Paraguay
Cada año, cientos de mujeres procedentes de Latinoamérica
son presa fácil de las garras de traficantes de personas, al
ser engañadas con la oferta de un trabajo en el paraíso
prometido de Europa.
Los organismos
internacionales desconocen la cifra exacta de las jóvenes
que arriban al viejo mundo con falsos contratos laborales
para terminar en el ejercicio de la prostitución, explotadas
por inescrupulosas redes de contrabando de seres humanos. La
Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima
que alrededor de cuatro millones de mujeres y niños fueron
víctimas de explotación laboral y sexual en el mundo durante
2002. Sin embargo, los expertos advierten que el número
puede ser mayor e incrementarse por las jugosas ganancias
que devenga esta forma de esclavitud moderna (de 8 mil a 10
mil millones de dólares anuales) y la fragilidad de las
legislaciones nacionales para combatir el tráfico y proteger
los derechos de los emigrantes. Organizaciones del foro de
mujeres del mundo, surgidas para enfrentar todas las formas
de explotación y violencia de género, sostienen que el
tráfico está controlado por bandas de delincuentes
profesionales que se mueven de un país a otro y hasta con
enlaces en los continentes a través de nuevas redes y
sofisticados medios.
En América
Latina los centros más importantes de origen de la llamada
trata de blancas se concentran en República Dominicana,
Colombia y Brasil, con destino a España, como principal
receptor. Paraguay, según la OIM, pasó a ser uno de los
emisores en los últimos años tras el recrudecimiento de la
crisis, el crecimiento de las desigualdades sociales y la
falta de oportunidades para los estratos más deprimidos,
donde las féminas sobresalen como uno de los sectores más
vulnerables de la pobreza y el desempleo. Las primeras
noticias sobre la existencia de una red de trata de
paraguayas hacia Buenos Aires y Madrid salieron a la luz a
fines del pasado año, en una serie de crónicas publicadas
por la prensa local. La Secretaría de la Mujer y el
ministerio público manejan unos 60 casos de víctimas del
comercio de personas hacia España y otros 100 en Argentina;
sin embargo, la cancillería de este país en Madrid reconoció
que unas 500 paraguayas ejercían la prostitución,
probablemente vinculadas con la explotación sexual
internacional. Un reciente operativo policial, gestado en el
país europeo -relacionado con naturales de la empobrecida
nación sudamericana, sometidas por traficantes y
proxenetas-, culminó con la detención de 16 paraguayas en un
local nocturno de la ciudad de Madridejos, en Toledo. Todas
confesaron que llegaron a España engañadas con promesas de
trabajo, en condición de ilegales y con documentos de
identidad falsos, cuando en realidad sus captores las
convertirían en esclavas sexuales.
La Fiscalía
paraguaya cuenta con evidencias de que la trata de blancas a
España data de al menos cinco años atrás, pues los primeros
pasajes comprados y remesas de dinero se remontan a 1999.
Odalys
Buscarón
Prensa Latina
21
de junio de 2004
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