Chile
Integramédica:
Guarida de asesinos |
Este sábado 24 de abril, unos
cien "funeros"1 se
dieron cita en la comuna de Maipú para denunciar a otro
médico torturador. No es la primera vez que los activistas
visitan este populoso sector. Tiempo atrás fue funado el
dueño del Liceo Instituto Bernardo O'Higgins, coronel (r)
Haroldo Latorre Sánchez, por su complicidad en la
desaparición y muerte, en 1973, del estudiante de 19 años
José Flores Araya.
Con un gran lienzo "Clínica
Integramédica: guarida de asesinos", los funeros marcharon
desde la Plaza de Maipú hasta el Centro Médico, ubicado en
Avenida Pajaritos Nº 1605. El turno le llegó esta vez al
médico Vitorio Orvieto Tiplizki.
"Por eso yo, vengo a funar, al
torturador..." cantaban los manifestantes mientras repartían
volantes con la foto y el historial de Vitorio Orvieto
Tiplizki, los que fueron recibidos por los transeúntes con
bastante expectación y sorpresa. Al interior de la clínica,
los funeros conversaron con algunos de los asombrados
pacientes, contándoles que venían a denunciar al médico
Orvieto.
La Comisión Funa2
señaló que en septiembre de 1973, como médico del Ejército,
"Vitorio Orvieto Tiplizki puso sus conocimientos de medicina
al servicio de los torturadores del campo de prisioneros de
Tejas Verdes, que funcionaba al interior del Regimiento N°2
de Ingenieros, comandado por el entonces coronel de Ejército
Manuel Contreras Sepúlveda, y que sería el lugar de inicio
de la Dirección Nacional de Inteligencia, la siniestra
DINA".
Tejas Verdes está ubicado al sur
del puerto de San Antonio, cerca de Llo-Lleo. Hasta allí
fueron trasladados cerca de 1.500 prisioneros entre el 11 de
septiembre de 1973 y mediados de 1974, cuando fue cerrado
luego de la visita de una delegación de la Organización de
Estados Americanos (OEA).
Existen antecedentes de que el
doctor Vitorio Orvieto integró la Brigada de Sanidad de la
DINA y fue jefe de la clínica clandestina "Santa Lucia",
lugar desde donde desaparecieron prisioneros y que fuera
usado para aplicar torturas y atender a personal de los
organismos represivos. Actualmente, Vitorio Orvieto Tiplizki
trabaja como oftalmólogo de la clínica privada Integramédica
que, además, sirve de guarida a otros torturadores como el
médico Luis Santibáñez (ex agente de la DINA), implicado en
la desaparición de Juan Elías Cortés, y el traumatólogo
Camilo Azar Saba (ex agente de la CNI), responsable de la
muerte por torturas del profesor Federico Alvarez
Santibáñez. No es casualidad que uno de los dueños de
Integramédica sea el ex ministro de Augusto Pinochet, Carlos
Cáceres.
Julio Oliva García, dirigente de
la Comisión Funa, señaló a los manifestantes: "Insistiremos
en nuestra denuncia contra la impunidad justamente porque
esta semana en el parlamento aprobaron un proyecto de ley
para darle más impunidad a los criminales. Oculto en medio
de algún dinero que pretenden darle a los familiares está la
idea de otorgarle inmunidad a los criminales, rebajarles las
penas. Junto con eso los tribunales han aplicado -en el caso
de algunos violadores de los derechos humanos- la rebaja de
penas por el tiempo transcurrido, siendo que en dictadura no
se pudo investigar ni procesar a los criminales. Hoy día ha
ocurrido que los que asesinaron de Tucapel Jiménez han
recibido como máximo ocho años de castigo. Esta misma pena
pretenden darle a quienes asesinaron a doce jóvenes en la
llamada 'Operación Albania', la masacre de Corpus Christi.
Frente a eso ¿qué hace el gobierno?: pretende proteger más
aún a los criminales. Estamos aquí para denunciar los
nombres de todos los criminales. A nosotros no nos va a
parar ninguna ley. Vamos a seguir haciendo la justicia que
necesita este país, esta justicia que necesita la sociedad,
de saber con quién vive, que necesitan los pacientes de
Integramédica de saber que uno de los médicos que los
atiende fue un torturador".
