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Se avecina la polémica IV Cumbre de las Américas |
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Falta menos de un mes para la IV Cumbre de las Américas,
prevista para el 4 y 5 de noviembre en Mar del Plata. Menos
Fidel Castro, eterno excluido de reuniones de la OEA, 34
presidentes dirán una maratón de discursos en el Hotel
Hermitage y tendrán su foto de familia. La relación de
Argentina con EE.UU. entra en zona de definición: prevalece
la unidad pero subsisten discrepancias en la Declaración y
la Agenda.
Dicen que
viene Bush
El vocero de la Casa Blanca, Scott Mc Clellan, confirmó que
Bush participará del evento marplatense y luego hará visitas
a Brasil y Panamá. El embajador estadounidense en Argentina
Lino Gutiérrez ya había manifestado que eso sería así en un
"99,9 por ciento" de probabilidades.
Si esos funcionarios dicen la verdad, el gobierno argentino
comenzará a respirar con más tranquilidad. Es que en julio,
cuando el entonces subsecretario de asuntos hemisféricos del
Departamento de Estado, Roger Noriega, se entrevistó con el
vicecanciller Jorge Taiana, quedó flotando cierta amenaza de
inasistencia. En ese momento las diferencias sobre el
documento base para la IV Cumbre, dieron lugar a una presión
de los negociadores del Norte. Hasta deslizaron que si no
había acuerdo previo, su jefe no vendría a cosechar un
fracaso a orilla del mar.
Ahora aparentemente la Casa Blanca ha decidido dar el
presente. Y esa noticia, si bien seda algunos ánimos en el
Palacio San Martín y la Casa Rosada, por otro lado tensa la
relación bilateral. Es que las diferencias visualizadas por
Noriega y Taiana siguen en su lugar, impertérritas.
Además, como es obvio, la confirmación de la venida del
texano incrementará contradicciones al interior de nuestro
país, entre el gobierno y los movimientos populares. Y a
escala continental, entre países dispuestos a seguir a
Washington hasta al polo sur y los que tienen reparos
propios del Mercosur, además de Hugo Chávez, ubicado en las
antípodas de Bush.
La I Cumbre fue prohijada por EE.UU. en 1994 en Miami, la II
se hizo en 1998 en Viña del Mar, Chile, y la III en 2001 en
Québec, Canadá, con la misma hegemonía neoliberal. La cuarta
edición, sin renegar de ese pasado del Consenso de
Washington, no podrá dejar de reflejar ciertos puntos de
vista desarrollistas debido al matiz político que hoy tienen
los gobiernos de Argentina, Brasil, Uruguay y, más a la
izquierda, Venezuela. Hasta qué punto se mantendrán los
viejos dogmas expresados en la propuesta norteamericana del
ALCA y hasta dónde podrán meter baza los socios del Mercosur,
tal la pelea sorda que libran las cancillerías.
Por fuera de esa pulseada, diversas organizaciones preparan
una contra cumbre en el estadio mundialista de La Feliz y
una protesta callejera contra Bush. Y esto tendrá su impacto
en la reunión oficial a realizarse en el Hotel Hermitage,
que se fortificará como un búnker.
Tres
visiones
Hay 34 mandatarios invitados a la fiesta donde miles de
custodios tendrán clara la directiva de que no pueden
ingresar ni Fidel Castro ni los manifestantes. Cuba fue
expulsada de la OEA en 1962 por el dedo norteamericano y
aceptado por gobiernos lamebotas que aún hoy consienten esa
discriminación.
Esas delegaciones podrían agruparse a grosso modo en tres
tendencias: dos bien definidas y antagónicas, y una tercera
que fluctúa entre ambas. Las dos primeras están expresadas
por EE.UU. y Venezuela, y la conciliadora por Argentina,
cuyo péndulo aún no está claro cuán cerca de Bush va a
detenerse. Es que entre otras cosas no puede ofender
demasiado al líder bolivariano que ha firmado importantes
acuerdos con nuestro país, en reparación y construcción de
barcos, adquisición de maquinaria agrícola, inversión
petrolera y compra de bonos de la deuda pública argentina.
