Peter Benenson,
fundador de
Amnistía
Internacional (AI), falleció a última hora de la noche
del viernes en el hospital John Radcliffe, de Oxford (Gran
Bretaña). Nacido en 1921, Benenson fundó la organización
en 1961 para una campaña destinada a conseguir la
liberación de varios presos de conciencia; sin embargo, el
proyecto original se transformó pronto en un movimiento de
carácter internacional que extendió la cultura de los
derechos humanos.
"Llevó luz a la
oscuridad de las prisiones, al horror de las cámaras de
tortura y a la tragedia de los campos de la muerte en todo
el mundo -declaró Irene Khan, secretaria general de AI, al
conocer la noticia-. Era un hombre cuya conciencia brillaba
en un mundo cruel y terrible, un hombre que creía en la
capacidad de la gente común de provocar cambios
extraordinarios y que, al crear Amnistía Internacional, nos
dio a cada uno de nosotros la oportunidad de marcar la
diferencia. En 1961, su visión significó el nacimiento del
activismo por los derechos humanos; en el 2005, su legado es
un movimiento mundial por los derechos humanos que no morirá
nunca."
En el comunicado
emitido por la sección británica de AI se recuerdan las
palabras que pronunció Benenson con motivo del 25
aniversario de la organización. Entonces, encendió una vela
envuelta en alambre de espinos -el símbolo de AI- y dijo:
«La vela no arde por nosotros, sino por todos aquellos a los
que no hemos podido rescatar de las prisiones, por los que
mataron a tiros de camino a la cárcel, por los que fueron
torturados, por los raptados, por los desaparecidos.»