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En el campo de prisioneros de
Tejas Verdes desaparecieron, entre otros, los hermanos
Ernesto Salamanca Morales (20 años) y Gerardo Rubilar (25),
ambos militantes del Partido Comunista (PC), detenidos el 24
de enero de 1974 en La Legua. La misma suerte corrieron los
dirigentes Luis Norambuena (30), miembro del Comité Central
del Partido Socialista (PS) y Regidor por San Antonio,
detenido el 14 de septiembre de 1973; Ceferino Santis (31),
presidente del Sindicato de Obreros de la Industria Rayonhil
y miembro del Frente de Trabajadores Revolucionarios (FTR)
del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), detenido
el 12 de septiembre de 1973; Gustavo Farías (23), recaudador
de Obras Sanitarias de San Antonio y militante del MIR,
detenido el 24 de septiembre de 1973; Félix Vargas (31),
quien integró el equipo de seguridad del Presidente Salvador
Allende (GAP) y que escapara herido después del bombardeo a
la casa presidencial de Tomás Moro, detenido en enero de
1974; y Rebeca Espinoza (40), secretaria del Instituto de
Desarrollo Agropecuario (INDAP), detenida el 3 de enero de
1974.
En el Regimiento y campo de
concentración fueron ejecutados, entre otros, Jorge Ojeda
Jara, Florindo Vidal Hinojosa y Víctor Mesina Araya, cuyos
cuerpos aparecieron en el Río Rapel; Jenaro Mendoza
Villavicencio, Aquiles Jara Alvarez, Jorge Cornejo Carvajal,
Patricio Rojas González, Oscar Gómez Farias, Carlos
Carrasco, Raúl Bacciarini Zorrilla, Héctor Rojo Alfaro,
Samuel Núñez González, Armando Jiménez Machuca, Guillermo
Alvarez Cañas y Fidel Bravo Alvarez. A los seis últimos, los
militares les aplicaron la "ley de fuga", fusilándolos por
la espalda, durante su traslado a Bucalemu bajo fuerte
custodia militar y en deplorable estado físico.
Miles de prisioneros, que
pasaron por el campo de concentración de Tejas Verdes,
sufrieron no solo la privación de la libertad durante meses,
sino también vivieron en carne propia el tormento de la
tortura y el salvajismo con el que actuaron los militares
después del golpe de Estado. Así lo relata el testimonio de
una de las sobrevivientes, Luisa Stagno Valenzuela, recogido
por el semanario El Siglo a comienzos de 2002: "Me
encerraron en una especie de mediagua, y al día siguiente
comenzaron los interrogatorios... las primeras semanas
fueron las más duras. Nos trasladaban en camiones hasta el
lugar de tortura, el Casino de la Escuela de Suboficiales de
Tejas Verdes. En ese momento no sabía donde estaba. Nos
llevaban en camiones frigoríficos, amarrados, vendados, con
capuchas. Nos hacían bajar escalones... A mí me dejaron en
una celda. Los interrogatorios empezaban muy temprano... me
golpearon y aplicaron todas las formas de tormento: golpes,
corriente eléctrica, quemaduras con cera, cigarrillos; en un
brazo aun tengo las marcas... Les dije que estaba
embarazada, pero la verdad a ellos no les importó, al
contrario. Me golpeaban con una fusta en el bajo vientre
para que perdiera mi guagua. Al tercer o cuarto día,
comenzaron a violarme... varias veces me violaron y
aplicaron corriente en la parrilla eléctrica...".
Pablo Ruiz y Arnaldo Pérez
Guerra
Convenio
La Insignia / Rel UITA
5 de mayo de
2004
1- Funas:
al igual que los escraches argentinos, buscan ser actos de
producción de justicia, social y participativa, allí donde
no la hay
2-
La Comisión Funa es un espacio de lucha
contra la impunidad, por la justicia y el rescate de la
memoria histórica popular que agrupa a jóvenes comprometidos
con estos objetivos
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