Todas esas contradicciones fundamentales y secundarias
explican los numerosos corchetes, que señalan las objeciones
no resueltas en el texto del Proyecto de Declaración Final.
Por un lado está cavada la trinchera norteamericana, desde
la que se insiste en la propaganda del "libre comercio", las
desregulaciones y privatizaciones del Consenso de
Washington. Según la administración Bush esta es una buena
política, que falló en su implementación pues algunos
gobiernos incurrieron en defectos de corrupción.
Las declaraciones del vocero Mc Clellan confirmando la
visita de Bush, pasó otra vez ese aviso pro ALCA. Explicó
que el texano promoverá "la consolidación de la democracia y
la expansión de la oportunidad y prosperidad económica a
través del libre mercado y el libre comercio".
Por otro lado está la propuesta venezolana, partidaria de un
documento duro donde se cuestionen las políticas
injerencistas de EE.UU., se defienda la autodeterminación
nacional y los espacios tercermundistas como la Comunidad
Sudamericana de Naciones, y se señale expresamente el
fracaso del Fondo Monetario y el ALCA.
Y haciendo un difícil equilibrio entre ambas, está la
errática Argentina, con una tercera posición tan cara a la
historia del peronismo. Taiana, por orden de Rafael Bielsa,
y éste a su vez por indicación de Néstor Kirchner, propone
un texto que promueva el "trabajo decente" y "políticas
activas para erradicar la pobreza". A nivel internacional,
postula un mundo menos desigual mediante "reglas justas en
el intercambio", "un modelo de desarrollo con más y mejores
empleos" y cambios en el funcionamiento de los organismos
multilaterales de crédito.
Concesiones
de Kirchner
Esos son los tres bloques que en Mar del Plata buscarán
imponerse en la Declaración y los Lineamientos para el plan
de acción. El cuarto contendiente será Juan Pueblo, que
simpatiza con el antiimperialismo de Chávez y con quien
puede tomar en pinza al invasor de Irak.
El patagónico juega de local y el eje temático de la Cumbre
favorecía una postura más independiente: "Generar empleo
para erradicar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad
democrática". Sin embargo sigue haciendo buena letra con
Washington. Así deben interpretarse las declaraciones del
embajador José O. Bordón, saludando un informe del
Departamento de Estado que encomiaba al gobierno K.
El ex candidato presidencial del Frepaso en 1995, reubicado
rápidamente dentro del justicialismo, calificó la relación
con el Norte como "sincera, confiable y positiva". Bordón
agradeció las supuestas gestiones estadounidenses en la
reestructuración de la deuda, ante el directorio del FMI y
otros negocios de los que la gente no recibió frutos.
Kirchner en su reciente intervención ante la Cumbre Mundial
de la ONU y la Asamblea General, había coincidido con el
jefe del imperio en la imperiosa necesidad de la lucha
antiterrorista. Esa unidad fue matizada con referencias a
que la misma debe librarse en el marco del multilateralismo
y la preservación de los derechos humanos.
La seguridad de la IV Cumbre es otro motivo de
agradecimiento de Washington. Es que el PEN gastará 31
millones de pesos en seguridad, además de 20 millones en
protocolo y 100 millones en obras.
El comando conjunto de la Policía y la SIDE, a cargo del
comisario Carlos Pardal, ha sido más que atento con los
requerimientos del FBI y la CIA. En cambio, ha fijado una
amplia zona de no intrusión para los manifestantes, que
tendrán enfrente a vallas metálicas más impenetrables que
las de Ceuta y Melilla, además de 7.500 policías.
El Pentágono surtirá con entre 6 y 8 misiles inteligentes a
los aviones con asiento en Tandil para abatir a naves
intrusas. Esto se hará sin necesidad de una ley especial de
derribo, según el inefable José Pampuro.
Esas concesiones organizativas indicativas de que Argentina
puede debatir la pertinencia del Consenso de Washington,
pero siempre con el objetivo de mejorar la ya "confiable"
relación con el Norte.
Emilio Marín
Argenpress
13 de octubre de 2005
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