El presidente Daniel Ortega decretó
anoche el "Estado de Desastre" en la
Región Autónoma del Atlántico Norte de
Nicaragua, a causa del violento impacto
del Huracán Félix en la región.
Félix, de categoría 5 al momento de su
entrada en territorio nicaragüense a las
4:50 de la mañana del martes 4 de
septiembre, embistió directamente la
parte Norte de la Costa Atlántica
nicaragüense, afectando principalmente
la cabecera departamental Bilwi (Puerto
Cabezas) y las ciudades de Sandy Bay,
Bismuna y Waspám, dirigiéndose
finalmente hacia la parte central del
país y entrando a Honduras a las
4 de la tarde del mismo martes.
Ortega,
quien desde el domingo se encontraba en
Panamá para participar en el acto
conmemorativo de los 30 años de la firma
del Tratado Torrijos-Carter, regresó de
inmediato al país para asumir el mando
de las operaciones.
Según los primeros datos vertidos por el
Instituto de Estudios Territoriales (INETER),
el huracán Félix impactó directamente la
ciudad de Sandy Bay, acercándose a menos
de 15 kilómetros de Bilwi, con vientos
que alcanzaron los 270 km/h.
Alejandro Rodriguez
de INETER advirtió que
actualmente el huracán ha bajado a
categoría 2 y los vientos han disminuido
a 120 km/h, "pero eso no debe ser un
elemento de tranquilidad para la
población, en cuanto este fenómeno va a
provocar fuertes lluvias y posibles
inundaciones y deslaves en toda la zona
del norte y centro de Nicaragua, en un
territorio muy sensible a este tipo de
fenómenos. Ocurrió lo mismo en 1998 con
el Huracán Mitch, cuando la permanencia
del fenómeno en Honduras provocó
violentas lluvias que inundaron muchas
regiones de Nicaragua. Necesitamos
seguir vigilando la situación y no
podemos considerar que lo peor ya pasó",
aseveró Rodriguez.
En el primer informe presentado al
presidente por Defensa Civil y el
Sistema Nacional de Prevención y
Mitigación de Desastres (SINAPRED)
y gracias al puntual y efectivo trabajo
del Ejército y la Policía, fueron
evacuadas unas 15 mil personas y se
organizaron 75 albergues. La población
afectada por el huracán se estima en 50
mil personas y fueron cerca de 10 mil
las viviendas y edificios destruídos o
dañados.
En la ciudad de Bilwi (Puerto Cabezas)
el 90% de las viviendas y el 80% de las
escuelas quedaron sin techos, el muelle
fue casi totalmente destruído, el 80%
del tendido eléctrico y telefónico
resultó inutilizable y el hospital ha
sido evacuado antes de la llegada del
huracán. En Sandy Bay fueron 15 las
casas que resistieron al impacto con el
huracán, mientras que el resto se
derrumbó.
Muy poco se sabe todavía de lo que pasó
en los pueblos y comarcas que surgen en
el litoral atlántico y en el interior de
la costa, puesto que estas zonas son
accesibles solamente por lancha o por
helicóptero y la situación meteorológica
aún no ha permitido la llegada de las
brigadas especiales que están trabajando
en la zona.
Las brigadas de rescate no han entrado
todavía en los Cayos Miskitos, que
aparentemente fueron arrasados, así que
el número de víctimas y de daños está
destinado a subir considerablemente.
Son 21 los fallecidos confirmados por
SINAPRED y Defensa Civil y 120 las
personas desaparecidas
Con respecto a la activación de los
programas de ayudas, Ortega
declaró que ya existen fondos del
Presupuesto General de la República
destinados a cubrir situaciones de
emergencia nacional (aproximadamente 320
mil dólares), y que la declaración de
Estado de Desastre permitirá el acceso a
fondos de la cooperación internacional
que están ya disponibles (de 50 a 100
mil dólares por cada país donante
presente en el país). Además, el
Programa Mundial de Alimentos (PAM)
de las Naciones Unidas
ya presente en la región atlántica
brindará una primera ayuda alimentaria
en la zona.
SINAPRED
comunicó también haberse reunido de
inmediato con el Sistema de Naciones
Unidas que, a su vez, se contactó con
los países que tienen proyectos de
cooperación en Nicaragua para
coordinar el envío de nuevos fondos.
Hay que mencionar también la muestra de
solidaridad del presidente de
Honduras, Mel Zelaya, quien
enviará helicópteros para integrar las
operaciones de rescate en las zonas
inaccesibles, la de la Unión Europea
y del presidente de los Estados
Unidos, George Bush, quien se
comunicó con Ortega para
garantizarle apoyo logístico y
económico. Los países de la Mesa de
Cooperación aprobaron una donación de 26
millones de dólares para iniciar la
reconstrucción, mientras que la Unión
Europea aprobó una ayuda inicial de 1
millón de dólares".
Finalizando la actividad, Ortega
garantizó a la población afectada el uso
inmediato de los recursos disponibles
para la reconstrucción y la pérdida de
buena parte de la producción agrícola en
la zona.