Uruguay

           

Las banderas valen

por lo que representan

 

 

El Uruguay salía de la dictadura. La peor de su historia por el record de muertos, presos y desaparecidos. El destino que los militares militaristas le ofrecían a los uruguayos era, como sintetizara Don Carlos Quijano, “el encierro, el destierro o el entierro”.

 

El 24 de agosto de 1984 le llegó a José Pedro Cardoso una carta de Ana Morosoli de Mazzoni, hija de Juan José Morosoli, escritor de prestigio excepcional, una gloria del país y en especial del Partido Socialista.

 

Ana Morosoli, enterada de las condiciones en las que una saqueada Casa del Pueblo había sido devuelta a los socialistas por los militares, se refirió a ese hecho y trasmitió su congoja (“como la de tantos uruguayos”) por haber visto desparecer “tanta cosa buena y de uso popular” durante los años de dominio militar.

 

Como no pudo concurrir a Montevideo, Ana Morosoli de Mazzoni envió algunos libros para la biblioteca del Partido Socialista “en recuerdo y permanente presencia” de su padre, “que tanto luchó y defendió al Partido Socialista”.

 

En la carta señalaba que Morosoli “fue una de los tantos proscriptos, ya que la lectura de sus libros fue prohibida y, como Paco Espínola, quedó en la oscuridad de los anaqueles”.

 

Ana Morosoli, que no vaciló en su fe, profetizó: “Ya vendrán tiempos mejores, y aquel afán de mi padre de defender el trabajo honrado, la justicia y una vida digna para el hombre, se cumplirá”.

 

Dejó constancia de que la idea de una coalición como el Frente Amplio “le andaba a él en la mente” antes de que esta fuerza política naciera.

 

“Por eso, y porque ese deseo se realice y se siga realizando es que luchamos nosotras, sus hijas, yernos y nietos, a los que también nos golpeó esa desgracia que cayó en Uruguay”, afirmaba la carta.

 

Transcribió luego la misiva que Juan José Morosoli envió a Mario Cassinoni en una proclamación de los candidatos socialistas, en la que expresó: “Nuestro Partido viene con las banderas levantadas, diciendo dónde va y para qué va, abriendo caminos, pues ése es su destino: ir siempre camino más allá. Los hombres van detrás de las banderas y éstas valen por lo que representan. La de nuestro Partido representa la lucha del hombre por mejorar su propia condición. Por eso es eterna. Si cada uno sabe ser mástil la tendremos siempre alta y en marcha.

 

Junto a su adhesión y el testimonio de su cariño y reconocimiento, Ana Morosoli reiteró su deseo “de que lleguemos todos a vivir y luchar en un Uruguay mejor y más feliz”.

 

 

 

En Montevideo, Guillermo Chifflet

Rel-UITA

16 de febrero de 2009

 

 

 

 Ilustración: Juan José Morosoli por Ombú

Volver a Portada

 

 

   UITA - Secretaría Regional Latinoamericana - Montevideo - Uruguay

Wilson Ferreira Aldunate 1229 / 201 - Tel. (598 2) 900 7473 -  902 1048 -  Fax 903 0905