En los
últimos días el gobierno argentino y el
régimen de facto en Honduras elevaron la
tensión en sus relaciones diplomáticas.
El punto culminante ha sido la decisión
de Micheletti de romper relaciones con
ese país. “Una payasada –dicen en Buenos
Aires–, porque Argentina nunca reconoció
a ese señor como Presidente de Honduras.
Mal podría romper lo que no tiene”.
Durante su reciente visita a Ecuador el presidente
Manuel Zelaya coincidió con el
canciller argentino, Jorge Taiana,
a quien le solicitó la expulsión de la
embajadora de Honduras en
Argentina, Carmen Eleonora Ortez
Williams, quien había realizado
declaraciones públicas apoyando al
régimen de facto de Roberto
Micheletti.
Cristina Fernández,
presidenta de Argentina, accedió
a la demanda de Zelaya y el
pasado jueves 13, vía Cancillería, le
solicitó a la embajadora Ortez
que “cesara inmediatamente” en sus
funciones y abandonara el país.
El día anterior, la presidenta Fernández había
cancelado la invitación a los militares
hondureños a participar en la
Conferencia de Ejércitos Americanos que
se realizará en octubre en Buenos Aires,
en virtud de su participación activa en
el golpe de Estado y la represión contra
la resistencia popular.
En respuesta, el pasado martes 18 la Cancillería de
Roberto Micheletti comunicó que el
gobierno había decidido romper
relaciones diplomáticas con Argentina,
otorgándole un plazo de 72 horas al
personal diplomático para abandonar el
país, e informando que en adelante las
relaciones con Argentina serán
llevadas por la embajada de Honduras
en Israel.
De paso por México, el canciller argentino Taiana
respondió que el personal argentino no
se retirará de la representación
diplomática en Tegucigalpa, ya que
“nuestro país reconoce como gobierno
legítimo al del presidente Manuel
Zelaya y no al actual gobierno de
facto”. Agregó que desde las autoridades
legítimas de Honduras no han
recibido ninguna comunicación relativa a
la expulsión del país.
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