Uruguay

           

Hugo Cores:

un luchador por el socialismo

 y la libertad

 

 

Una reflexión honda sobre nuestro tiempo marca para los militantes anticapitalistas un camino hacia el socialismo y la libertad. Hugo Cores, uruguayo (1937-2006) fue un firme predicador de esa línea.

 

 

Sara Méndez y Raúl Olivera -entre otros compañeros- pueden ofrecer testimonio de que para Hugo, que nunca renunció a su condición de militante político, la memoria fue un insumo insustituible, tanto para fortalecer sus lazos personales con los compañeros de lucha como para no olvidar de dónde venimos y hacia dónde nos proponemos ir.

 

Profesor de historia, no se limitó a trasmitirla o a reflexionar sobre ella, sino que tomó partido en la acción, que es una manera de ayudar a construirla.

 

Su prédica no sólo se realizó en discursos -Cores fue un orador excepcional- sino también en sus libros y en su actividad política y sindical.

 

A propósito de las referencias a la desmovilización, Cores señaló que el protagonismo de las masas del que habla Carlos Marx es imprescindible para la creación de una voluntad de poder sin la cual no se llega al gobierno. “Un solo paso del movimiento social vale más que diez programas” señala Marx.

 

Claramente, Cores afirma: “en torno a la crisis de militancia y a la desmovilización creo que se da un poco aquello de la ‘profecía autocumplida’: se crean obstáculos para que no haya movilización y luego la realidad así creada es usada como argumento para demostrar que la  movilización no es posible ‘porque la gente no esta para esas cosas’. Hay situaciones en las que nos incumbe a los dirigentes políticos proceder de la misma manera que un médico ante un paciente con apendicitis -explica-. Sin duda sería menos traumático para el paciente oír que no es nada serio lo que tiene; que es sólo un dolor pasajero. Lo otro no es grato, pero si es apendicitis hay que decírselo y operar”. Así actuó Cores: con apego sincero a la verdad.

 

Constanza Moreira, prestigiosa politóloga, destaca el análisis que hace Cores de las  causas que motivaron el ingreso de algunos grupos -entre ellos el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP)- al Frente Amplio: “Ingresamos porque percibimos que no era posible realizar una política de masas fuera de éste. Todos los que dentro del país, de un modo u otro, habían resistido, tenían una identificación emocional con los símbolos, con los mártires y con los líderes presos del Frente Amplio. Y esto ocurría casi independientemente de contenidos programáticos o de líneas políticas. Era una forma de identificación profunda, duradera, incorporada a la vida de la gente en horas de dolor y de sufrimiento y que aparecía, al mismo tiempo, como la renovación de la esperanza y los cambios”.

 

En el libro “Hugo Cores, la memoria combatiente”, Sara Méndez y Raúl Olivera analizan algunas de sus tesis: “En primer lugar, el rechazo a la idea de monolitismo de un partido único”. “Sin embargo -agrega Cores-, sea bajo la forma de una organización única o de una vanguardia compartida, es imprescindible la existencia de un lugar, de un ámbito donde la toma de decisiones se centralice; donde se examine globalmente cada giro de la situación histórica”. En ese sentido, explica Constanza Moreira, Cores cree en la necesidad de una entidad política “como lugar donde se combina la teoría con la práctica, la táctica con la estrategia, el pasado con el presente, y donde se deciden las distintas formas de lucha que se impulsarán”. En segundo lugar, Cores considera  necesaria la absoluta circulación de las ideas. La libertad, enseña Rosa Luxemburgo, es siempre libertad para el que piensa de otra manera. Cores no cree, como destaca Constanza Moreira, “en la existencia estable de tendencias que en lugar de expresar diferencias de apreciación frente a problemas puntuales o programáticos, lo que es absolutamente lícito y puede enriquecer el debate, tiendan a formalizarse y crear espacios de microlealtades que conspiran tanto contra la circulación racional de ideas como contra la unidad de acción”.

 

En tercer lugar, Cores cree en la idea de un partido democrático de masas, porque considera que la única manera de terminar con las  injusticias de la vieja sociedad y transitar hacia la construcción de otra exigirá un componente moral que sólo puede ser solventado con una gran participación de las masas y una gran voluntad de revolución. Insiste así en la participación de las masas y en la condena al verticalismo, la concentración de la información y el poder de decisión en manos de una cúpula. Sin el entusiasmo de la participación popular, “ninguna proeza revolucionaria habría sido posible; ni siquiera la propia creación del Frente Amplio”.

 

Alerta, además, sobre los peligros de la llamada “ética de la responsabilidad”, que cuando pone el acento en la búsqueda de la concertación o del consenso nacional tiende a minimizar la explotación y produce un deslizamiento hacia el reformismo. Constanza Moreira destaca, además, que Cores hace un paralelismo de esa actitud política con las críticas al movimiento sindical. “Cuando se hace una apelación a la “responsabilidad” y a la “madurez” de los dirigentes sindicales y del movimiento obrero, “cuando surgen actitudes de autolimitación para plantear en lo salarial las necesidades básicas de la familia trabajadora, poniéndose en la óptica presuntamente objetiva de los tecnócratas del  gobierno que sostienen que el país tiene déficit fiscal y que no hay que ahondarlo... entonces empieza a desarrollarse en la izquierda no una lógica de cambio, sino una lógica de la no conflictividad, del diálogo y la paz social. Cuando predominan esos conceptos -alerta Cores- se desarma a los militantes y se registra la llamada ‘crisis de militancia’”.

 

“El Frente Amplio -sostiene Cores- debe levantarse como un punto de referencia ante el desaliento y la disgregación nacional y social. Para enfrentar al desaliento hay que crear la confianza de que el cambio es posible. Y para eso hay que vencer al fatalismo, organizarse y luchar desde los barrios, los sindicatos, las cooperativas, porque sólo a partir del fortalecimiento del sector más humilde, más golpeado, más explotado -trabajador, desocupado, trabajador ambulante, gente sin casa- se puede generar las condiciones para que una alianza con los sectores de la burguesía media no termine realizándose en una situación de subordinación política a ésta”.

 

Como todos los grandes militantes, Cores predicó que no hay socialismo sin libertad, ni libertad auténtica sin socialismo.

 

 

En Montevideo, Guillermo Chifflet

Rel-UITA

21 de diciembre  de 2007

 

 

 

 

 

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