En
víspera de su viaje a Washington para
participar en la reunión de la Asamblea
General de la Organización de Estados
Americanos (OEA), en la que se espera
una fuerte respuesta de los Estados
miembros ante el fracaso de la misión de
cancilleres en Tegucigalpa y la toma de
nuevas medidas contra el gobierno de
facto de Roberto Micheletti, el
presidente constitucional de Honduras,
José Manuel Zelaya Rosales, convocó a
una conferencia de prensa para reafirmar
el rechazo a la última propuesta de
Micheletti y al inicio de la campaña
electoral.
“Ya son más de 60 días de resistencia histórica del pueblo
hondureño. Un hecho si precedentes en
nuestro país que habla de su capacidad
de organización y de los principios y
valores que está defendiendo nuestro
pueblo, poniendo el pecho y soportando
la represión, la tortura, los asesinatos
y la persecución política y mediática
–dijo Manuel Zelaya
solidarizándose con las familias de los
hondureños y hondureñas que han sufrido
el calvario de la represión–.
Este sufrimiento producto de la resistencia va a servir para
que en el futuro no tengamos que sufrir
más, como ocurría en el pasado después
de los golpes de Estado y las dictaduras
militares, cuando pasaban décadas para
poder recuperar nuestra democracia”,
explicó el presidente de Honduras.
Arranca
campaña electoral
Según el Tribunal Supremo Electoral (TSE), el 31 de
agosto arranca de forma oficial la
campaña electoral para las elecciones
políticas del 29 de noviembre de 2009.
Para las organizaciones que integran el Frente Nacional
Contra el Golpe de Estado, la
comunidad internacional y el mismo
presidente Manuel Zelaya,
estas elecciones no van a gozar de la
suficiente legalidad para que sean
reconocidas a nivel internacional, y el
ex embajador hondureño ante la OEA,
Carlos Sosa, está preparando el
texto de una resolución para que los 33
países que conforman esta instancia
rechacen lo que parece ser un intento
más del gobierno de facto para legitimar
el golpe de Estado y las autoridades que
saldrían electas.
Según declaraciones provenientes de Washington, el rechazo
al proceso electoral en Honduras
por parte de la OEA sería una de
las medidas de presión que
tomaría esta organización, ante la
actitud inamovible del gobierno de facto
de Roberto Micheletti, que la
semana pasada hizo fracasar la misión de
cancilleres rechazando una vez más la
firma del Acuerdo de San José, que entre
sus puntos prevé la restitución del
presidente Zelaya en su cargo y
la restauración de los poderes del
Estado tal como estaban conformados
antes del 28 de junio, día del golpe de
Estado.
“Ya la comunidad internacional se ha pronunciado sobre el
hecho de que un regimen golpista e
ilegal, que reprime y viola los derechos
humanos, no puede convocar a un proceso
electoral –contestó a Sirel el
presidente Manuel Zelaya–.
Van a ser elecciones ilegítimas, fraudulentas, y no tienen
ninguna posibilidad de que los que
surjan de su resultado tengan la
legitimidad del pueblo y de la comunidad
internacional para ejercer los cargos.
Mi restitución y la de la democracia son una condición
sine qua non para poder desarrollar
un proceso electoral limpio,
transparente y democrático.
Como Presidente de la República de Honduras –continuó
Zelaya– denuncio ante el mundo
este plan arbitrario para tratar de
legitimar el golpe a través de una
convocatoria fraudulenta para engañar al
pueblo. No queremos elecciones bajo
sangre y fuego”, sentenció el Presidente
hondureño.
Micheletti propone doble renuncia
Fuentes de la OEA informaron en los días pasados que
el presidente de facto, Roberto
Micheletti, había entregado a la
Comisión de Cancilleres de la OEA
una contrapropuesta al Acuerdo de San
José, en la que se declaró dispuesto a
dejar el cargo (de facto) si el
presidente Zelaya abandona sus
pretensiones de volver a la Presidencia,
dejando que la asuma una tercera
persona. Evaluaba, al mismo tiempo, la
posibilidad de una amnistía para los
supuestos delitos cometidos por
Zelaya.
“Rechazamos cualquier tipo de propuesta
que violente y suplante la soberanía
popular. Al Presidente de Honduras
sólo el pueblo puede escogerlo, y el
pueblo hondureño me escogió a mí hasta
el final de mi mandato.
Es una clara señal de la debilidad del
gobierno golpista y de los muchos
errores cometidos, reconociendo al mismo
tiempo que no puede (ndr:
Micheletti) resistir un día más. Debe
retirarse lo más pronto posible,
cumpliendo la voluntad del pueblo.
Nuestro rechazo es total, sin embargo
–agregó Zelaya– seguimos
manteniendo abierta la puerta al Acuerdo
de San José que pide mi restitución como
respeto a la soberanía nacional.
Suplantar nuestra soberanía es un delito
de alta traición”, concluyó el
Presidente de Honduras.
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