España
El moco de Erasmo y la tostada de Trumbo |
"De todo comienza a hacer bastante tiempo"
Felipe Benítez Reyes. El equipaje abierto.
"No me acostumbro a ser inexistente"
Luis García Montero. La intimidad de la serpiente.
Hace algunos años, en la exposición que con motivo del
quinto centenario del Emperador Carlos se celebró en Gante,
Bélgica, aparecía, como curiosidad, entre mapas, armaduras,
lienzos y otros recuerdos de la época, un manual de algo
parecido a la urbanidad y las buenas costumbres, atribuido a
Erasmo de Rótterdam, más recordado por su
Elogio de la locura
que por este opúsculo. En él, entre otras cosas, el
bueno de Erasmo aconsejaba no adherir debajo de las mesas, y
en especial en la faldilla que sobresale de los manteles,
restos de comidas, sobras o mocos, pues, de hacerlo, se
estaría faltando a normas de educación y respeto a los
demás.
Dalton Trumbo, en el preámbulo del relato
Johnny cogió su fusil,
explicaba que el ser humano había llegado a tal grado de
insensibilidad que, cuando, con motivo de la guerra de
Vietnam, los medios de comunicación informaban del número de
muertos, tullidos, piernas y brazos amputados, parapléjicos,
hambre, miseria, enfermedad y otros efectos de la guerra, de
cualquier guerra, la reacción de la inmensa mayoría de la
gente que veía estas noticias a la hora del desayuno era,
tranquilamente, untar las tostadas con mantequilla.
Hoy, en plena campaña electoral en nuestro país, tendríamos
que preguntarnos si estamos dispuestos, los hombres y
mujeres del mundo del trabajo, las gentes de progreso y
buena fe, a admitir sin denunciar que algunos sigan
ocultando mocos debajo de la mesa, mientras vamos untando
impasibles la mantequilla en las tostadas.
Cuando el poder se ejerce desde la arrogancia, las medidas
conservadoras se redimensionan y generan la inquietud de que
nunca van a terminar los periodos oscuros de gobierno de la
derecha en España. Parece que no tendrá fin un gobierno que
manipula los medios públicos de información, procesados y
condenados por ello, que condiciona a la justicia, que no
responde ante el Parlamento, que es insensible al dolor de
las familias de las víctimas militares de un grave accidente
aéreo, que utiliza la educación para proyectar ideología
reaccionaria, que privatiza los bienes y empresas públicas
según el principio de lo que Joseph E. Stiglitz denomina
capitalismo de amigotes, que recorta derechos sociales y da
más a quien más tiene, que concede a la jerarquía
eclesiástica el poder de los tiempos más tristes de la
historia del país, que habla de la unidad de España
introduciendo constantemente elementos de división y
enfrentamiento, rompiendo cualquier posibilidad de consenso
arremetiendo contra el resto de partidos, gobiernos
autónomos y pueblos no afines en el voto, que asegura
colocar a España en el mundo dando la espalda a Europa,
América Latina y al mundo árabe, que dice defender el
derecho a la vida declarando la guerra y la muerte, de
hecho, ilegalmente, que se apropia de una Constitución que
rechazaron...
Según nos relata el profesor Vicenç Navarro en un reciente
artículo en El País,
"...la resistencia a homenajear a los luchadores por la
libertad y la democracia por parte del partido gobernante;
la falta de respuesta del Gobierno español a la petición de
la Agencia de Derechos Humanos de la ONU de que se ayude a
los familiares de los desaparecidos republicanos a encontrar
a sus seres queridos...", contrasta con los
datos que ofrecía Salomé García en
El Periódico,
en el reportaje Memoria
selectiva tras el 20-N, donde se nos informaba
del monumento a los caídos de la División Azul erigido por
el Ministerio de Defensa español en 1997, con un costo de
120.200 euros, en el cementerio de Pankovska, en San
Petersburgo, "donde
reposan dignamente los restos de 1.300 de los 4.500 soldados
españoles que dejaron su vida defendiendo a los nazis por
orden de Franco." Sigue la misma información
"...que un acuerdo de
Defensa en 1.995 ha permitido a la División Azul sepultar a
sus caídos. La web del departamento de Federico Trillo aún
informa a los familiares de cómo recuperar los cuerpos.
