Desde siempre el capitalismo ha sido criticado, entre otras cosas por transformar todo -incluyendo el trabajo humano- en una mercancía, con lo cual genera y justifica la explotación del hombre por el hombre. Hoy, pese a ser el sistema predominante en el mundo, muestra señales de agotamiento y su propia existencia se encuentra en peligro. Curiosamente ese peligro no obedece a que la humanidad, con el transcurso de los siglos, haya comprendido dónde se encuentra el origen de los males sociales que la aquejan. Lo que sucede es que en las últimas décadas el sistema ha llegado a una etapa en la que directamente atenta contra la vida, siendo condición elemental y básica para la existencia del capitalismo, la existencia de vida.

A pesar que las cosas son así de claras, existen personajes que insisten en esconder la realidad. Para ellos, con el capitalismo ocurre lo mismo que con el cáncer, alcanza con no nombrarlo para que el peligro desaparezca. Uno de estos personajes es Rodrigo Rato Figaredo, desde hace dos años Director Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Don Rodrigo, proveniente de una rica familia asturiana, entre 1996 y 2004 ocupó los cargos de Vicepresidente de Asuntos Económicos y Ministro de Economía en el gobierno de José María Aznar López. Había llegado a las filas de la entonces Alianza Popular de la mano de uno de los mayores exponentes de la derecha española, Manuel Fraga. Con el tiempo fue creciendo en la consideración de la burguesía española llegando a ser considerado el sucesor natural de Aznar, pero a última hora éste escogió a Mariano Rajoy como su delfín.

Pues bien, don Rodrigo acaba de estar en Acapulco con motivo de la Convención Bancaria de México y rindiendo honor a la castiza expresión se dedicó a rizar el rizo, advirtiéndonos sobre los tres riesgos que él y la organización que representa, ven para la economía mundial. Estos riesgos son:

• Los altos precios del petróleo, que se van a mantener en el mediano plazo, por lo que los países deben “adaptarse a los precios altos de la energía”, lo que a su vez  requiere que el consumidor “sea conciente” de que debe pagar más.

• La evolución de los desequilibrios mundiales ligados a las diferencias entre el ahorro y la inversión. En tal sentido indicó que puede ser “un serio problema para la economía mundial” si se reducen los flujos de financiación del déficit de Estados Unidos, agregando que si no hay una resolución positiva de la Ronda de Doha para la liberalización del comercio mundial, es posible que aparezcan medidas proteccionistas en algunos países.

• Finalmente alertó -en el mejor estilo de los meteorólogos de la TV- que una posible epidemia de gripe aviar podría tener consecuencias “intensas pero de corta duración” en la economía mundial, por lo que recomendó tomar medidas financieras de liquidez.

Los dos primeros puntos son conocidos por el gran público. Gran parte de la energía que el mundo consume se utiliza para producir y trasladar mercancías, la mayoría de ellas totalmente prescindibles. Por ese camino, es tal el despilfarro y la especulación que el capitalismo viene realizando con el petróleo, que el mismísimo George W. Bush -que está donde está por el petróleo- acaba de anunciar que adoptará las medidas necesarias para “romper la adicción al petróleo” del pueblo norteamericano.

En cuanto al déficit comercial de Estados Unidos, solamente dentro de un sistema irracional como el capitalismo, la nación imperial pudo llegar al récord de 725.800 millones de dólares durante el año pasado. ¿Qué generó ese déficit?, principalmente la importación de petróleo y la compra de alimentos, vehículos y otros bienes de consumo que hacen al "american way“ (estilo de vida americano). A ello se le suman los gastos militares, que para Estados Unidos, sin contar el coste de las guerras de Irak y Afganistán, llegan casi a la mitad del total de los gastos militares mundiales. Es por todo ello que la propia administración yanqui  habla de “twin déficits”, o sea déficits gemelos, siniestro juego de palabras con las “twin towers” (Torres Gemelas).

Por último tenemos el caso de la gripe aviar -muy similar en su origen al recordado mal de la ”vaca loca”- con la cual se alarma a la población mundial. Es evidente que las redes de producción y el comercio avícola a escala industrial crearon las condiciones para la proliferación y transmisión de virus mortíferos como la cepa H5N1 de la gripe aviar. El sentido común indica que las crueles “fábricas” de pollos son las responsables, pero ni la FAO ni la OMS hacen nada para investigar en qué medida las granjas industriales son culpables de la propagación del virus, por el contrario, insisten con el fin de la producción de aves al aire libre y la eliminación de los pequeños productores.

La forma industrial de producir aves por irracional es peligrosa. Tomemos por ejemplo el caso de Brasil, cuyos avicultores vieron disminuir las exportaciones en 50 mil toneladas durante el pasado febrero, dado que los países importadores tenían un stock de entre 150 y 200 mil toneladas de carne de pollo debido a la contracción del mercado. ¿Cómo se “fabrican” los pollos en Brasil? En primer lugar, quien quiera criar pollos para una de las grandes compañías avícolas debe disponer de una capacidad que le permita, como mínimo, albergar 28 mil aves. Entre otras cosas increíbles, decenas de pollos son vacunados al mismo tiempo mediante una máquina…¡cuando el pollito todavía está en el huevo! Las raciones con las que se alimentan las aves contienen, entre otros ingredientes, plumas, camas y heces de las aves.

Como hemos dicho, las autoridades sanitarias no mencionan las consecuencias de aplicar a la cría de aves el modo capitalista de producción. Por el contrario, lo que hacen es difundir el miedo, lo que permite que un antiviral -el Tamiflu, cuya eficacia todavía no está comprobada- se venda como pan caliente. Al parecer, Estados Unidos ha ordenado 20 millones de dosis de esta droga aparentemente inútil, que a un precio de 100 dólares la dosis suma 2 mil millones de dólares. El Tamiflu comenzó a ser elaborado por el laboratorio Gilead, del cual  Donald Rumsfeld -Secretario de Defensa de los Estados Unidos- fue presidente. En 1996 la empresa suiza Roche adquirió la patente del Tamiflu, pero Gilead -de la cual Donald Rumsfeld continúa siendo el principal accionista- sigue percibiendo réditos nada despreciables por concepto de royalties. En el año 2005 en comparación con el 2004, las ventas de Tamiflu por parte de Roche se multiplicaron por cuatro.

Pero, ¿qué contiene el famoso Tamiflu? Su principal componente es el anís estrellado (también conocido como anís de China o badiana) el mismo que nos administraban nuestras abuelas cuando éramos niños de pecho. El árbol del anís estrellado (Illicium verum Hook) es originario del sur de China, Corea y Japón, sus frutos tienen forma de estrella de 8 a 12 puntas de color marrón. Se prepara en infusión (una “estrellita” en una taza de agua hirviendo) y su principal componente es el acetol; es indicado como antiespasmódico, expectorante y fluidificante de las secreciones bronquiales. En la farmacia de mi barrio un sobrecito de 15 gramos de anís estrellado cuesta -por ahora, ya que Roche habría adquirido el 90 por ciento de la producción- el equivalente a 85 centavos de dólar.

De todo lo anterior es posible deducir que don Rodrigo resulta un especialista en analizar los síntomas eludiendo la causa.

Enildo Iglesias

© Rel-UITA

3 de abril de 2006

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