Uruguay
Referendo
por ANCAP
Con la Diputada
Margarita Percovich
“Esta ley encubre una privatización
mal disfrazada”
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El próximo 7 de diciembre los uruguayos deben decidir, en referendo
popular, el destino del ente petrolero estatal (ANCAP). La oposición
convoca a derogar una ley impulsada por el gobierno que permite al ente
asociarse con privados para importar crudo, refinarlo, producir y
comercializar combustibles. La diputada Margarita Percovich1
fundamenta su posición a favor de la papeleta rosada con el SI a la
derogación.
- ¿Por qué debería ser
derogada la ley de asociación y desmonopolización de ANCAP?
- Mi experiencia como
legisladora, en este especialísimo momento que estamos viviendo, en el que
todavía queda casi un año y medio para el cambio de autoridades de
gobierno, es que no tengo interlocutores serios enfrente, cuando los hay.
Lamentablemente, en la mayoría de las empresas y organismos del Estado
hemos tenido en los últimos tiempos un recambio permanente de
interlocutores, debido a que la mayoría de los jerarcas han renunciado a
sus cargos para dedicarse a la actividad electoral, para poder ser
candidatos en la próxima legislatura.
Esa falta de seriedad,
ese vacío, que implica la imposibilidad de ejercer control sobre la
gestión pública es algo especialmente peligroso para el país y muy
frustrante para nosotros, los legisladores, lo cual redobla mi convicción
acerca de una cuestión vital: en ninguna de las leyes que votemos de acá
en adelante podemos entregar herramientas que no estén bien delimitadas
por la propia legislación. Generalmente el carácter universal de las leyes
deja librada a la reglamentación una serie de aspectos que pueden resultar
definitorios, pues muchas veces es en la reglamentación donde se define la
forma en que la ley se aplicará. En este caso han quedado numerosos
aspectos pendientes de la futura reglamentación. De hecho existe una
seudoreglamentación con las condiciones que se han establecido para los
eventuales asociados, en lo que se llama el “data-room”, que no interpreta
para nada los límites establecidos por la propia ley, ni mucho menos el
espíritu con el cual ella se redactó. Por lo tanto, con base en esta
experiencia que estoy teniendo con varios organismos del Estado, mi
recomendación es que no podemos apoyar ninguna ley de estas
características hasta tanto no existan nuevas autoridades legitimadas por
la ciudadanía.
- ¿Hay otras razones que
fundamenten el voto por la papeleta rosada el próximo 7 de diciembre?
- Influye mucho el hecho
de que el próximo sea un año electoral, que encuentra al país con serias
dificultades de caja, además de las que habitualmente determina la crisis
económica. Esta situación nos pone ante el riesgo de que el gobierno se
vea tentado a entregar, en el marco de esta ley de asociación de ANCAP,
parte de nuestro patrimonio a precios bajos con tal de recaudar dinero.
No debemos olvidar que
ANCAP es una empresa del Estado en la cual hemos invertido varias
generaciones de uruguayos cuyo patrimonio debemos preservar, con
soberanía, con independencia, manteniendo la potestad de gestionar la
empresa por parte del Estado. De hecho esto no es lo que se establece en
la ley ni en la reglamentación.
Si esta ley no se deroga
quienes van a negociar la futura asociación son las actuales autoridades y
yo insisto en que ellas han demostrado una absoluta falta de seriedad para
encarar esa tarea. Sobre todo en la negociación de las asociaciones de las
empresas públicas con privados que más o menos los uruguayos hemos tratado
de frenar pero que algunas se han llevado adelante con resultados
nefastos, como en los casos del puerto2, de los
servicios de agua potable3 o PLUNA4,
por poner sólo algunos ejemplos.
Pero tenemos más: desde
la Comisión de Vivienda y Medio Ambiente hemos seguido muy de cerca el
tema de las privatizaciones del agua y hemos recibido testimonios muy
interesantes de lo ocurrido, no sólo en países vecinos sino también en el
primer mundo, en países como Canadá y Estados Unidos, donde se inició hace
tiempo esta ola de privatizaciones pero donde la terrible experiencia ha
obligado a los gobiernos estaduales a retomar los servicios y a devolver
al área pública el control del agua y de las plantas de energía. Es que
las empresas privadas, en su lógico afán de lucro, cuando la rentabilidad
no es la esperada o desciende por alguna razón, utilizan como una de las
variables la disminución de la calidad del producto o del servicio. Y no
es lo mismo que baje la calidad de una prenda de vestir que la calidad del
agua, de la energía o del combustible.
