Brasil
Lula, año uno
Entre la
utopía y la realidad |
Dirigentes de la
CUT y asesores de la Confederación Nacional de Trabajadores
de la Alimentación y Asalariados Rurales (CONTAC)(1)
realizan en esta nota un balance del primer año de gobierno
del presidente Lula. Entre la dura realidad y los sueños de
toda la vida, las opiniones vertidas conforman una muestra
del colectivo sindical nacional.
Marco Antonio Figueiras
(Secretario general de la Federación de Trabajadores de las
Industrias de la Alimentación del Estado de Río Grande del
Sur).
- La administración Lula la evalúo con muchos más aciertos
que errores, en una coyuntura extremadamente complicada.
También es necesario dimensionar que Lula no es el
presidente del PT, es el presidente de Brasil, con toda la
complejidad y toda la diversidad política y sectorial que
ello supone. Evidentemente algunas cosas no han sido de
nuestro agrado, como por ejemplo la reforma de la previsión
social. Sin embargo, la reforma tributaria ha sido positiva.
En estos primeros 12 meses, es evidente que hubo una
tendencia predominante a invertir en el frente externo,
buscando el respaldo de otros países y gobiernos para atacar
temas relevantes para la humanidad. Creo que ahí hay una
diferencia sustancial con Fernando Henrique Cardoso, quien
como se decía popularmente, salía del país para entregarlo.
Sebastián Mauro de Souza Rocha
(Secretario de Finanzas del Sindicato de Trabajadores del
Tabaco de Uberlandia).
- Mi evaluación es positiva, contrariamente a muchos
dirigentes sindicales. Este es un gobierno nuevo, que al
asumir encontró un país en ruinas. Claro que en el plano
económico la política implementada es muy dura, y las
críticas del sector sindical son válidas. Pero creo que
primero se debe ordenar la casa, para luego emprender un
período diferente de crecimiento y desarrollo del país.
- ¿Qué debe mejorar para el próximo año?
- Las políticas en áreas como educación, salud, vivienda y
en cuestiones ambientales.
- ¿Cuál es tu opinión sobre la posible expulsión de los
disidentes del PT?
(2)
- La expulsión es una medida radical y contraviene la lógica
petista de defensa de la democracia.
Sebastián Pinheiro
(Ecologista. Fundación Juquira Candirú. Asesor CONTAC - UITA).
- Una persona de mi edad se torna más condescendiente en la
relación tiempo acción. Yo no esperaba mucho de este primer
año de gobierno de Lula. Estoy convencido de que el
principal problema para la administración fue la situación
económica. Nadie puede ignorar que hoy se vive bajo una
dictadura internacional: la de los organismos tipo FMI,
Banco Mundial, OMC, y de las compañías transnacionales. El
gobierno brasileño pautó todas sus prioridades en ese campo.
Paralelamente, ha habido una reacción de los movimientos
sociales que tiene por finalidad cambiar el rumbo económico.
Maria Lucia Lira
(Secretaria del Departamento de Salud de la CONTAC.
Secretaria de Comunicación del Sindicato de la Industria de
la Alimentación de Espíritu Santo).
- Uno de los puntos más positivos del gobierno de Lula fue
que mejoró la autoestima del pueblo brasileño. Por otro
lado, en un mundo globalizado, en el que se han
intensificado las relaciones Norte-Sur, el gobierno ha
intentado reunir a los países que tienen similares problemas
y desafíos para desarrollar una lucha en común.
En relación a la política económica, todavía es temprano
para realizar una evaluación a fondo. De todos modos, la
gente se siente en cierta forma algo insegura respecto al
rumbo adoptado por el gobierno, sin dejar de reconocer que
esta administración debe soportar una muy fuerte presión de
los organismos financieros internacionales.
- ¿En qué áreas el gobierno debe mejorar su desempeño?
- La cuestión principal es intensificar el proceso de
reforma agraria, porque a partir de ella el trabajador rural
podrá continuar viviendo en su medio, se acrecentará la
creación de empleos, y se podrá combatir eficazmente la
pobreza y el hambre. Por ello existe una cierta ansiedad y
una cierta angustia en el pueblo, que exige que se lleve a
cabo cuanto antes una reforma agraria. Insisto: para mí, ésa
es la tarea primordial.
Elio Neves
(Presidente de la Federación Estadual de Empleados Rurales y
Asalariados en la Agricultura del Estado de São Paulo,
FERAESP).
- El gobierno perdió al inicio de su mandato la gran
oportunidad de definir otro rumbo en relación a la cuestión
más importante de la vida nacional, que es la relación con
el mercado financiero interno y externo. Para nosotros todo
lo que viene después es consecuencia de ese error. En la
negociación de la deuda con los acreedores, el gobierno
debió colocar sobre la mesa de negociación temas como la
pobreza, la miseria, toda la tragedia social que padece este
país. Pero no lo hizo, desde el primer momento se subordinó
a los contratos ilegítimos suscritos por gobiernos
anteriores. Al pactar con el FMI, con los acreedores
externos, al buscar el apoyo de esos sectores, el gobierno
de Lula arriesgó la confianza que en él tenía el pueblo.
