Estados Unidos

           

En política no hay amigos

 

El arresto de ex aliados de EE.UU por parte de Washington expone la doble moral del país

 

El 3 de junio se anunció en Sacramento, capital de California, que el general Vang Pao y otros siete líderes de la comunidad Hmong en Estados Unidos habían sido arrestados por conspiración para derrocar al gobierno de Laos.

 

La noticia sorprendió a esta comunidad de aproximadamente 275.000 personas distribuidas principalmente en California y Minnesota. El general Pao es considerado un líder indiscutible por los Hmong.

 

A mediados de los 60s, durante la Guerra de Vietnam, Washington decide abrir otro frente para presionar a Vietnam del Norte. Debido a la prohibición del Congreso de Estados Unidos de extender la guerra a otros países, esta operación fue “secreta”. Para esto, la CIA contrató a un general del ejército imperial de Laos, que ya había trabajado para el ejército francés cuando luchaba por mantener su ocupación en Vietnam. Vang Pao, de origen Hmong, dirigió esta guerra secreta.

 

Los Hmong son una de las numerosas etnias de Laos y suman 4 ó 5 millones en el mundo. La mayoría vive en China, de donde provienen, y también en otros países del área. En Laos suman actualmente unas 300,000 personas (el 5 por ciento de la población), habitando zonas montañosas cerca de las fronteras con China y Vietnam. Se los reconoce como un pueblo pacífico y de cultivadores, organizados en clanes y tribus.

 

El general Vang Pao reclutó unos 20,000 combatientes Hmong para la guerra secreta. Washington invirtió millones de dólares en esta operación de vital importancia para sus intereses, creando un verdadero poder militar dentro de Laos.

 

Usaban la técnica de guerrillas para atacar a los vietnamitas del norte y a las fuerzas del Pathet Lao, que buscaba tomar el poder en Laos. Algunos escritos aseguran que Pao estaba involucrado en el tráfico de opio, con la bendición de la CIA.

 

En 1973 Estados Unidos firma en Paris la paz con Vietnam y sale apresuradamente de la región, abandonando a sus aliados Hmong a su suerte.

 

Muchos se habían convertido en soldados del general Pao debido al sistema tribal (de alianzas por amistad, tradiciones y parentesco), sin conciencia de qué ocurría ni quién era el enemigo -aunque después aprenderían a decir que combatían al comunismo. En 1975, el Pathet Lao toma el poder.

 

Entonces, los Hmong que habían apoyado al general Pao -quizá el 50 por ciento de la población de ese origen en Laos- tuvieron que huir, dejando sus tierras, únicas pertenencias terrenales.

 

Familias enteras iniciaron una odisea de semanas y hasta meses atravesando la jungla, principalmente de noche para no ser detectados, para llegar a Tailandia. Ahí eran enviados a campos de refugiados, esperando ayuda de Estados Unidos. Después de varios años de silencio, Washington accede a recibir miles de refugiados Hmong en los 80s.

 

Aunque apoyados inicialmente por el estado, la mitad de la población Hmong en Estados Unidos se mantiene en la pobreza. Y, como la mayoría de las personas "distintas" en este país, padecen discriminación, de acuerdo a comentarios permanentes de miembros de esta comunidad.

 

La generación de los nacidos en Laos mantiene sus sueños de regresar a su tierra. Para la nueva generación, las cosas son diferentes y muchos cuestionan, aunque tímidamente, la participación de sus mayores en la guerra secreta y ciertas tradiciones culturales.

 

¿Guerra secreta?, ¿A quién benefició?, ¿Quién la organizó?, ¿porqué quienes fueron carne de cañón perdieron todo?, ¿Porqué los dejaron solos en 1973?, ¿Porqué enfrentarse a grupos o países que ni se sabía que existían?

 

No hay respuestas claras, ni por parte del general Pao y su entorno, ni por parte del país que los usó y luego les da migajas -sin dejar de exigirles que demuestren ser "americanos". Tampoco por parte de las organizaciones que buscan adoctrinarlos y hasta cambiarles la religión.

 

Y ahora, el arresto del general Pao, su héroe, es "una cachetada", como dijo una joven Hmong. Lo que resulta más humillante para algunos Hmong son las propias explicaciones del gobierno. ¿El general Pao buscaba derrocar al gobierno de Laos? Suponiendo que sea cierto, ¿No era esto lo que hizo durante 30 años con el apoyo de Washington? ¿No fue contratado para luchar contra quienes hoy están en el gobierno de aquel país asiático?

 

La comunidad Hmong deberá aprender algo más de la guerra, cuyas consecuencias sigue padeciendo, después de tanto tiempo: en política -y la guerra es una parte de ella- no hay amigos sino socios e intereses, tampoco moral,  sino miren a Washington.

 

Eduardo Stanley

18 de junio de 2007

 

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