Defensa presta ayuda logística para su exhumación, la
identificación del ADN, el traslado y posterior entierro en
Pankovska o su repatriación. Defensa ha destinado a esta
labor más de medio millón de euros."
Posiblemente, como indica la reportera, un tratamiento
similar, idénticos honores, es la justicia que piden las
asociaciones para la recuperación de la memoria histórica,
para honrar a los más de 30.000 fusilados españoles,
demócratas y republicanos, todavía perdidos sus restos en
fosas comunes.
Recordad la victoria de la especulación frente a la primera
votación democrática de Madrid. Ahora, el acoso ideológico a
Cataluña. No olvidéis el cerco económico a Andalucía. Parece
que no se irán, pero solo parece. ¿Qué nos queda a nosotros
por decir?.
Nos queda un voto. A cada uno. A cada una. Eso, todavía, no
nos lo pueden quitar en democracia. Aunque la deterioren y
vacíen de contenido, nos queda eso: nuestro voto,
resistencia y punto de partida. Por él "tenemos lo que
merecemos".
Miremos hacía atrás, a los últimos ocho años. ¿Dónde estamos
nosotros, dónde nuestra gente, dónde los españoles? ¿Dónde
está España?.
A partir del 14 de marzo: ¿Qué nos puede pasar? ¿Qué nos
espera? ¿El miedo o la alegría, la bronca o la política, la
falsa moral o el respeto, agresión o convivencia? Depende de
nosotros, de los armados con un voto, con la voz y la
palabra. Frente a las dudas que nos pueda generar la
novedad, aportemos la madurez de lo construido en
veinticinco años de acción democrática. Aprendamos del
último periodo, amplio por cierto, de gobierno de progreso
en el país. Identifiquemos sobre todo los errores para
crecer en credibilidad.
Elegid entre lo mismo y algo nuevo. Entre resignación y la
esperanza. Si es la resignación, votemos, silencio e
invoquemos a Gil de Biedma:
“media España ocupaba
España entera”. Si es la ilusión, cambiemos:
para opinar, participar, exigir, ser vigilantes, estar
encima, ser escuchados, poder aplaudir y criticar,
movilizarnos; porque nadie después regalará nada y menos al
mundo del trabajo.
España se lo merece. Porque ésa es nuestra España: las
personas. Nuestra Patria: la educación pública integral del
ser humano en democracia, convivencia y respeto; el derecho
a la salud, su prevención y cuidado desde el nacimiento
hasta la muerte; la garantía del acceso a la vivienda; un
trabajo estable, con derechos y protección social para
dignificar la vida; apoyo social para quienes más lo
necesiten: parados, discapacitados, ancianos...; el derecho
a una información veraz desde los medios de comunicación; el
medio ambiente en la naturaleza y las ciudades adecuadamente
protegido; el arte, la cultura y el deporte al alcance de
todos los ciudadanos; respeto a la orientación sexual de las
personas; la solidaridad entre los pueblos de España,
compromiso con la integración europea y la Paz entre todas
las naciones del mundo. Sólo quienes no creen en esta Patria
la reducen al himno y la bandera de un nacionalismo español
o regional. Siempre, a lo largo de la historia de nuestro
país, aquellos que más clamaron por la patria España más se
olvidaron de los españoles.
El 14 de marzo, decidid si ante quienes siguen escondiendo
el moco de Erasmo debajo del mantel nos untamos
tranquilamente las tostadas o si abrimos las ventanas
democráticas de España. Porque, como escribió el celebrado
autor de El Danubio,
Claudio Magris, cuando se está demasiado tiempo con las
ventanas cerradas, algunos corren el riesgo de acostumbrarse
a vivir más a gusto con el mal olor que con el aire fresco.
Juan Mendoza Castro
3 de marzo de 2004
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