El gobierno de Nicaragua no
ha todavía definido su posición
frente a las futuras
negociaciones para alcanzar la
firma de un nuevo Programa
Económico con el FMI,
no obstante, la Comisión
interinstitucional que se ha
conformado para analizar el tema
dio a entender que el objetivo
es llegar a prescindir de estos
programas.
Según el Ministro de Hacienda,
Alberto Guevara, se
pretende plantear un programa
que ayude en el menor tiempo
posible a salir de la
dependencia de esos programas
con el FMI. Tesis fortalecida
por las declaraciones del
presidente del Banco Central de
Nicaragua (BCN), Antenor
Rosales, quien afirmó que “lo
que se quiere es un programa
acorde con las necesidades de la
nación y que tenga un impacto
real en los sectores más
empobrecidos del país, pero sin
descuidar los otros ámbitos de
la esfera económica, como la
inversión y los empleos. Tenemos
que apuntar a que, en algún
momento de nuestro desarrollo,
no tengamos la necesidad de un
programa para mantener una
relación con la comunidad
internacional”.
Mario Quintana |
El mismo presidente Daniel
Ortega, durante las
reuniones que sostuvo con altos
directivos de la Unión Europea y
del Banco Mundial, declaró que
Nicaragua no está
esperando que el FMI presente su
propuesta de programa, sino que
el gobierno ya está trabajando
una, que hará énfasis en lo
social y en el combate a la
pobreza. “Nicaragua lleva
16 años trabajando con los
organismos financieros
internacionales y los resultados
no son los esperados. Se
prometió que controlando la
inflación, el déficit fiscal,
logrando un crecimiento
económico, se iba a generar
empleo para combatir la pobreza.
En la práctica, lo que creció
fue la pobreza extrema y el
analfabetismo. Éstas son
fórmulas que no dan resultado,
más que enriquecer a unos pocos
y empobrecer a la mayoría. Vamos
a tratar con el FMI, retomando
nuestros principios de soberanía
alimentaria y social del pueblo
nicaragüense, sabiendo que un
acuerdo con este organismo no es
la solución, sino un elemento
que puede contribuir a encontrar
la solución”.
Estas posiciones y las primeras
medidas de carácter político,
económico y social adoptadas por
el nuevo gobierno fueron
analizadas por la Coordinadora
Civil (CCER), la cual
presentó su posicionamiento
acerca del contexto nacional.
Según Mario Quintana,
enlace nacional de la CCER
“los distintos grupos y
organizaciones afiliadas a la
Coordinadora Civil van a
desarrollar una auditoria social
para establecer un sistema de
alerta temprana. Esto va a
significar el monitoreo
constante y permanente del
accionar de las nuevas
autoridades electas y ya hemos
comenzado a valorar las primeras
acciones del gobierno”.
El pronunciamiento traza un
análisis de la dramática
situación en que se encuentra el
país como herencia “de la
incapacidad de los gobiernos,
falta de transparencia en el
manejo de lo público, corrupción
directa y encubierta,
exoneraciones de impuestos al
gran capital y concentración de
la riqueza en pocas manos”.
Además se enfoca el tema de la
ausencia de un estado de derecho
y de institucionalidad “que sólo
han respondido a grupos
económicos, religiosos, partidos
políticos y a las imposiciones
de organismos financieros
internacionales”.
Georgina Muñoz |
Como primera evaluación del
nuevo gobierno y en el marco de
respaldar lo que vaya en
beneficio del país y de la
ciudadanía y de criticar
abiertamente lo que va en contra
de ello, la CCER valoró
positivamente la reducción en un
50 por ciento de los salarios de
todos los funcionarios del Poder
Ejecutivo, incluyendo al mismo
presidente de la República que,
a partir del mes de febrero,
ganará 3,200 dólares mensuales.
Según Georgina Muñoz,
enlace nacional de la CCER
“la reducción de los salarios de
los funcionarios públicos es una
demanda histórica de la
población en general y la
aplaudimos. Pedimos también que
los otros poderes del Estado se
sumen a esta medida y que se
apruebe una ley que norme esta
materia en función de los
intereses de la nación”.
Hubo también una valoración
positiva de las medidas para
restablecer la gratuidad y el
libre acceso a la educación y
salud y para las denuncias de
los actos de corrupción que
ocurrieron en la pasada
administración, pidiendo que se
investiguen y se castiguen a los
culpables.
