Miles de personas desfilaron por la céntrica avenida "9 de
octubre" al grito de "Lucio fuera", igual que en las masivas
protestas que desde el miércoles pasado se han registrado en
la capital del país.
El alcalde guayaquileño indicó que los manifestantes
reclaman un régimen de autonomía para la jurisdicción,
aunque recordó que los ciudadanos han expresado su deseo de
que Gutiérrez dimita de la Presidencia.
Monigotes de Gutiérrez y féretros hechos de cartón con
lápidas que llevaban el nombre del gobernante, han dado
colorido a la manifestación en Guayaquil.
Cientos de automovilistas se han sumado en caravana a la
protestas, mientras que muchos de los manifestantes de a pie
han afirmado que "la única manera de solucionar todo esto,
es la renuncia de Lucio".
El presidente ecuatoriano está en el ojo de la tormenta
desde diciembre pasado, cuando promovió una sesión del
Congreso para reestructurar la Corte Suprema de Justicia.
Una mayoría parlamentaria afín al Gobierno decidió el 8 de
diciembre pasado destituir a los miembros de la Corte
Suprema y nombró a nuevos jueces para que dirijan la
judicatura.
La oposición política calificó de inconstitucional el cambio
en la justicia por considerar que se usaron métodos ilegales
y se violó la independencia de la función judicial.
La crisis aumentó de nivel cuando el pasado 31 de febrero el
presidente del alto tribunal, Guillermo Castro, anuló los
juicios de corrupción contra su amigo, el ex presidente
Abdalá Bucaram, y facilitó su retorno al país, después de
ocho años de exilio en Panamá.
Bucaram regresó a su Guayaquil natal el 2 de abril y fue
recibido por miles de sus simpatizantes, aunque la oposición
reaccionó indignada y empezó a protestar por las decisiones
supuestamente ilegales de la Corte Suprema.
Los opositores organizaron protestas y forcejearon en el
Congreso para reorganizar el alto tribunal, aunque las
negociaciones en la Cámara fracasaron.
El Gobierno, acosado por las protestas que empezaban a
extenderse en la capital, abrió un espacio de diálogo que
tampoco fructificó, lo que dio paso a una reacción del
opositor alcalde de Quito, Paco Moncayo, que llamó a una
protesta el pasado 13 de abril.
La protesta del Ayuntamiento fracasó, pero en por noche de
ese mismo día se gestó un movimiento espontáneo de
ciudadanos, que "auto convocados" por medio de una emisora
de radio, concentró a más de mil personas frente a la sede
de la Corte Suprema.
El "cacerolazo", como se llamó a esa protesta, fue el origen
de otras manifestaciones nocturnas en la capital.
El viernes pasado, unas 15.000 personas, convocadas por la
emisora "Radio la Luna", realizaron protestas en al menos 20
barrios de la capital, en lo que denominaron "el reventón".
El día siguiente, en el "rollazo", la convocatoria adquirió
una mayor magnitud, por lo que el presidente Gutiérrez
anunció el estado de excepción y disolvió la Corte Suprema.
El estado de excepción, que duró 20 horas, no se sintió y
las protestas aumentaron hasta forzar a Gutiérrez a
suspender el estado de excepción el sábado pasado por la
tarde,, tras llegar a un acuerdo con el jefe del Parlamento,
Omar Quintana, para confirmar la destitución de la Corte en
la Cámara.
La noche del domingo, el Congreso por unanimidad decidió
dejar sin efecto la reorganización de la Corte aprobada por
la Cámara el 8 de diciembre, y en la práctica destituyó a
sus miembros, sin confirmar la disolución presidencial
ordenada el día anterior.
La decisión parlamentaria no logró bajar el tono de la
protesta, que hoy se extendió a Guayaquil, y que podría
extenderse a otras ciudades, donde ya se han anunciado
protestas para pedir la dimisión de Gutiérrez.