- ¿Sinceramente crees que había otro camino?
- Un gobierno es sólo un gobierno. Cuando se aísla en los
despachos ministeriales quiere decir que cada vez tiene
menos poder. El gobierno quizás no tenía otro camino, pero
el pueblo sí. Lula llegó al gobierno con el voto de la
esperanza, con la consigna de que la esperanza podía vencer
el miedo. Esta administración no tenía derecho a temer
conducir un cambio, y al mismo tiempo no podía negarle a la
gente que reclamara ese cambio. El pueblo tiene derecho a
ser sujeto de su historia, y también a equivocarse, pero no
es admisible que políticos que llegaron al gobierno con el
compromiso de cumplir con esas expectativas no las asuman.
Antes de respetar los compromisos externos, Brasil debe
respetar un compromiso mayor con su propia gente. Nosotros
vivimos una secuencia histórica de falta de respeto hacia
nuestro pueblo. Esta es una nación en la que todos los
movimientos políticos le dan la espalda al pueblo y a sus
aspiraciones. Es como si los compromisos acordados dejaran
de existir a partir del momento en que se llega al gobierno.
No es sólo un problema del gobierno de Lula: cuando el
pueblo brasileño salió de la dictadura militar e hizo del
PMDB la gran fuerza política del país (con la mayor bancada
en diputados y senadores, y el control de la mayoría de las
gobernaciones), no sólo quería desplazar a los militares.
También quería cambios de fondo, y el PMDB frustró esas
expectativas. Cuando algunos líderes del PMDB (entre ellos
Fernando Henrique Cardoso) detectaron esa frustración,
fundaron el PSDB, y el pueblo nuevamente apoyó ese proyecto
en la perspectiva de un cambio. Sin embargo, sufrió otra
decepción. ¿Esta historia se repetirá con el PT? Ese es
nuestro temor porque si ello sucede estaremos desembocando
en una nueva frustración. En este primer año de gobierno, el
miedo de romper con las viejas e injustas estructuras parece
estar ganándole a la esperanza. No basta realizar
maravillosos discursos, no basta tener carisma, es preciso
otra actitud. En un año la participación de los asalariados
en el PBI brasilero se redujo, el desempleo creció, el
salario mínimo no llegó a los 100 dólares. Fue, por tanto,
un año perdido para la clase obrera. El discurso de que el
futuro será mejor, de que sólo el futuro responderá no es
sostenible. Cuando el pueblo votó, lo hizo para que desde el
primer año esto mejorara, y no fue así.
También hay aspectos positivos. El gobierno realizó avances
en el plano de las libertades, de la democracia, pero no
habrá libertad duradera si no se transforma en un
instrumento para llevar adelante los cambios que este país
necesita para acabar con tanta injusticia.
- Dices que hubo avances en la democracia, pero en lo
interno el PT defrauda con su actitud con los disidentes.
- Bueno, si la dirección del Partido se decide por la
expulsión de los “rebeldes o radicales” será un hecho que
pasará a la historia como un gran error político. Las
divergencias internas no se resuelven con intolerancia y
exclusión. Es preciso convivir con las diferencias, en el
debate de ideas, respetar las opiniones, por más distantes
que puedan ser de las nuestras. Si el PT, como dice su
propaganda, quiere construir un Brasil para todos, también
debe hacer un PT de todos. No puede haber un comportamiento
en la tribuna y otro en la conducta interna.
- Percibimos como un acto de honestidad del presidente Lula,
el hecho de cuantificar el número de pobres y hambrientos
que hay en Brasil y hacerlo público, en una región donde la
mayoría de los presidentes suelen esconder la basura debajo
de la alfombra. Ahora bien, ¿cuál es tu evaluación del
Programa Fome (hambre) Zero?
- Reconocer la miseria, la pobreza, es sin dudas un acto de
coraje, pero no lograremos grandes resultados si continuamos
con un modelo que exporta alimentos para pagar los intereses
de la deuda. Se necesita, como el PT siempre lo dijo,
invertir las prioridades. No habrá solución para problemas
como el hambre, el analfabetismo, con una política económica
que sigue promoviendo la concentración de renta y la
exportación de alimentos como única perspectiva. Esa
política macroeconómica actúa a contramano del Programa Fome
Zero.
Gerardo Iglesias
© Rel-UITA
5 de enero de 2004
NOTAS
(1)
Las entrevistas fueron realizadas durante el 4to Congreso
Nacional de la CONTAC, reunido en Araraquara, São Paulo,
entre el 11 y el 13 de diciembre últimos.
(2)
El Directorio Nacional del PT, reunido en Brasilia el
domingo 14 de diciembre, resolvió finalmente expulsar del
partido a los diputados Luciana Genro, João Batista Araujo
Babá, João Fontes, y a la senadora Heloísa Helena. La
expulsión se concretó tres días después que la Cámara de
Senadores aprobara la ley de reforma de la previsión social,
promovida por el gobierno. Los diputados expulsados votaron
en contra de ese proyecto. Las entrevistas incluidas en esta
nota fueron llevadas a cabo antes de la decisión de la
dirección del PT.
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