Desastre en Nueva Orleans
Cientos
de miles de inmigrantes, los más vulnerables
y
desprotegidos
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Nueva York, 1º de
septiembre. "No hay nada, sólo Dios, nada más", dice
Gregorio, inmigrante mexicano en Biloxi, Mississippi, una de
las ciudades devastadas por Katrina, que dejó desaparecidos
a cientos de miles, pero entre los afortunados que
sobrevivieron, tal vez los más vulnerables y desprotegidos
son los inmigrantes que han perdido todo en un país ajeno
tan lejos de sus tierras.
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Damnificados del huracán Katrina reciben
comida lanzada
desde un helicóptero en Nueva Orleáns |
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Entre otras cosas, lo que el
huracán dejó al descubierto al arrancar techos en decenas de
pueblos y ciudades, fue la existencia de cientos de miles de
inmigrantes mexicanos, centroamericanos y vietnamitas
concentrados en lugares como Biloxi, Nueva Orleáns y otras
zonas del golfo, dedicados a limpiar, mantener y construir
casinos, hoteles, tiendas y restaurantes del sur profundo de
Estados Unidos.
El gobierno mexicano calculaba
ayer que había unos 100 mil mexicanos en las zonas
afectadas, y aún no recibe noticias de ningún connacional
fallecido. Otros miles de latinoamericanos y caribeños
residen en estas zonas con Nueva Orleáns, una de las
antiguas capitales del mundo caribeño y las ciudades del
golfo, formando el eje comercial de toda la zona.
Desde que pasó el huracán, el
lunes, los consulados mexicanos comenzaron la ardua labor de
comunicarse con las comunidades mexicanas en estas zonas. La
cónsul general en Atlanta, Remedios Gómez Arnau, en
entrevista telefónica con La Jornada, declaró que por
la falta de comunicación de cualquier tipo (teléfonos,
celulares, correo electrónico, etcétera), los consulados
debieron enviar personal para localizar a los mexicanos
damnificados en los albergues y otros centros de refugio.
"Tenemos que ir físicamente, ya
que no hay comunicación", indicó Gómez Arnau. Han logrado
entrar en contacto con algunos que empiezan a llegar a
albergues en Georgia, y recibieron información de uno que
requiere medicamento en Biloxi, y cuyos datos enviaron de
inmediato a las autoridades locales.
Gómez Arnau calcula que de los
aproximadamente 100 mil mexicanos que hay en total en los
estados de Alabama y Mississippi, unos 13 mil estaban en
zonas afectadas de estos dos estados. La comunidad mexicana
en Louisiana está a cargo del consulado de Houston (al
cierre de esta edición no había respondido a pedidos de
información de La Jornada). La cónsul informó que se
ha establecido contacto con autoridades locales, con las
agencias de asistencia y equipos de emergencia en toda la
región. Aunque aún no se tenían más datos sobre los
damnificados, señaló que apenas están llegando los primeros
refugiados de la zona o se establece contacto con la
comunidad allá.
Tal vez algunos estadunidenses tendrán
que solicitar asilo en naciones del
tercer mundo para escapar del caos en el
centro del mundo avanzado. Algunos
inmigrantes que ahora sufren estas
condiciones al buscar el sueño
americano y escaparon de situaciones
parecidas en sus países, ahora podrían
reconsiderar y regresar a sus naciones a
una realidad un poco menos insegura.
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Informó que el consulado ha
recibido unas 50 solicitudes de mexicanos que buscan
noticias sobre sus familiares o amigos en la zona. "Si algún
familiar en México o Estados Unidos se entera de que alguien
en Mississippi o Alabama requiere asistencia, por favor
comuníquense con nosotros", dijo. El consulado ha
establecido una línea para atención de damnificados que
opera las 24 horas: (404) 625-1706. La línea del consulado
en Houston para obtener información sobre mexicanos en la
zona de Louisiana es (713) 778-6112.
En tanto, la embajada de
Honduras en Washington informó que calcula que viven unos
125 mil hondureños en la zona devastada, que su consulado en
Nueva Orleáns "desapareció", y no se sabe del paradero de
parte de su personal. Hay pocas noticias sobre la población
nicaragüense de la zona, y sólo información parcial de la
comunidad inmigrante vietnamita que reside en las costas del
Golfo.
Pero la pérdida de vivienda y de
decenas de miles de empleos para trabajadores inmigrantes
está a la vista, y no queda claro si los indocumentados
tendrán la más mínima asistencia que, por limitada que sea,
se brindará a los ciudadanos estadunidenses. Pero muchos ni
se atreverán a solicitarla por miedo de ser detenidos,
identificados o deportados por las autoridades.
A todo esto, los gobiernos de
los países de origen de estos inmigrantes, y otros, han
extendido ofertas de asistencia material, equipos de rescate
y han dado expresiones de solidaridad al gobierno
estadunidense, incluyendo el gobierno de México.
Quizá la oferta más sorprendente
para el gobierno de Bush fue la de Venezuela. Hoy el vocero
del Departamento de Estado Sean McCormack tuvo que detallar
que Venezuela había ofrecido "asistencia energética", así
como asistencia en efectivo, pero declinó ofrecer mayores
detalles.
El Departamento de Estado
informó que ha recibido ofertas generales y específicas de
asistencia de otros países más, incluyendo México, Rusia,
Japón, Canadá, Francia, Honduras, El Salvador, Colombia,
Jamaica, Alemania, Australia, Gran Bretaña, Grecia,
República Dominicana, Israel, China y Corea del Sur entre
otros.
Mientras tanto, muchos aquí,
inclusive funcionarios, reconocen que las condiciones que se
sufren por la devastación de Katrina han transformado
a esa parte de Estados Unidos en algo mucho más parecido a
las zonas de desastre de los países pobres del mundo
subdesarrollado.
Refugiados, falta de servicios
básicos, alimento, agua potable, nula comunicación, muertos
en las calles, versiones de bandas armadas que roban y
violan mujeres, disparos contra policías y ambulancias y,
frente todo esto, la incompetencia y falta de respuesta, y
la ausencia, de las autoridades.
Peor aun, esta noche hay
versiones de que un buen porcentaje de la policía local huyó
y abandonó sus puestos, que reos criminales lograron salir
de las cárceles para sumarse a la delincuencia y que algunas
tropas están nerviosas porque enfrentarán balazos en las
calles de Nueva Orleáns.
"Este no es el Estados Unidos en
que crecí", declaró al aire el reportero David Mattingly, de
CNN, al describir las escenas de descontrol, violencia y
desolación, y la frustración de los ciudadanos por la falta
de respuesta efectiva.
Tal vez algunos estadunidenses
tendrán que solicitar asilo en naciones del tercer mundo
para escapar del caos en el centro del mundo avanzado.
Algunos inmigrantes que ahora sufren estas condiciones al
buscar el sueño americano y escaparon de situaciones
parecidas en sus países, ahora podrían reconsiderar y
regresar a sus naciones a una realidad un poco menos
insegura.
Un sargento y policía militar de
la Guardia Nacional, desplegado en el Superdome desde el
lunes anterior después de servir 14 meses en Irak, declaró
este jueves al diario The Washington Post: "esto es
un caos masivo. En verdad, preferiría estar en Irak. Uno
enfrentaba un peligro constante, pero tenía con que
protegerme, y tres alimentos al día, comunicación, un plan;
aquí no había ningún plan".
David Brooks
La
Jornada, México
2 de
setiembre de 2005
Foto AP
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