Las negociaciones con el FMI
Un tema muy sensible que se tocó
fue lo relacionado a las
negociaciones con los organismos
financieros internacionales,
valorando como positivo “el
interés y seriedad que el actual
gobierno ha mostrado ante las
negociaciones con el Fondo
Monetario Internacional”.
Georgina Muñoz recordó que
“la Coordinadora Civil
estuvo en dialogo permanente con
el representante del FMI.
Expresamos nuestra posición de
que hay logros macroeconómicos
en cuanto al control de la
inflación, al crecimiento del
PIB, al crecimiento económico en
general, pero que estos
resultados no repercuten en la
microeconomía del país y la
pobreza sigue galopando. ¿Cómo
es posible tener un 30 por
ciento de crecimiento en
inversión y no lograr reducir la
pobreza? El motivo es evidente,
porque toda esta inversión va a
la esfera comercial, a la esfera
de las finanzas, a la
construcción, a las maquilas,
para productos suntuosos de
exportación. Todavía son las
remesas familiares que llegan
desde el exterior a tener un
gran peso en la economía de los
nicaragüenses. El nuevo programa
con el FMI debe de contemplar
enfoques de desarrollo e
integración a estos sectores que
han sido excluidos de la
economía nacional”.
Daniel Ortega y
Pamela Cox,
Vicepresidenta
del BM para America
Latina |
A la pregunta de que si se podía
imaginar a una Nicaragua
independiente y desvinculada de
estos programas económicos, los
miembros de la CCER
dijeron a SIREL que “en
este momento Nicaragua no está
en las condiciones de prescindir
de los financiamientos del
FMI, del Banco Mundial,
del BID y de la
cooperación internacional en
general. Por lo menos el 30 por
ciento del Presupuesto General
de la República (PGR) y
casi el 80 por ciento de la
inversión pública son
financiados por la cooperación
internacional. Lo que sí
quisiéramos conocer es la
propuesta del programa económico
del gobierno, para ver si ésta
se corresponde con la inversión
social que consideramos deba
existir. Las relaciones con
estos organismos deben de
continuar, pero en otras
condiciones. La situación es
grave y por esto la negociación
con el FMI hay que
hacerla con propuestas
realistas, con capacidad de
negociación y de administrar
programas que realmente
enfrenten los problemas de la
pobreza y que sean más
incluyentes. Pedimos al gobierno
– concluyó la CCER – que
informe a la ciudadanía su
propuesta de programa económico
y que las negociaciones con los
organismos financieros
internacionales sean públicas y
no secretos de Estado, como en
el pasado. Las políticas
económicas deben de priorizar el
ámbito social, porque hay una
deuda social acumulada en el
país. No se puede seguir
priorizando al sistema
financiero, a los banqueros,
pagándoles con partes
importantes del presupuesto de
la República, mientras la
ciudadanía está con este déficit
de carácter social”.
Preocupaciones y propuestas
El posicionamiento de la
Coordinadora Civil tocó también
aspectos considerados
preocupantes y que tienen que
ver con
la fragilidad de la
institucionalidad democrática
del país, en cuanto a una serie
de reformas a leyes que abarcan
la reestructuración de la
organización, competencia y los
procedimientos del Poder
Ejecutivo (Ley 290)
y que la Coordinadora considera
como “una tendencia a concentrar
el poder y las decisiones desde
los entes gubernamentales”.
Se pide conocer en detalle los
convenios y acuerdos comerciales
firmados con Venezuela e
Irán, que se reestructure
la Deuda Interna y se impulse
una reforma tributaria que eleve
la progresividad del sistema
tributario, liberando recursos
para invertir en el combate a la
pobreza.
Además, se enfatizó la
importancia de la participación
ciudadana en la consulta y toma
de decisiones en las políticas
públicas, con la aplicación de
leyes ya existentes y la
aprobación de otras leyes que
todavía están en discusión en la
Asamblea Nacional (Ley de Acceso
a la Información Pública). A
propósito de eso, Mario
Quintana dijo que “tener
acceso a la información pública
y promover la participación
ciudadana son necesidades
imprescindibles para un país. Es
indispensable y no es una
alternativa, para mantener la
transparencia y la vigilancia
sobre el trabajo de las
instituciones y también porque
ningún gobierno puede resolver,
solo, todos los problemas del
país. La aprobación de la
reforma a la Ley 290 no se hizo
de conformidad a como está
establecido en el proceso de
formación de una ley, porque no
hubo participación de la
ciudadanía que puede salir
afectada”.
En Managua,
Giorgio Trucchi
© Rel-UITA
6 de
febrero
de 2007 |
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