejen pasar.
Son 45 días de lucha –continuó Cáceres– y seguimos en
la lucha. Los golpistas siguen equivocándose. Creen que reprimiéndonos,
torturándonos y asesinándonos van a intimidarnos, pero ya hemos demostrado que
no es así, más bien el pueblo hondureño se ha motivado, se ha unido y sigue
luchando”, concluyó.
De vuelta hacia
la Universidad Pedagógica
Después de una larga negociación con altos mandos policiales
y el rechazo por parte de estos últimos a despejar el camino hacia la Casa
Presidencial, el Frente Nacional Contra el Golpe de Estado decidió
retirarse, considerando un éxito la movilización de hoy, 11 de agosto, en la
cual la protesta continua y pacífica prevaleció ante la violencia de las armas
de los cuerpos represores al servicio del régimen de facto.
Una multitud de personas coparon el boulevard que conduce
hacia la Universidad Pedagógica, mientras algunos jóvenes y supuestos
infiltrados iniciaban una violenta represalia contra las actividades comerciales
de propiedad de los poderosos grupos económicos hondureños.
Casi llegando a la universidad, un lamentable episodio
convulsionó la jornada de protesta pacífica. Un joven que participaba en la
marcha fue alcanzado por un disparo aparentemente hecho por un policía de
tránsito, quien se dio a la fuga. Enardecidos, decenas de jóvenes asaltaron e
incendiaron un autobús y un negocio de comida rápida.
“Nuestra lucha es pacífica y de resistencia –dijo Israel
Salinas, secretario general de la Confederación Unitaria de Trabajadores de
Honduras (CUTH) a las personas confluidas en la Universidad Pedagógica–.
Han pasado 45 días pero no hay que desesperarse, porque
estamos avanzando de manera positiva y hay que sentirse orgullosos por lo que
hemos hecho hasta ahora. Son pasos que nos van a conducir a la transformación de
nuestro país, arrancando el poder a estos explotadores, a estos grupos fácticos
y partidos tradicionales que tienen hundida a Honduras en la miseria, en el
analfabetismo y en el atraso.
La lucha –continuó Salinas– no termina con una
caminata. Hay que seguir con la movilización y es por eso que mañana mismo vamos
a reconcentrarnos aquí y vamos a una nueva marcha”, concluyó el líder sindical.
San Pedro Sula
desbordado de gente
Las calles de la segunda ciudad de Honduras han sido
invadidas por casi 40 mil personas provenientes del Norte y Occidente del país.
“Es algo increíble, dijo a Sirel la
coordinadora de la marcha
proveniente del departamento de Cortés,
Margarita López.
Pese a la fuerte lluvia la gente ha permanecido en los
alrededores del Parque Central. Las Primera y Tercera calle están copadas de
gente, así como el Parque y las calles adyacentes. Ha sido una verdadera fiesta
cívica.
Todo se ha desarrollado de forma tranquila. Se realizó un
acto político-cultural y ahora hay una fiesta para celebrar este éxito rotundo”,
explicó López.
Para mañana se
espera otra gran movilización hacia el estadio, donde se disputará un importante
partido de fútbol entre Honduras y Costa Rica por las
eliminatorias del mundial Sudáfrica 2010.
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