Y en el tema de la
calidad ambiental los combustibles juegan un papel central. Ya desde la
época del gobierno de (Luis Alberto) Lacalle (1990-1995) las policlínicas
municipales habían detectado la existencia de cantidades excesivas de
plomo en la sangre de muchos usuarios. Cuando en ese entonces se inauguró
la refinería de ANCAP, a la cual asistí, le pregunté a los técnicos si
habían eliminado el tetraetilo de plomo de la nafta, como se venía
haciendo en todo el mundo. Me contestaron que no lo habían pensado. Eso
evidenció una forma de actuar que hoy se reitera. Ahora se anuncia la
eliminación del tetraetilo de plomo, pero va a ser sustituido por otro
aditivo que es necesario importar y que también es contaminante, en lugar
de hacer lo que están haciendo otros países de América, como Brasil, donde
se utiliza el etanol, que no es contaminante y puede producirse a partir
de diversos cultivos agrícolas que podrían generar empleo en el país. Con
gente que actúa de esta manera, con imprevisión, con falta de seriedad,
con irresponsabilidad ambiental y social, con ocultamiento de información,
me siento impotente y frustrada ante la imposibilidad de ejercer la
función de control parlamentario. Entonces uno se pregunta por qué motivos
y para favorecer qué intereses se decide importar un aditivo que está
siendo prohibido en la mayoría de los países del mundo, ¿qué acuerdos se
están haciendo a espaldas de los legisladores y de las fuerzas políticas
que tienen la obligación de controlar la calidad y el equilibrio
medioambiental del país?
- Uno de los principales
argumentos de los promotores del NO, del mantenimiento de la ley, es la
necesidad de que ANCAP
se asocie con alguna poderosa transnacional del
petróleo para poder sobrevivir en un futuro escenario de libre
competencia, ¿esta ley sirve para eso?
- Nuestra fuerza
política entiende que la asociación es necesaria pero hay que saberla
hacer y no podemos dejarla en manos de quienes lo único que pretenden con
esta ley es disfrazar una privatización, porque esa es la intención que
revela la reglamentación y lo que surge del borrador de las negociaciones.
Pensamos que la asociación debe hacerse con un socio que sea productor de
petróleo, que aporte mercados para que ANCAP pueda colocar sus excedentes
de producción y que contribuya al mejoramiento de la gestión, pero no nos
parecer bueno entregar una empresa como ANCAP a cambio de prácticamente
nada, como se ha planteado.
- ¿Algo más?
- Reitero que no quiero
dejar herramientas tan delicadas como las del Estado en manos de gente que
está como desesperada por conseguir plata a cualquier costo. Como espero
que mi fuerza política sea gobierno es importante preservar a las empresas
públicas de las cuales en este momento depende gran parte del presupuesto
nacional.
Washington Fernández
Rel-UITA
20
de noviembre de 2003
NOTAS
1) Margarita
Percovich es diputada del Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP-FA) por
Montevideo. Pertenece al sector Vertiente Artiguista.
2) La
Administración Nacional de Puertos (ANP) privatizó la playa de
contenedores del puerto de Montevideo con resultados económicos
desastrosos, según denuncias del sindicato del ente (SUANP).
3) El
suministro de agua corriente brindado por la estatal Obras Sanitarias del
Estado (OSE) fue entregado a empresas privadas (Uragua y Aguas de la
Costa) en algunas zonas del departamento de Maldonado, al sureste del
país. La suba en los precios de los servicios y el deterioro en la calidad
del agua han motivado numerosas quejas por parte de los usuarios.
4) Primeras
Líneas Uruguayas de Navegación Aérea es el nombre de la compañía estatal
de aviación que fuera absorbida por la empresa Varig, luego de un polémico
proceso de asociación aprobado por una ley impulsada por el gobierno.
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