Perú
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Qué teme y qué quiere
Perú de Bolivia |
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Últimamente, Perú para la
oreja cada vez que se agita Bolivia. Siempre es incómodo un
vecino en problemas, pero este viene siendo consistentemente
visto como una especie de bomba de tiempo que tarde o
temprano nos afectará. No es el único país del que se piensa
eso en una región donde problemas y soluciones tienden a ser
vistos como productos de importación.
Una visión antigua y a la vez de gran actualidad es que la
militancia radical indígena podría transvasarse a Puno.
Hasta ahora la ósmosis es más política que étnica, pero
llamar "justicia aymara" a algún linchamiento, y un
presidente regional que levanta la bandera autonomista, son
señales de un vecindario agitado en torno al Titicaca.
Más concreto es el temor a que un avance de los radicales
altere un esquema geopolítico de por sí complicado y con
capacidad de desestabilizar relaciones. La polémica sobre
qué parte le toca a Bolivia de su propio gas lo es también
sobre los esquemas de alianza económica y política en toda
la subregión andina.
Por ejemplo, la salida del gas por Perú es un reclamo
popular, mas no un deseo de las élites sociales. Por lo
tanto las expectativas del sur peruano por ese lado se han
precarizado aún más en las pasadas 48 horas. Además el tubo
expectaticio nos hace actores en una obra en la redacción de
cuyo libreto no participamos.
En este tema se suele pensar en los intereses de Chile en la
región, que son reales, pero se pasa por alto los de EEUU.
El paso de Bolivia a un escenario de tipo, digamos, chavista,
calentaría toda la región cocalera. En cambio, un escenario
de tipo sudafricano, con Santa Cruz separada, rápidamente
calentaría Puno en clave aymara.
¿Qué le interesa al Perú en este caso? Antes que nada la
estabilidad de Bolivia. Ésta no se logrará entregando ese
país a los cocaleros o a las transnacionales, ambas salidas
transitorias por definición. Ya que Bolivia tiene la suerte
de contar con partidos representativos, que los use para
llegar a acuerdos más o menos durables.
¿Es el MAS uno de esos partidos? Se supone que sí, pero la
frase de Evo Morales según la cual "alguien tiene que
rendirse" lo acerca al condotiero etnopolítico Felipe Quispe,
y es infeliz si se quiere mantener a Bolivia de una pieza, y
quizás marca el inicio de su decadencia como dirigente
condenado a ser devorado por la ultra.
En estas circunstancias apoyar a Carlos Mesa no es
suficiente. Para el mediano plazo es indispensable que Perú
refuerce la institucionalidad y la economía de sus zonas
meridionales. No es posible que Puno venga funcionando desde
hace ya demasiado años como una especie de far west
político, donde cualquier cosa puede pasar, y pasa.
Mirko Lauer
Convenio La Insignia/Rel-UITA
10 de marzo del 2005
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